Sustantivos en Miniaturas de Vanessa Torres

Por Yrene Santos*

Junio, 2022

 

 

Sobre Vanessa Torres

 

Vanessa Torres Mayorga es una poeta y antropóloga cultural colombiana, egresada de la Universidad Nacional de Colombia, Master en estudios y lingüística del español de Universidad Pontificia de Salamanca, reside actualmente en San Francisco, California Estados Unidos. 

 

Como creadora, feminista y activista cultural ha trabajado en diferentes propuestas y proyectos de proyección de la cultura hispanoamericana así como de visualización de las artes y la literatura hecha por mujeres creadoras, dentro y fuera de los Estados Unidos desde la radio, el periodismo y la literatura. 

 

Su poesía y proyectos de periodismo literario han sido publicados en  revistas literarias en España  y Estados Unidos, Dirigió durante varios años el programa poesía Fuera de los Márgenes en la emisora Cronopio radio online Boston-Houston-Buenos Aires. Ha trabajado en la gestión y organización de  festivales de poesía donde se ha denunciado la violencia doméstica con poetas latinoamericanas desde diferentes países del mundo. 

 

Algunos de sus poemas y artículos fueron publicados en Revista Calle Ficción (2011) Mexico Revista Círculo de Poesía  y Estados Unidos The Smithsonian Latino Virtual Museum 2017  y Revista Cronopio  Colombia 2016. 

 

Sus poemas están incluidos en las antologías de poesía  Outrage: A Protest Anthology about Injustice in a Post 9/11 World (2015), FEIPOL 2016, FEIPOL 2018 , The America’s Poetry Festival of New York 2019. 

 

 

La edición bilingüe de la colección de poemas Miniaturas ha sido publicada por Artepoetica Press New York 2020. 

 

 

 

PRÓLOGO:

 

Sustantivos en Miniaturas de Vanessa Torres

 

Si llega la oscuridad el lápiz se detiene, entonces otros caminos son los que se cruzan, y entre esos caminos nacen o se recreanpensamientos, llantos, silencios, gritos…y cuando digo “gritos” no quiero decir solamente: lágrimas, penas, enojo, sino también: libertad, esperanza, satisfacción, plenitud, y asi podría continuar haciendo una lista interminable de sustantivos que viven día a día en casa ser humano.

 

En mis manos ha caído un árbol desnombrado por sus múltiplescolores y geometría; por sus laberintos y su luminosidad. Vanessa Torres, escritora y profesora colombiana, residente en los Estados Unidos ha puesto frente a mis ojos su poesía. Una poesía hecha de pequeñas casas pero con espacios grandes para almacenar la vida y sus tropiezos, con sus atardeceres y amaneceres claros, turbios y oscuros.                                                                                                                                         

Que donde se habite sea grande no significa que se es feliz. Que lo que se escribe sea extenso no se traduce a bueno, a malo o a extraordinario. Así como tampoco, vivir en un espacio pequeño no quiere decir que se esté triste. Que lo que se edifica con la palabra sea breve o brevísimo posea una mínima calidad, o que no se tiene más para dar, o que sean grandiosos.

 

Para escribir se necesita que algo vuele, camine, baile y tiemble en los caminos de la piel y detrás de ella, adentro de una misma: un pájaro, un frío, una ola, una flecha, un toque, un rasguño. En esta ocasión Vanessa Torres nos ofrece Miniaturas, un libro de poemas donde nos deja saber su visión de la existencia, su lucha constante y cómo la ejecuta, su sentir sobre la miseria, ventura y generosidad en este mundo y este tiempo que le ha tocado vivir. “Hay un universo” “hecho de lo pequeño” que habita breve en los sueños” “como una llave” una puerta” “un ojo.” Con esta primera afirmación ella empieza a construir su casa que dividirá en tres cuartos: “Silencio”, “Invención” y “Alguien”, así los ha identificado individualmente, para cuando sea visitada se sepa con certeza donde se encuentra en cada momento. 

 

En el primero, habitan veinte poemas donde medita sobre el placer que le provoca el acto de escribir y escribir allí es un canto, una invitación a no perder la esperanza, aunque haya resequedad en labios que arden por la sed y el miedo: “Hay labios que estremecen” “la delicadeza” “ y el aliento del cielo”. (página 26).

 

La esperanza y su muerte se debaten en “Invención”, su segundo cuarto. En estos quince poemas se pelea para mantener la ilusión, la confianza, el optimismo; pero como una sombra gigante siempre se erigen laberintos para perturbar el ritmo de los días: “Cuantas víctimas del progreso” “de la imaginación deshabitada” “mueren de sed” “la memoria y la ternura” (página 62). 

 

En los veinte poemas del tercer cuarto, “Alguien”, conocemos la mujer en su intimidad, en la plenitud del sentir: “En la noche” “cuando viaja otra alma” “dentro de mi cuerpo” “cava” “ensancha un misterio” (página 104). 

 

En Miniaturas, casi doscientos versos escritos con precisión, se han levantado sujetos a sustantivos convirtiendo esta casa en un lugar, adonde se debe llegar en busca de opciones para salir adelante, para no quedar atrapados en el temor y la impotencia, en el pasado o la ceguera hacia el futuro. Vanessa Torres escribe en las madrugadas; (eso me ha hecho pensar y eso deseo creer): Rocío, gota, agua, canto, aleteo, amanecer, sol…: “Yo escogí contemplar la madrugada” “escuchar el mundo que aún entre la guerra danza” “escogí tocar en puntillas las huellas del cielo” (página 42).

 

La poeta escribe y dibuja con sus manos todas las estaciones después de la medianoche. La rosa de los vientos se encarga de guiarla, llevándola de viaje por ese universo que ella ha elegido vivir. La poeta hace un llamado a la humanidad, diciéndole que a pesar de los caminos oscuros que la cerquen, siempre habrá un amanecer nuevo que le permitirá continuar.

 

Yrene Santos                                                                                                                     

New York, 2020

 

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Hay un universo

hecho de lo pequeño

que habita breve en los sueños

como una llave

una puerta

un ojo

 

 

 

Silencio

 

 

Cuando no quiera el otoño 

 

no quiera la luz

 

entre mis papeles arderá la esperanza

 

 

 

 

12

 

 

El camino se repite hasta la fuente

 

para armonizar el silencio 

 

la palabra sombra

 

oculta el sol de medianoche

 

 

 

 

13

 

 

Las luciérnagas llevan el camino 

 

 

del crepúsculo a la noche

 

 

hay libélulas abrazando al sol

 

 

 

 

14

 

 

Cuando la melancolía te atrape recuerda

 

miles de estrellas esperan

 

cierra los ojos a la muerte

 

 

 

 

15

 

 

Al imaginar 

 

vuelo entre ráfagas de sueño

 

canta la vida y la locura al alba

 

 

 

 

16

 

 

Yo escogí contemplar la madrugada

 

escuchar el mundo que aún entre la guerra danza 

 

escogí tocar en puntillas las huellas del cielo

 

 

 

 

17

 

 

Lavar nuestras huellas 

 

no borra pedazos de cielo 

 

sepultados entre las uñas y el corazón

 

 

 

 

18

 

 

En este papel arden las manos

 

y el vientre dormido 

 

en este papel

 

 

 

 

20

 

 

Cada poema regala una memoria discreta 

 

una ceremonia y una herida

 

una vida conjurada

 

 

 

 

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* catedrática de origen dominicano del New York City College y co-directora del Americas Poetry Festival of NYC