Textos y texturas de la literatura colombiana

Marzo, 2023

 

Crónica sobre escrituras descarriadas 

Lina María Pérez Gaviria

 

 

 

   Confío en que se lean mis cuentos como aprendí de Nabokov: con la misma emoción que sentí al escribirlos. A usted, lector, lectora, no le interesará saber cuándo y dónde nací, mis estudios, mis desafíos para sobrevivir o cómo me he convertido en escritora. Simplemente, quítese el antifaz convencional y deje que mi literatura indague sus imaginarios, aguijonee su exceso de cordura o su plácida indiferencia. En mis historias planteo el asombro con un poco de humor negro, desparpajo y gracia. Mi narrativa tiene las oscuridades de los abismos humanos y también el colorido de asombros que iluminan la vida. Confíe en mi intuición sobre las paradojas y perplejidades de los seres comunes; despójese de su piel racionalista intentando sintonizarse con sus propios imaginarios, con su propia desmesura. Escribo mis cuentos confiando en las palabras, en sus significados vibrantes, en la textura sonora de cada frase. Ellas, las palabras, me contagian su enorme poder de expresión que me lleva a inventar personajes, situaciones, atmósferas, tonos y ritmos y guiños de humor. Doy cuerda a mi ingenio sin dejar que se desboque para atender, con precisión, las leyes de cada uno de los universos imaginados. 

 

    En mi trabajo narrativo siempre quiero establecer un pacto sabio con el lector; es un pacto para compartir un territorio estético, el único regalo de mi capacidad de ficción. Como escritora, me entrego al compromiso de sacar al lector del marco de su inteligencia pragmática, del mundo que llamamos real con su despotismo previsible y adocenado. Tomo la mano –la curiosidad, la sensibilidad- de mis lectores para llevarlos a un desconocido mundo de invenciones, de mentiras provocadoras, misteriosas o desventuradas, donde no cabe la semántica tiesa que conlleva la vida. 

 

     He rendido culto y agradecimiento a la tradición literaria, a mis maestros, al sedimento de mis lecturas y a las audacias de mi imaginación. Mi primer libro, Cuentos sin antifaz, fue publicado por Arango Editores y elibros. Contiene Silencio de neón, ganador del Premio Internacional de Cuento Juan Rulfo en 1999 convocado por Radio Francia Internacional, y Sonata en mí, Premio Nacional de Cuento Pedro Gómez Valderrama en 2000. Escribí para Panamericana la biografía A la sombra de una nínfula en homenaje a uno de los escritores más lúcidos del siglo XX: Vladimir Nabokov. Con la misma editorial, mi segunda antología: Cuentos punzantes y los relatos para niños: Martín Tominejo y El cazador de ruidos, El esqueleto indiscreto y Helado de roca lunar. Escribir novela ha significado navegar con feliz desmesura en un río entre remansos, orillas y remolinos. La primera, Mortajas cruzadas, está publicada por Planeta/Seix Barral, y mi segunda novela, El mismo lado del espejo con Sílaba Editorial. Y ahora mis cuentos Fiesta de ovejas descarriadas con Planeta/Seix Barral, y mi colección de relatos Cuentos a las finas hierbas publicado por eLibros me siguen demostrando, una vez más, que escribo, luego existo.

 


 

 

  

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Fragmentos

 

De regreso a su casa quedó atrapado en el intenso tráfico de las seis de la tarde. No experimentó contrariedad sino alivio. Podía reflexionar, desembarazarse de la desazón. Y entonces la vio más insinuante que otros días. Iluminada de neón, semidesnuda y voluptuosa, la mujer del aviso enorme de Johny Walker le ofreció un vaso de whisky. Y no sólo quiso aceptarlo, sino meterse en ese espacio creado para ella, acariciarla, besarla, llamarla con un nombre que no fuera el de Adelaida ni el de Meliana. Confesarle su deseo de quedarse para siempre con ella en esa realidad de dos dimensiones en la que podría, una y otra vez, recibirle el vaso de cristal; tal vez embriagarse con ella, poseerla sin reservas y apropiarse de esa sonrisa de estudio de fotografía. 

Silencio de neón. Premio Internacional de cuento Juan Rulfo. 

 

 

 

Mamá pronosticó que nuestra casa se iba a desintegrar. -Ya verán, - decía con su voz de gallina - ¡una maldición! - Nadie hacía caso. Yo imaginaba su colección de espejos con su imagen buscando dónde aterrizar; y puertas y ventanas al aire y ladrillos atraídos por la gravedad. Sonreía al pensar en las cortinas suizas en un vuelo sin destino, y los tapetes persas al viento como cometas enloquecidas; las mecedoras de la abuela, las mesitas de té con sus bandejas de plata, y la cama matrimonial sin rumbo, llevándose, como ella decía sin que yo entendiera, el escenario de sus polvos olvidables. 

El mismo lado del espejo.

 

 

 

Soy el dolor; el dolor devora mi confianza, abusa de mí, burla mis certidumbres. Las cosas de mi despacho, vistas como bagatelas, ya lo saben. Hostigan, exigen, me condenan. Algunas esconden mis asombros, reclaman el privilegio de ser mis testigos. Cuántos secretos, pensamientos y reflexiones se habían estancado en ellas. Y también mis fantasías clandestinas, las que, desmesuradas e ingeniosas, hubieran podido salvarme. Ahora, esas cosas sin alma salían al paso con algún mandato misterioso para que dejaran de pertenecerme. Justo ahí acompañaron mis éxitos y miserias, resabios y fatigas. Una forzosa sensación de provisionalidad me desapegaba del lugar donde ejercí mi poder. 

La última fila. Fiesta de ovejas descarriadas

 

 

 

…  Al cristo crucificado y a los retablos de las vírgenes los metió entre una bolsa del Éxito, y fueron a dar a la basura con los espejos y el televisor. Le ordenó a la Loli que se llevara la vajilla alemana y la cristalería de Bohemia. Regaló los muebles a quien los quisiera, venga, ¿le gusta el chifonier? Es suyo. Usted, qué mira, ¿el sofá? Llévelo con las sillas. Así rescató sus vacíos, la nada, el aire personal refundido entre tanto estorbo. También el silencio, estaba convencida de que los estorbos hacen ruido. Isabela miró la biblioteca tapizada de libros. Le habían dado sus mejores asombros y reflexiones que la dotaron de apoyos para soportarse. Ya no le sirven. Con ellos construyó una torre de fuego en el jardín. 

Levedad. Cuentos a las finas hierbas.

 

  

 


Comentarios: 8
  • #8

    Maria Hollmann Hollmann (domingo, 19 marzo 2023 06:46)

    Excelente escritora, además de ser una maravillosa persona!! Felicitaciones!!!

  • #7

    Sergio Trujillo Béjar (jueves, 16 marzo 2023 18:56)

    Siempre espero con ansia los escritos de Lina María. Cuentos, ensayos, novelas. Su litaratura siempre me sorprende y me lleva como en un viaje a desentrañar los acontecimientos imprevistos de la vida. Ahora espero poder enderezar mi camino con esta Fiesta de ovejas bien descarriadas.

  • #6

    Maria Cristina Serrano (martes, 14 marzo 2023 13:27)

    He leído con mucho placer y asombro , la obra narrativa de Lina María .
    Tanto sus novelas cortas como su antología de cuentos son una muestra de la escritura ficcional, excelente, sus asuntos temáticos, los personajes y el entorno hacen de la lectura de su obra una experiencia única , ironía, humor y detalles , nos llevan a momentos casi oníricos

  • #5

    Margarita klug (lunes, 13 marzo 2023 11:41)

    Son narraciones que permiten al lector identificarse por lo menos en uno de los escenarios relacionadolo con alguna etapa o experiencia de su vida.
    Me encantó el video de presentación.
    Al que no los ha leído se le crea la curiosidad de hacerlo.
    Felicitaciones!

  • #4

    Patricia Martinez (lunes, 13 marzo 2023 08:55)

    Felicitaciones Lina Maria. El vídeo está muy acogedor. Invita al lector a tener la curiosidad de ir a la búsqueda de los cuentos. Muy válida y muy cálida a la vez , la presentación.
    Sigue adelante con tu magia ! Somos unos adeptos de sensaciones.
    Patricia

  • #3

    Luz Marina Beltran (domingo, 12 marzo 2023 21:02)

    Encuentro en estos cortos fragmentos narraciones que se limitan a describir situaciones y sensaciones, pero no "las muestra". No pone al lector en la escena, simplemente la dice. "No lo digas, muéstralo". Se nota una desmesura por "escribir bonito", pero eso cansa al lector, no es en realidad un lenguaje rimbombante, pero noto cierta falta de naturalidad en él.

  • #2

    Luis Felipe Gaviria (domingo, 12 marzo 2023 13:10)

    NO conocía a esta escritora. Además que por ahí resultamos siendo primos! �. Gracias por compartir!

  • #1

    Édgar (domingo, 12 marzo 2023 10:06)

    Me encanta la narrativa de Lina María. Es sin duda una gran escritora colombiana.


 

Te invitamos a leer un cuento inquietante de Lina María Pérez Gaviria:

 

Infamia en los espejos