DEL BARRIO PARA EL MUNDO
Comunicación comunitaria, cultural y digital
Diciembre, 2022
La Fundación SocioCultural Quira en el marco del Programa Distrital de Estímulos para la Cultura 2022 de la Secretaria de Cultura Recreación y Deporte, realizó el proyecto "Del Barrio para el Mundo" en las localidades de Bosa, Kennedy y Puente Aranda.
El proyecto estuvo integrado por talleres prácticos en Fotografía, Comunicación Escrita y Realización Audiovisual realizados de forma gratuita en alianza con las Bibliotecas Públicas Bosa El Recreo, Puente Aranda Néstor Forero Alcalá y El Tintal Manuel Zapata Olivella.
A continuación presentamos los trabajos finales presentados por las y los asistentes a los talleres:
Fotografía:
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Trabajos escritos finales:
CRÓNICAS DEL ESTALLIDO
Por Xuacha
Empezaremos diciendo que es una historia de varias personas en distintos lugares vivida en las calles, con sufrimiento, lagrimas, desespero, gritos, pero también de amor, amistad, revolución, esperanza, ganas de victoria, ganas de un cambio.
28 de abril del 2021 el paro Nacional, en Colombia se anunciaba como algo jamás antes visto, muchas personas tenían razones para salir, salud, educación, alimentación, pensión y una reforma tributaria que nos quería dejar en la ruina, el pueblo ya estaba cansado de décadas de robos a manos de un gobierno inepto y corrupto el cual trataba al pueblo como se le viniera en gana.
1 de mayo del 2021 Suacha, aproximadamente la 1:30 de la tarde “puente de la resistencia” viví los primeros enfrentamientos donde se concentraban miles de personas allí llego el denominado esmad, llegaron con sus gases y sus aturdidoras esparcieron a muchas personas quedaron aproximadamente unas cien las veía con sus banderas en sus espaldas, con sus cascos, retando a los policías, con tablas como escudos, depronto vi una pareja tomada de la mano y gritando: tombos hps, tombos hps, vestían chaqueta negra con taches los dos, el hombre llevaba pantalón negro de cuero y la mujer falda negra de cuero, los vi siempre al frente, siempre, no les importaba al gas, no les importaba el ruido seguían ahí siempre cogidos de su mano, ninguno soltaba al otro como si los dos fueran uno solo, me causo mucha curiosidad en especial ella, se le notaba una valentía innata, pero también una rabia gigantesca que la impulsaba a gritar con todas sus fuerzas.
Llego la noche y seguían los enfrentamientos “el choque” como a muchos los escuche decir, yo estaba grabando, aun la pareja seguía luchando pero ya se les notaba el cansancio en sus rostros, la mujer en especial ya no tenia casi voz para gritar y poca fuerza para correr, pero nunca los vi soltarse de las manos, de pronto llegaron las motorizadas y nos rodearon, yo salí corriendo pude escapar, pero la pareja que tanto lucho de su cansancio ya no podía correr rápido, depronto vi como los tumbaron al piso y los empezaron a golpear pero aun así no se soltaban de sus manos la mujer gritaba con lamentos no más, no más, no nos peguen más, pero aun así sus manos no se las soltaban, los dejaron ir entre rizas y sarcasmo les decían ahora no son tan valientes cierto, ya no lo son mariguaneros hptas, después de esas noche jamás los volví a ver.
Pasaron los días y llegaba mas gente al puente, las noches se alumbraban con fogatas y música habían ollas comunitarias, todo era alegría, pero también la noche era el momento del peligro de la zozobra, los enfrentamientos eran a diario sin importar si llovía, si había hambre si no había donde quedarse a dormir, entre estos choques vi a una APH, así le decimos a las personas que brindan los primeros auxilios, nunca supe el nombre de ella, ni nunca le pude ver el rostro, solo la veía con su bata blanca, su casco azul y su botiquín, siempre andaba sola, la vi varias noches, sacaba compañeros heridos ella sola y los atendía sola, después esta mujer valiente ya no iba a menudo, la empecé a ver poco, después dejo de ir, a ella también nunca la volví a ver, siempre me pregunto qué será de ella.
El nombre de primera línea se escuchaba por todos lados, escuchaba decir que son “héroes” que era la juventud que se necesitaba en Colombia, pero también que eran ñeros, vándalos, que no estudiaban ni tampoco trabajaban, esto particularmente me causaba mucha tristeza por que sabia que no era así, ya era 11 de mayo y se escucho en noticias que mataron a Lucas Villa, que mataron a Lucas Villa.
Sabia quien era el, no se las demás personas, pero al enterarme caí en llanto fue la primera que dije nos están matando, nos están matando.
Ya se empezó a vivir mucha tensión por salir a las calles, escuche decir a muchos compañeros: yo no voy a salir porque no quiero que me maten, quiero llegar a viejo, no quiero tener problemas con nadie, quiero dormir tranquilo, quiero vivir tranquilo eso me decían entre lagrimas y con las voces entrecortadas.
También en esos días ya se escuchaba en Bogotá que el “portal de la resistencia” era uno de los lugares de concentración más grandes que los choques eran a otro nivel, me causo mucha intriga le dije a varios compañeros que fuéramos, pero con mucho temor me decían que no que allá era otra cosa, finalmente decidí ir, y solo me aventure a un territorio desconocido, allá sin que nadie supiera que era me fui a frente con un escudo de madera para protegerme, había mucha gente mucha más de la que me había imaginado o de lo que se rumoraba en las calles, de pronto al lado mío se colocó una mujer, llevaba casco, gafas, careta y un traje totalmente negro, era de estatura baja aproximadamente 1.50, 1.55 llevaba un escudo de madera café claro y me dijo: hola compañero vamos a aguatar hasta donde podamos, yo por pena solo afirme con la cabeza.
Después de eso, seguí y seguí asistiendo al portal de la Resistencia en Bogotá y siempre me la encontraba y me decía lo mismo: vamos a aguantar hasta donde podamos compañero, vamos a aguantar, ella resistía de una manera sobrehumana sin importar el que pasara nunca soltaba su escudo y se movía de lado a lado y retrocedía sin quitar la mirada del frente, como si estuviera entrenada para soportar el miedo, para soportar la ansiedad, nunca le pregunte su nombre ni de donde venia lo único que importaba es que en esos momentos éramos compañeros, que nos cubríamos las espaldas sin saber ella nada de mí, ni yo nada de ella.
Me causaba mucha intriga el cómo había una gran cantidad de mujeres luchando, entregando todo por una lucha, entregando mucho por un propósito, vi a otra mujer no le colocaba mas de 19 años, nunca la vi con casco, gafas o escudo tan solo con una camiseta negra que cubría su rostro, se metía entre la nube de gases sin titubear, ayudaba a romper piedras, ayudaba a encender el fuego, ayudaba a sacar heridos hacia muchas cosas en una sola noche, como si tuviera energía ilimitada, como si hubiera algo dentro de su corazón que le impulsaba a seguir a no decaer, a ella también la vi varias noches en el portal, pero de un momento a otro no la volvía ver tampoco, como a las otras dos mujeres de Suacha, me pregunto igual, que habrá pasado con ellas?
Volvemos a Suacha, había dos hermanas que eran las encargadas de la olla, esa olla que nos quitaba el hambre a muchos que no tenían nada que comer en sus casas o incluso que ni tenían casas, ellas casi todos los días cocinaban, hay veces dejaban de ir a trabajar por quedarse con nosotros, se quedaban a apoyarnos y darnos ánimos y no dejarnos morir, en mi cabeza decía estas mujeres como también lo entregan todo, exponiendo sus empleos, sus familias, sus hijos, por estar en la calles como decíamos en ese entonces en la lucha.
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SAN MARTIN “LIBRANOS DE LA INSEGURIDAD”
Por Jonnathan Velásquez
En un barrio ubicado en la localidad de Bosa, la inseguridad ha sido el villano oscuro de la noche, donde no está de Más, al pasar por sus calles invocar al santo del barrio para evitar la presencia del mal.
Hace año y medio, una banda delincuencial asesinó a un bicitaxista en un intento de asalto, en el cual uno de los supuestos pasajeros, por medio de engaño, lo llevo a una calle sola en el barrio San Martin. Según lo comentado por algunos residentes de la localidad, ha habido más atracos similares en la misma calle. (Semana.com)
El más reciente, que se haya publicado en los medios de comunicación fueron hace algunos meses en un reportaje llamado “Bogotá Noctambula “. En él. se observaba como una banda de delincuentes aprovechaba los trancones para robar, en la intersección ubicada entre la carrera 88c y la calle 56 conocida como como “la esquina del terror” (City Tv, 21 junio de 2022), estos delincuentes tras cometer el hurto, huían por las angostas calles de San Martin.
Podemos decir que en San Martín hay un flagelo que pone a los habitantes en alerta y es la inseguridad. no solo se presentan los hechos mencionados, también el hurto a celulares y bicicletas en menor escala, como se está presentando en varios barrios de la ciudad. Esta situación no se había presentado años atrás, inclusive, desde la fundación del barrio hace treinta o cuarenta años.
Ahora bien, según residentes que adquirieron los primeros predios , el nombre del barrio viene de una hacienda o finca llamada san Martín el cual prevaleció; si averiguamos más a fondo sobre la biografía del santo, encontraremos que fue una persona pobre, humilde dispuesta a colaborar a la comunidad, tenía el don de la curación, más que las obras que realizo en vida, fueron mucho más aquellas que se realizaron por su intersección años después (Corazones.org).
Durante el transcurso de estos años, varias personas de la región, de condiciones económicas humildes, construyeron sus casas, y poco a poco se fue consolidando el barrio como lo conocemos hasta el día de hoy recordemos que el sector está ubicado en una localidad vulnerable que poco a poco está en proceso de mejoramiento.
Podemos decir que, haciendo una analogía con el pensamiento de san Martín, que se debe aspirar que las personas humildes puedan tener condiciones dignas, que vayan mejorando poco a poco, en este caso observando las condiciones de infraestructura, el barrio ha tenido mejorías casas cada vez más altas, más bonitas, adornadas de escuelas y locales comerciales. Si San Martin estuviera en nuestra época y caminara por el barrio que se bautizó con su nombre, por una parte, estaría feliz de su progreso, pero por otro no podría “dar papaya”, como se dice coloquialmente, especialmente al sacar el celular al aire libre, o dejar la bicicleta un momento en la calle.
Pero, ¿Por qué en un barrio que estaba progresando poco a poco, en el que los niños que jugaban en las calles hasta la noche, y los adultos hacían tomatas afuera de las casas los fines de semana, se está perdiendo esta concepción de desarrollo y tranquilidad?
Por una parte, la ciudad ha crecido enormemente, y muchas personas de diferentes lugares del país, e inclusive de Venezuela, migraron a la localidad, y por supuesto, al barrio; de conocer a los vecinos que toda la vida o inclusive muchos años atrás caminaban por san Martín, de repente se observa muchas más personas, algunas de dudosa reputación en horas de la noche que hacen que los niños y adultos no puedan llevar a cabo sus planes habituales. esto me hace pensar en si sucede con otros barrios que, al ir urbanizándose sin un correcto ordenamiento territorial, transforma su ambiente de confianza y tranquilidad habituales .
Qué paradójico que en un Barrio con el nombre de un santo , predomine la inseguridad antes que las bendiciones ofrecidas a San Martín , es como si el nombre se colocara para velar por ese villano oscuro que ronda las altas horas de la noche ,como si el villano fuera un demonio que vagabundea las calles y ocasiona males a quienes circulan esperando bien sea transitar el barrio o simplemente dirigirse a sus casas , algo similar sucede con otros barrios como son San Bernardino , San Antonio , San pedro Claver , parece que en la localidad tantos barrios alusivos a santos se colocaron para interceder por los malos actos ocasionados por ese villano , por ese demonio al cual en este caso llamaremos inseguridad.
Podemos decir lo siguiente, y es que los delincuentes o personas que se dedican a delinquir , no son gente del barrio, cuando se comente el hurto bien sea a celulares o bicicleta , son forasteros de otros lugares, amigos y compinches del villano oscuro. lastimosamente cuando llega la policía al lugar de los hechos en la mayoría de ocasiones no llega a tiempo para lograr la captura.
Es por eso que, al caminar por el barrio, en sus calles solas, angostas, a altas horas de la noche, para no sentirnos solos. debería pasarnos por la mente la idea de decir “San Martín: libranos de la inseguridad”. Algo a lo que hacíamos referencia en años anteriores solamente para aludir el barrio que habitamos
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EL OJO QUE JUZGA LA MANO QUE CASTIGA
Por Martin Owen Paynen
En colaboración y agradecimiento a Estefany y Lizli campo
Caminar de un lugar a otro, sin rumbo fijo, el viento es quién guía tus pasos, el ruido de la ciudad, los carros pasan, tormenta de tiempo contratiempo juega más, la furia de la ciudad, la prensión del tiempo y lo económico, el azaroso juego de lo económico y lo político, la herida después de un sometimiento de encierro.
Cada transeúnte tiene un mundo que contar, el mundo se puede conocer a través de las personas, obviamente no todo, pero si una pequeña parte; pasa con todos los cuerpos en la tierra, desde el más diminuto al más gigante, los cuerpos son deformes poseedores de una energía vital, capaces de hacer y deshacer.
Antes y durante la pandemia, distinguimos una mujer que nos generó mucha curiosidad. Ella siempre pasaba por una calle principal de patio bonito, en horas de la mañana y horas de la noche, esta característica nos generó preguntas de la historia detrás de ese cuerpo.
Recorrer las calles de esta ciudad bajo el ojo biónico del paradigma, prejuicios que alardean un futuro mejor, sometido al sentido común que actúa como los hilos que manipula el marionetista, los ojos enfrascados en el vaso de agua ante un océano de personalidades; aunque se hable en la constitución política del reconocimiento y respeto por la diversidad, en esta historia estamos lejos de ese lugar.
Nunca supimos cómo se llamaba, pero la gente le tenía varios apodos ofensivos: el marimacho, la marikona, la trasputa, la loca, también estaba el polo opuesto el cual vio una belleza extravagante, pero este era una pequeña parte.
Patio bonito es un barrio ubicado en la localidad de Kennedy, hacia el sur occidente, este barrio es conocido como el barrio de las dos mentiras, porque no es un patio, ni mucho menos es bonito. Este barrio está cerca a una de las plazas más importante de Bogotá y la segunda más grande en Latinoamérica; plaza central de corabastos, por tal motivo se ve mucho movimiento comercial, en todos sus aspectos desde lo legal a lo ilegal, comerciantes de familias trabajadoras así como mafias repartidas en todo el sector. Hay mucho consumo de sustancias psicoactivas, trabajo sexual, trabajos formales e informales, al observar muchas de las personas que transitan por este lugar podríamos decir que el barrio es una pequeña isla de emigrantes e inmigrantes.
Esto implica un bagaje cultural y unas prácticas compartidas, la discriminación, la intolerancia, abuso de poder, fronteras invisibles, misoginia, xenofobia, etc; en ese submundo, una mujer transexual, una persona que con su sola presencia mostraba múltiples mundos, una persona que si mostrar el desgarre de su cuerpo se podía evidenciar, víctima por no cumplir ciertos estándares sociales y romper a la vez con ellos, transgredir aquel sentido común, las personas no binarias están bajo el estigma de lo anormal “lo no correcto”.
Lo anterior, es un telón de fondo que oculta y manipula prácticas violentas contra lo anormal, lo que no encaja, lo que no podemos clasificar, un telón que parece olvidar el valor de la vida: el binarismo y la etiqueta social.
Tocarema es un barrio ubicado en patio bonito, las personas que habitan en él, saben que de noche y de día, sin nombre y sin rumbo alguno, los pasos de esta mujer marcaban siempre la misma ruta. Su presencia era como la incertidumbre de la vida, sin un destino donde llegar, algunos la nombraban como la loca de la noche, otros como la plantada, otros como la maldita en cuerpo de maldito, no faltaron comentarios misóginos, machistas, violentamente le gritaban al verla pasar y ella indiferente siempre a la ofensa seguía su camino a ninguna parte.
La historia de esta mujer es contada y se rumora que perdió la cordura cuando la dejaron plantada en un intento de matrimonio, episodio desgarrador que rompió por completo la delgada línea entre la fantasía y la realidad haciendo de sus pasos, eternos delirios con lágrimas de sangre, aquella mujer después de un tiempo fue como si la tierra se la hubiera comido, jamás volvimos a saber de ella, un día apareció su cuerpo sin alma, cerca del rio de patio bonito, las transfobia pervirtió el sentido común, se volvió un fin para justificar el desarraigo de un cuerpo sobre el otro, de decidir el destino, de auto determinándose como Dios.
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LA CALLE. “UN AJEDREZ EN MOVIMIENTO”
Por Rolando Malaver Beltrán
shayruroma@gmail.com
Torres de frutas, verduras, hierbas, trastos y demás enseres para el hogar emergen en las calles. Reinas del pregón levantan sus potentes voces anunciando el “gangázo” del día. Caballitos motorizados recorren las calles en búsqueda de algún obrero o alfil que desee apresurarse hacia cualquier destino. Reyes de la informalidad hacen presencia en un tablero que junta a una localidad del distrito capital y a un municipio de Cundinamarca.
Los barrios la Despensa del municipio de Soacha y Pablo VI de la localidad de Bosa, han sido (entre muchos otros aledaños), testigos principales del nacimiento de un sinfín de iniciativas artísticas y culturales que través del tiempo, han resultado ser un hito de la resistencia popular desde las artes. Entre techos de tela, lona y lata, bloque y ladrillo; tejas de asbesto y planchas de concreto, se levantaban también, pequeños huertos que evocaban el campo que muchos se vieron obligados a abandonar a causa de “las violencias” de aquellas épocas, las cuales, no distan mucho de las actuales.
Corrales con parvas de diversas aves y animales por doquier. Los piares, cantos, cacareos, graznidos, cotorreos, maúllos y ladridos, musicalizaban la cotidianidad de sus habitantes; estruendosos sonidos de las tradicionales “mechas” de las canchas de tejo, se confundían con los disparos venidos de amenazantes camionetas oscuras que zumbaban en las noches, anunciando la búsqueda de cualquiera que se atreviese a hablar en contra de ya sabemos quién. Todo esto (por fortuna), contrastaba con la algarabía de las gaitas y tambores, con el sonar de bombos quenas y charangos, con la mágica transformación de las calles que lograba el teatro popular.
Carruajes fantásticos. Personajes misteriosos arribaban; caminantes gigantes inundaban los barrios…máscaras, zancos y máquinas oníricas, se oponían al incomodo llamamiento del miedo a hacer silencio frente a la barbarie. De los barrios de calles polvorientas en verano y fangosas en invierno, al concreto y el asfalto, hubo cierta espera.
Tras mucho tiempo de ausencia por “estos lares”, nos vimos gratamente sorprendidos, al encontrar en una cuadra de la reconocida “calle de las torres”, a un grupo de comerciantes informales que hacían del silencio, otra manera de hacer presencia en la calle. Bici-taxistas, vendedores de “lo que haya en cosecha”, y demás comerciantes y habitantes de estos sectores, se dan cita diariamente, para “echarse una partida de ajedrez”.
A la orilla de un anden que coincide con el límite geográfico entre el municipio de Soacha y la localidad de Bosa, se encuentran los barrios La Despensa y Pablo VI. Cuatro o cinco tableros del tradicional juego, ocupan una parte de las calles, sobre guacales y una que otra mesa que algún vecino facilita. Se dan cita a diario, para el repentino torneo.
Si hay algo que resaltar de esta iniciativa, es la capacidad organizativa de este grupo de personas. Es otra forma de apropiarse de las calles…del territorio. Mi curiosidad no cesa. No obstante, reprimo mi impulso de querer interrumpir tan mágico momento. Me inquieta saber. ¿Quién o quiénes son los artífices de esta idea? ¿Hace cuanto que se reúnen? ¿cómo se organizaron para adquirir los tableros? ¿qué manera se fueron sumando más adeptos a esta iniciativa?
Hay una pregunta más que me ronda en la cabeza: ¿Y las mujeres? ¿Por qué no he visto la primera vez a una de ellas participando?
Mientras el tiempo transcurre y continuo en mi dilema (preguntar o no preguntar), me surge una idea: Qué tal si a esto de la pregunta, le sumamos una cámara, unas cuantas entrevistas, una buena edición, y, de esta forma, contar que la calle, además de ser un lugar de disputas y tensiones, surge también, como un escenario donde lo colectivo y lo organizativo sigue vigente.
Que la gente recrea sus “lugares comunes”, socializa, pacifica y convive. De pronto, aquel escenario que en su momento fue mágico de otras maneras, de nuevo lo es. Los concurridos tableros de la urbe, con sus habituales movimientos (en todas las direcciones), se ven revitalizados por las acciones de sus habitantes. Las fronteras se desvanecen con la movilización de ideas como la de un juego de ajedrez, sin más argumentos que el de departir. En este caso, en medio de un silencio muy provechoso… ¡Ya habrá tiempo para otro tipo de diálogo!
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LA MAGIA DE LOS CERROS ORIENTALES
Por Ana María Castaño Bogoya
Cada mañana al mirar salir el sol, nuestros insignes cerros Orientales: Monserrate y Guadalupe, llamados por nuestros antepasados Pie de Abuela y Pie de Abuelo, nos seducen con su magia. Pocos sabemos qué hay más allá o incluso entre ellos. Formando por sus faldas de la montañas la V de Vichada un resplandor de luna en la oscuridad, nacimiento de nuestro río San Francisco que lleva su cauce por nuestro historico Eje Ambiental. ¡Qué ignorantes somos cuando no sabemos la magia que emana de ellos, historias escondidas tras el velo de lo que desconocemos.
Nacimiento de varios barrios, que pese al paso de la historia y el tiempo, no han sido legalizados por carencia de algún servicio básico. Imponentes cascadas nos invitan a acariciar sus aguas y entrar en ellas para un delicioso chapuzón. Esta tierra acoge a muchos Bogotanos y adopta hermanos de otras ciudades, a todos nos rodean con sus brazos nuestros cerros, abuelos orientales, y todos de alguna manera necios e ignorantes, olvidamos la magia que ellos resguardan.
Fueron durante décadas zonas de explotación maderera y minera, labores que transformaron totalmente su geografía y ecosistema original. El cerro el cable recibió ese nombre por las góndolas que deslizaban por los cabes bajando el carbón de su montaña. En su otra ladera más al norte, se extraía barro colorado, alimento de las primeras fabricas de ladrillo, en la falda sur, las canteras de piedra y arena que surtían la central de mezcla de cemento donde hoy se levanta la Gran Universidad Javeriana; después de una vida trabajando la montaña, les dieron un pedacito de tierra para empezar uno de los barrios que allí se esconde y que por circunstancias de la vida aun se legalizan. Han surgido nuevos desafíos en la conservación y restauración de una reserva natural, que de allí emana las delicias, también las que forman el río Salitre o Arzobispo cerca de los tanques del silencio, el nombre del río cambia con cada localidad recorrida, hasta su desembocadura en el río Bogotá. Los cerros Orientales de los que somos partes nos piden una ayuda para protegerlos, el mundo está en un constante cambio y las transformaciones son inevitables, pero podemos concientizarnos, colocando nuestro granito de arena; esta pequeña crónica dirigida a todos los bogotanos y sus hijos adoptivos es para que conozcamos y valoremos nuestros Cerros, Abuelos Orientales, entre todos podemos proteger y conservar el paraíso escondido que tenemos en nuestro Oriente, tesoros escondidos de Fauna y Flora, somos parte de un ecosistema que al protegerlo nos servirá para tener un mejor aire que respirar. Alentemos al mundo a encender los corazones para seguir cantando y disfrutando la magia que esconden nuestros abuelos orientales.
Desconocemos detrás del velo de las Cinco Localidades que cobija sus majestuosas y mágicas montañas: Usaquén, Chapinero, Santafe, San Cristóbal y Usme, cada una de ellas con su propia historia y cada una con su importancia por sus antepasados, cada una con una buena historia, todas llenas de magia para recordar y conservar.
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MEJOR, COMO CALLADA
Por asistentes taller Del Barrio para el Mundo
¿Qué diferencia hay entre los toros que matan en las corridas y las reses que salen del matadero con las patas pa´arriba? Se me ha ocurrido hoy la pregunta a propósito del movimiento en contra de la tauromaquia y la gran cantidad de comentarios que ruedan por las redes sociales sobre el tema, unos a favor, otros en contra -más los segundos que los primeros, hay que decirlo-. Pensé: Qué vaina, es cierto, pobres animales. Y entonces, consideré la posibilidad de unirme a la masa virtual protestante, pero me acordé de que yo como carne. Frente al contundente hecho de que unas tres o cuatro veces por semana mi plato se adorna con un pedacito de vaca/toro (¿Cómo saberlo?), me sentí hipócrita ante la idea de opinar en contra del asunto. Que al uno lo maten en fiesta y a los otros en masa, a mi modo de ver no hace mucha diferencia. Eso sería, guardando las proporciones, claro, como decir que hay más infamia en la tortura y muerte de Cuahtémoc que en la de los judíos por Hitler... ¿¡Cómo se mide la infamia!? Valoro y respeto el movimiento social en defensa de la vida y la dignidad -humana y animal-; pero mientras coma carne, mejor como callada.