Un llamado a la solidaridad con Palestina
Junio, 2025
¡No es una guerra, es un genocidio! El genocidio contra el pueblo palestino no comenzó en octubre de 2023. Los palestinos han tenido que soportar 100 años de agresiones coloniales en su territorio y llevan 75 años bajo el yugo de la ocupación del Estado sionista de Israel. Tan solo en 1948 fueron destruidos 500 pueblos y 11 barrios en los centros urbanos, desplazando violentamente con ello a cerca de 1 millón de palestinos que pasaron a vivir en campos de refugiados, esos hechos se denominan por los palestinos la Nakba -la catástrofe-. Desde ese año, hasta septiembre de 2023 habían sido asesinados más de 100 mil palestinos por las Fuerzas Militares de Israel y colonos sionistas.
Antes de 2023 en Gaza vivían más de 2 millones de palestinos bajo un bloqueo casi total impuesto por Israel desde 2007. Los palestinos no podían abandonar la Franja sin una autorización israelí. Israel determinaba qué se podía importar y qué se podía exportar. El bloqueo impedía el ingreso de artículos mínimos para la subsistencia. El desempleo en Gaza superaba el 50% y tenía un desempleo juvenil del 60%, casi el 80% de palestinos en Gaza dependían de ayuda alimentaria de Naciones Unidas. El ejército sionista ingresaba cuando quería, hacía incursiones en sus barrios, capturaban sin orden judicial ni cargos a sus jóvenes, quemaban sus casas, destruían sus cultivos, vertían cemento en los pozos de agua, secuestraban y hacían asesinatos selectivos. Gaza fue convertida por Israel en una cárcel a cielo abierto. En Jerusalén este y Cisjordania, Israel mantenía un régimen cercano, ordenaba la demolición de las casas palestinas, se apropiaba de sus tierras, expulsaba de sus hogares a las familias y cometía asesinatos de manera constante.
Esa política de aniquilación del pueblo palestino ha venido de la mano de su sistemática deshumanización, Israel se refiere a los palestinos como «animales», «monstruos sedientos de sangre» u «objetivos militares válidos». Miembros del gobierno sionista llaman a su actual invasión de Gaza la segunda Nakba y declaran abiertamente que su objetivo es expulsar a todos los palestinos de su territorio.
Desde el 7 de octubre de 2023, Israel -contando con el apoyo cómplice de los gobiernos imperialistas-, ha bombardeado diariamente Gaza destruyendo barrios enteros, escuelas, hospitales, refugios humanitarios, carreteras que había declarado «seguras» para la huida de la población civil, decretó el corte del agua y la energía eléctrica y ha bloqueado el ingreso de alimentos, agua potable y combustible. A la fecha más de 56.000 palestinos han sido asesinados y la casi totalidad de la población ha sido desplazada. Casi el 100% de su población se enfrenta a la hambruna, se ha hecho uso del hambre como mecanismo de guerra contra los palestinos. Los organismos internacionales han advertido que el sistema de salud está colapsado, que no hay lugar seguro en la Franja, que la ayuda humanitaria necesaria no llega por el bloqueo infame de Israel y que existe el riesgo de propagación de epidemias. Gaza se ha convertido en un lugar de desesperación y muerte.
Por declaraciones y hechos como los aquí enunciados la Corte Internacional de Justicia (CIJ) admitió una denuncia de Sudáfrica contra Israel, dictaminó que existen elementos de juicio que permiten dar apertura a un caso por violación de la Convención para la prevención del Genocidio. La Corte Penal Internacional (CPI) emitió en 2024 orden de arresto contra Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, por crímenes contra la humanidad en Gaza. Si nada de ello ha logrado frenar las atrocidades contra el pueblo palestino es porque la justicia internacional es inoperante por las limitaciones efectivas que tiene ante el poder de las potencias imperialistas. El pasado miércoles 4 de junio de 2025 Estados Unidos vetó en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, una vez más, una resolución que buscaba un alto al fuego en Gaza. Por ello, hoy se aniquila y se condena a la muerte por inanición a un pueblo con la retransmisión cotidiana de esta barbarie. El principal responsable de esta atrocidad es el Estado de Israel, pero también lo son Estados Unidos, Alemania, Inglaterra o Francia que le proveen las armas para asesinar niños, lo financian y se niegan a condenar sus actos, es decir, lo defienden políticamente.
Un genocidio es el exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por su etnia, religión, posición política o nacionalidad. Eso es lo que ha padecido el pueblo palestino. Luego de la admisión de la denuncia en la Corte Internacional de Justicia el primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu dijo: «Continuaremos la guerra en Gaza», en otras palabras, continuaremos con el genocidio. Por eso es necesario seguir diciendo: ¡Alto al genocidio!
Más de 75 años lleva la lucha palestina contra el Estado colonial y racista de Israel, contra sus cómplices, los gobiernos de Estados Unidos y del conjunto de los países imperialistas. Esa lucha es un ejemplo de dignidad y requiere de la solidaridad y el apoyo internacional, la presión que se ha ejercido desde las calles en todo el mundo ha sido fundamental para abrir contradicciones entre los defensores del Estado genocida, para hacerlos tener que matizar sus posiciones y ejercer alguna presión sobre el gobierno sionista. No debemos abandonar las calles, debemos ser muchos más los que en el mundo levantemos la bandera de la causa palestina, bandera que debe ser hoy la de todos los oprimidos y explotados. Se requiere que las organizaciones políticas, sociales, culturales, sindicales, comunitarias e individuos en todo el mundo expresemos nuestro apoyo al pueblo palestino y su legítimo derecho a resistirse a la ocupación colonial de Israel, así como, nuestro contundente rechazo a la ocupación sionista y al genocidio en curso.
