Día de la Mujer

Nota para Quira Medios

Por Yael Castañeda

Fundación Mujer Libre

Marzo, 2025

 

 

En el Mes de la Mujer, ¿Por Qué la Justicia Sigue en Modo Pausa?

 

Cada marzo, el mundo conmemora el Mes de la Mujer como una oportunidad para celebrar los logros femeninos en distintos ámbitos: derechos políticos, participación en el mercado laboral, avances en la educación y muchos otros. Sin embargo, esta fecha también nos obliga a reflexionar sobre la dura realidad que millones de mujeres enfrentan diariamente: la violencia de género. A pesar de los avances normativos y de los discursos oficiales que exaltan la lucha por la equidad, la violencia contra la mujer sigue siendo una pandemia silenciosa, normalizada y muchas veces ignorada por las instituciones encargadas de su erradicación.

 

¿Por Qué la Impunidad Protege al Agresor y Castiga a la Víctima?

 

La violencia basada en género (VBG) adopta distintas formas: física, psicológica, sexual, económica e institucional. En Colombia, las cifras oficiales indican que cada día mueren mujeres víctimas de feminicidio, muchas de ellas tras haber denunciado previamente sin recibir protección efectiva. Sin embargo, la violencia no siempre se traduce en feminicidios. Existen múltiples formas de maltrato que dejan secuelas físicas y emocionales, afectando el bienestar de las víctimas y condenándolas a vivir con miedo y desesperanza.

 

Uno de los aspectos más preocupantes es la violencia institucional, que ocurre cuando el sistema judicial y los organismos del Estado no garantizan protección efectiva a las víctimas.

 

La revictimización, la negligencia y la falta de enfoque de género en la administración de justicia generan un entorno en el que muchas mujeres desisten de denunciar o quedan atrapadas en procesos burocráticos interminables mientras su agresor sigue libre, acumulando más poder sobre ellas. La falta de respuesta oportuna es, en muchos casos, la diferencia entre la vida y la muerte.

 

 

¿Cómo se Explica el Fracaso del Estado ante la Violencia de Género?

 

La violencia de género sigue siendo una de las problemáticas más graves y extendidas en el mundo. Según datos de ONU Mujeres, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual en algún momento de su vida. Esta estadística alarmante evidencia que la violencia contra la mujer no es un problema de algunos países o contextos específicos, sino una crisis global.

 

En Colombia, los datos son aún más aterradores. Solo en 2023, se registraron más de 630 feminicidios 62.860 casos de violencia intrafamiliar, según cifras preliminares del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

 

En Bogotá, las comisarías de familia reportaron 40.084 casos de violencia intrafamiliar durante el mismo año.

 

En Medellín, durante el primer semestre de 2023, se registraron 3.531 casos de violencia intrafamiliar en las Comisarías de Familia y 4.213 denuncias en la Fiscalía.

 

Estas cifras reflejan una tendencia ascendente en los casos de violencia intrafamiliar en Colombia. El Ministerio de Justicia destacó que la tasa de casos por cada 100.000 habitantes aumentó de 207,4 en 2016 a 228,8 en 2023, con un pico de 250,9 desde 2021

 

Sin embargo, estas cifras oficiales solo reflejan los casos denunciados, dejando en la sombra a miles de mujeres que, por miedo, amenazas o falta de confianza en el sistema, nunca llegan a reportar su situación.

 

Países como México, Argentina y Brasil también presentan altos índices de violencia de género, lo que demuestra que no es un problema aislado, sino estructural. La falta de políticas públicas efectivas, el machismo arraigado en las sociedades y la impunidad son algunos de los factores que perpetúan esta situación.

 

 

Si el Sistema Duerme, ¿Cuántas Más Tienen que Morir?

 

Según el Observatorio Feminicidios Colombia, en 2024 se registraron 886 feminicidios, con agosto como el mes más crítico, reportando 92 casos. La Defensoría del Pueblo documentó 745 feminicidios entre enero y octubre del mismo año, incluyendo 44 víctimas menores de edad y 11 mujeres trans. Además, se reportó un incremento del 26% en los casos de trata de personas, alcanzando 333 denuncias.

 

El Instituto Nacional de Salud (INS) informó que hasta el 8 de junio de 2024, se reportaron 66.621 casos de violencia de género, de los cuales el 75,6% (50.374 casos) fueron contra mujeres. Bogotá (14.427 casos), Antioquia (7.670) y Cundinamarca (6.040) encabezaron la lista de las regiones con mayor incidencia.

 

En lo que va de 2025, la situación sigue en aumento. Hasta la fecha, el Observatorio de Feminicidios de Colombia ha registrado 79 feminicidios, lo que representa un incremento del 50% en comparación con el mismo período del año anterior. Cada uno de estos casos no es solo una cifra, sino una historia de vida arrebatada, una familia destrozada y un reflejo del fracaso estatal en garantizar la protección de las mujeres.

 

 

¿Por Qué el Laberinto Institucional es una Condena para las Víctimas?

 

Muchas mujeres que denuncian a sus agresores se encuentran con jueces, fiscales o comisarías que desestiman sus casos, retrasan procesos o simplemente les niegan protección.

 

En Colombia, se han documentado múltiples casos en los que el sistema judicial prolonga el maltrato psicológico y emocional de las víctimas al no tomar medidas oportunas.

 

Casos recientes, como el de Yency Fernández García en Jamundí, evidencian cómo la inacción institucional puede tener consecuencias fatales. Yency buscó ayuda y su solicitud fue ignorada, lo que derivó en su feminicidio. La impunidad también es un problema grave: muchos agresores continúan libres a pesar de las denuncias en su contra, lo que envía un mensaje peligroso de permisividad y tolerancia hacia la violencia.

 

 

¿El Congreso protege a las víctimas o a los agresores?

 

Cada vez que se propone una ley para proteger a las mujeres de la violencia, el Congreso se convierte en un escenario de debates interminables donde las posturas patriarcales frenan cualquier avance. Mientras las víctimas siguen esperando justicia, los agresores encuentran nuevas formas de evadir responsabilidades con el respaldo de un sistema que sigue priorizando sus derechos por encima de la seguridad y el bienestar de las mujeres.

 

Basta con ver el viacrucis de proyectos de ley como el de violencia vicaria, la reforma a la Ley 1257 de 2008, o las iniciativas para fortalecer las medidas de protección a mujeres en riesgo. Cada uno ha sido atacado con discursos alarmistas que insisten en que las mujeres podrían “abusar del sistema”, como si miles de víctimas no estuvieran clamando por justicia mientras el Estado sigue cruzado de brazos.

 

Y qué decir de la resistencia a reconocer la violencia vicaria como un problema real. Es una más de las violencias basadas en género, Mientras madres sobreviven a la tortura psicológica de ver a sus agresores usar a sus hijos como herramientas de venganza, en el Congreso hay quienes prefieren desviar la conversación: “No todos los padres son maltratadores”, dicen, como si eso justificara no hacer nada por los que sí lo son.

 

Las mujeres que luchan por estas leyes saben bien lo que enfrentan: un sistema que prefiere proteger a los agresores antes que incomodar a ciertos sectores con demasiado poder. Por cada proyecto de ley que busca justicia, hay un choque de trenes entre congresistas que defienden a ultranza la "presunción de inocencia" de los violentos, pero jamás la de sus víctimas.

 

Y Mientras las cifras de feminicidios y violencia intrafamiliar gritan por ayuda, ya sabemos que en el Congreso la prioridad es otra: proteger la “paternidad”, aunque esta venga con antecedentes de violencia, incumplimiento de obligaciones y manipulación judicial. No es que quieran perpetuar la violencia vicaria, pero resulta que cada vez que se intenta legislar para detenerla, mágicamente aparece un grupo de "defensores de los derechos de los padres" preocupados porque las “malas mujeres” podrían abusar de la ley.

 

¿Y qué pasa con las madres que llevan años sufriendo acoso, amenazas y el uso de sus hijos como armas de venganza? Pues paciencia, que aquí los proyectos de ley pueden demorarse años en debate. No sea que en el afán de protegerlas, accidentalmente dejemos de darle herramientas al agresor para seguir escalando la violencia.

 

El mensaje es claro: si una mujer quiere proteger a sus hijos de un maltratador, el Estado le pondrá más trabas que soluciones. Y si logra denunciar, tendrá que enfrentar un proceso donde el agresor es tratado como una víctima y ella como la mala de la película.

 

Así que tranquilos, agresores, el Congreso los tiene cubiertos. Y a ustedes, mujeres víctimas de violencia, les toca seguir esperando… porque sus vidas, al parecer, valen menos que los egos de los que legislan.

 

 

Medios de Comunicación: El Show del Morbo y la Revictimización ¿La Prensa Informa o Justifica la Violencia?

 

Mientras las cifras de feminicidios y violencia de género siguen en aumento, hay un grupo muy eficiente en su labor: los encubridores. No usan máscaras ni operan en la clandestinidad, no. Son rostros conocidos, con micrófonos en mano y pantallas a su disposición. Los medios de comunicación han perfeccionado el arte de desviar la atención, disfrazando crímenes como "crímenes pasionales", sugiriendo que la víctima "estaba en el lugar equivocado" o simplemente haciendo malabares con las palabras para suavizar la brutalidad de la realidad.

 

Porque claro, si el problema no se nombra como lo que es, si el agresor se convierte en "una persona confundida" y la víctima en "una mujer que tomó malas decisiones", entonces no hay crisis que atender. ¿Y qué mejor manera de encubrir la responsabilidad del Estado y de los agresores que vendiendo la historia como un espectáculo de morbo? La sangre vende, pero la justicia no.

 

El tratamiento mediático de los feminicidios y otros casos de violencia de género muchas veces refuerza estereotipos, justifica la agresión y revictimiza a las mujeres. En lugar de centrarse en el agresor y la responsabilidad institucional, muchos medios destacan detalles morbosos o formulan preguntas que insinúan culpa de la víctima.

 

Ejemplo de titulares

•  "Mujer es asesinada tras discutir con su pareja" (Desvía la atención de la violencia sistemática y minimiza el feminicidio).

•  "Joven muere en extrañas circunstancias; su novio es sospechoso" (Evita nombrar el feminicidio y pone en duda la responsabilidad del agresor).

 

Reformulación ética:

"Hombre asesina a su pareja; el caso evidencia fallas en la protección institucional".

"Feminicidio en investigación: las autoridades no atendieron denuncias previas de la víctima".

 

 

Censura y Negacionismo ¿la Sociedad? ¿También es Ciega o Cómplice?

 

Intentar visibilizar la violencia contra las mujeres no solo enfrenta indiferencia, sino también ataques. Argumentos como "no todos los hombres son así", "las mujeres también son violentas", " ¿que hizo ella para que el reaccionara así? " "si la mato fue por algo" o "el feminismo solo busca victimizar" no solo minimizan la gravedad del problema, sino que lo perpetúan.

 

En redes sociales, la censura juega un papel inquietante. Mientras discursos de odio y desinformación se difunden sin restricciones, las denuncias de violencia de género son eliminadas bajo la excusa de "contenido sensible".

 

¿A quién protege realmente la censura?

 

  

¿Hasta Cuándo Vamos a Permitir que el Silencio del Estado Sea un Arma Más contra las Mujeres?

 

La violencia de género no es un problema de casos aislados ni de problemas individuales. Es una crisis estructural que necesita respuestas urgentes. Romper el silencio es clave, pero también lo es exigir cambios reales en las instituciones, educar a la sociedad y erradicar las posturas patriarcales que justifican o minimizan la violencia.

 

Comentarios: 6
  • #6

    Liliana Anzola (jueves, 13 marzo 2025 19:05)

    Gracias Yael, excelente panorama nos das de lo que vivimos las mujeres frente a las instituciones cuando buscamos ayuda ante lasinstituciones que tienen el deber y la funcion de acoger debidamente nuestros casos, es un absolut viacrusis, con la gravedad de que recientemente muchas mujeres han sido judicializadas, han pasado de victimas a victimarias pues las posturas frente a los selores que denuncian falsamente es muy bien acogida aunque carezca de soporte probatorio y presente denuncias basadas en meros estereotipos e historias casi casi de novela de ficcion, mujeres judicializadas ademas de desprotegidas y vioentadas por el compañero o excompañero, resultan siendo tambien violentadas por funcionarios e instituciones que lejos de acatar s deber de la aplicacion del enfoque de genero y de infancia, estan aplicando las hipotesis arcaicas de las muejres vengativas, hormonales y mentirosas , sin siquiera evaluar la cronicidad y el escalamiento de las diversas violencias que se viven. Yo soy una de esas mujeres que espera no ser victima de feminicidio y ser nuevamente asesinada en redes y titulares injuriosos y soy la que en definitiva hoy no confia en la adminisrracion de justicia especialmente la penal que se encuentra mancha de sangre, de ideas prehistoricas, de funcionarios no preparados y muchas veces tan o mas vioentos que el principal agresor, de peritos particulares al servicio de la delincuencia y no de la ciencia... cansada de un sistema antisocial, misogino y patriarcal.

  • #5

    Sandra Alicia García Covarrubias (lunes, 10 marzo 2025 08:20)

    La mejor manera de obtener resultados positivos es mantener informadas a las víctimas de violencia y a través de ustedes cómo medio de comunicación se está logrando. Muchas gracias QUIRA MEDIOS.
    Seguimos en la labor de ayuda a través de la Fundación Mujer Libre para que nuestras autoridades atiendan las necesidades y se logre crear consciencia y obtener leyes que sean de apoyo para proteger a nuestras
    mujeres y nuestros niños. Gracias también a Yael Castañeda por poner alma y corazón para lograr cambios positivos �

  • #4

    Ana Ordóñez (domingo, 09 marzo 2025 13:46)

    En el Día Internacional de la Mujer, es fundamental reflexionar sobre los avances y desafíos que seguimos enfrentando en la lucha por la justicia y la igualdad. Desde la Fundación Mujer Libre, hemos sido testigos de los esfuerzos incansables de muchas mujeres y organizaciones, pero también de los obstáculos persistentes que impiden que la justicia llegue de manera efectiva a las víctimas de violencia de género.

    El artículo de Yael Castañeda resalta una realidad dolorosa y que no podemos ignorar: la justicia sigue en "modo pausa". A pesar de los avances normativos, las estructuras del poder judicial, la falta de recursos y la discriminación estructural siguen siendo barreras que afectan gravemente a las mujeres, especialmente a las más vulnerables.

    Es urgente que los sistemas judiciales y de protección se transformen para que las denuncias no queden en el olvido. Las mujeres deben ser escuchadas, deben sentirse respaldadas, y, sobre todo, deben obtener justicia sin retrasos ni revictimización. Desde nuestra fundación, trabajamos incansablemente para ofrecer acompañamiento, apoyo y capacitación, pero sabemos que la verdadera transformación solo será posible si hay un cambio en las políticas públicas y un compromiso real por parte de las instituciones.

    Hoy, más que nunca, debemos reafirmar que la lucha por la justicia no se detiene. Cada mujer tiene derecho a vivir libre de violencia, y es responsabilidad de todos garantizar que su derecho a la protección y a la justicia sea una realidad, no solo una promesa vacía.

  • #3

    Díamel Soteldo (domingo, 09 marzo 2025)

    Ojalá algún día cambien las cosas a favor de las víctimas

  • #2

    Luisa Herrera (sábado, 08 marzo 2025 19:31)

    Porque alzar la voz cuando todo parece estar en contra es de resilientes, porque luchamos con un motor muy grande y nunca nos rendiremos, porque no podemos seguir viviendo con miedo, opresión, violencia, gracias por este gran artículo, gracias por luchar por todas.

  • #1

    Ximena Ordoñez (sábado, 08 marzo 2025 13:42)

    Excelente artículo.
    No podemos seguir tapando el sol con un dedo ante tanta injusticia y violencia en contra de las mujeres y nuestros hijos quienes se convierten en armas de guerra del hombre violentador .
    Siempre alzare mi voz por todas las víctimas de violencia vicaria!!!!
    Gracias quiera medios y mil gracias Yael por tan maravilloso escrito.