Rubem Fonseca. El gran arte no se olvida

Fotografía Facebook/RubemFonseca
Fotografía Facebook/RubemFonseca

Por Mauricio Palomo Riaño

Escritor e investigador

abril, 2020

Cómo olvidar "El gran arte", estética magistral del asesino, privilegiando siempre la otra orilla de la institucionalidad y de paso haciendo ruptura de la novela negra de la tradición occidental. Cómo olvidar las descripciones del cuchillo, sus formas y sus detalles, la importancia del objeto con el que se consuma la sórdida acción.

 

 

Cómo olvidar el magnífico “Diario de un libertino”, sus sucesivos enredos entre sábanas incestuosas, acompañados de la erudición de un personaje resbaloso, y con el que en más de una oportunidad me quise identificar. Cómo olvidar “El seminarista” y su sabia decisión del abandono de la sotana por la criminalidad a sueldo, que respuesta más bella y más brutal a las instituciones fundamentales y a sus inanes accionares. Cómo olvidar "Paseo nocturno", para imaginar el matar calmando el estrés de un día de trabajo de mierda.

 

 

Cómo olvidar "Corazones solitarios", para desternillarnos de risa en las poltronas. Cómo olvidar el salto desde los centros judiciales brasileros a las páginas de los mejores cuentos policíacos de la América Latina contemporánea. Cómo olvidar a un casa sola fundamental en la construcción de la historia de la literatura latinoamericana, que no comulgó con booms, ni con falsas maniobras editoriales, sino que apeló a un camino propio bajo el espesor de una literatura trasgresora con nicho en las violencias urbanas. Cómo olvidar a Rubem Fonseca, que hoy se nos fue.

 

 

Rubem Fonseca nació en Minas Gerais el 11 de mayo de 1925. Fue un escritor y guionista de cine brasileño. Estudió Derecho y se especializó en Derecho Penal. Fue hasta los 38 años de edad que decidió dedicarse de lleno a la literatura. Antes de ser escritor de tiempo completo, ejerció varias actividades, entre ellas la litigante. En 2003, ganó el Premio Camões, una especie de Nobel para escritores en lengua portuguesa. En 2004 recibió el Premio Konex Mercosur a las Letras, y en 2012 el Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas. Falleció en Río de Janeiro el 15 de abril de 2020 de una afección cardiaca.