Ulrika: Revista, festival y tradición

Por Darío Lozada

Agosto, 2023

 

 

Al preguntarme de dónde viene el nombre Ulrika, no me quedó de otra que googlearlo. Ulrika es un nombre femenino, generalmente de uso mayoritario de la lengua germánica, que tiene una referencia importante y precisa en la literatura. De hecho, si en lugar de googlear el nombre hubiera empezado por leer la revista, me hubiera encontrado de frente con la respuesta. Recuerdo esa tarde en la que al tacto frío de una cerveza que no debía tomarme, conocí a un sujeto de pelo blanco, sombrero, gafas y un rostro presto a la conversación. Yo, ignorante de todo, decidí preguntar: «¿a dónde ha llegado la poesía que ya ni la rima ni los patrones métricos parecen tener importancia?». No tenía idea de nada. Justo había recién empezado a leer Suenan timbres y la poesía, al menos para mí, parecía solo tener una forma digna mientras se ciñera a algunas reglas formales que me negaba a aceptar que eran obsoletas. Él, con una serenidad trascendental, dijo: «es el rumbo natural de la poesía. Esas reglas tenían que transgredirse para conocer nuevos conceptos, nuevas formas, nuevos paradigmas.» En ese momento entendí mi posición: era solo un inquieto e insolente curioso de la poesía que anhelaba frenéticamente una respuesta. Ese sujeto, tan tranquilo e imperturbable, era el espíritu mismo de las palabras hecha persona: Rafael del Castillo.

 

Ya en la tranquilidad de mi casa, le eché un vistazo rápido al número “40” grande que sobresalía en la portada del número de la revista que había conseguido. Era el número setenta y conmemoraba los cuarenta años de la publicación de la revista. «Cuarenta años. Cuarenta poemas memorables». La premisa sencilla de presentar cuarenta poemas por lógica relación de los cuarenta años de la revista era evidentemente previsible, pero no por eso menos interesante. En realidad, ese número setenta de la revista era una edición especial, una de conmemoración de varias fechas especiales, por eso también se le hacía una importante mención a la edición N° 30 del Festival Internacional de Poesía de Bogotá, en la que el poeta homenajeado fue Augusto Pinilla, quien, por obvia relación, también tendría un espacio importante en la edición de la revista que tenía en mis manos.

 

Sin embargo, de nuevo volvía al nombre…Ulrika. Precisamente, leyendo las primeras páginas de la revista, leí lo que Fernando Linero tenía para contarme al respecto: «[...] A mi amigo Rafael del Castillo la vida le tenía guardada una Ulrika, pero esta se trataba de una apertura, una ventana que le inducía al nacimiento del poema [...]. Nuestra Ulrika nos ha permitido huir de la realidad; nos ha tolerado dilatar nuestra alucinación, dándole principios a nuestra quimera; ha sido el motor que posibilita que sigamos trabajando en el poema» (p. 3). Pensando precisamente en la Ulrika de Levetzow, “musa” que inspiró a Goethe a escribir la Elegía de Marienbad, Linero encuentra la metáfora perfecta para situar la compleja posición del poeta frente a su mismo oficio. Ahora, pensando que el poeta debería encontrar su Ulrika o, al menos, situar el lugar que le «tolere dilatar su alucinación», se vislumbra en mi mente esa sencilla empatía que sentimos quienes nos enfrentamos a un papel en blanco esperando poder consignar en él algo que valga la pena. Así pues, lo menos que puedo sentir es una profunda admiración por la ardua labor que ha llevado a establecer, por medio de la publicación de esta revista, una tradición que se construye y se consolida día a día con cada poema detrás del impulso y el esfuerzo mismo de la labor literaria.

 

Por supuesto, la labor de publicación continua e ininterrumpida de la revista Ulrika estuvo acompañada y complementada por otras que, de igual manera, ayudaron a consolidar una tradición poética en la ciudad. La revista se transformó en ese espacio propicio y seguro en donde la poesía pudo encontrar un porvenir. Precisamente, en la editorial del N° setenta se afirma lo siguiente: «Cuando el Festival Internacional de Poesía de Bogotá avanza en el tiempo cumpliendo una década más, es imposible no pensar en su detonante: la revista de poesía Ulrika. Y por ello que este número empieza precisamente con un regalo a sus lectores: un poema por año, desde su nacimiento». (p. 2). 

 

Hoy en día Ulrika no es solo una revista ni tampoco remite directamente a la enamorada de Goethe, es una corporación cultural dedicada a la difusión de la poesía, encargada, a su vez, de organizar el mencionado Festival Internacional de Poesía de Bogotá. También, se ha logrado consolidar como un sello editorial con el nombre de Ulrika editores, con el cual se ha extendido el alcance de la difusión que la misma revista ya había conseguido. Con todo este esfuerzo cultural y literario, se ha establecido una tradición que se fortalece día a día: el nombre Ulrika no se encuentra en Google como sinónimo de cultura, literatura y poesía, se encuentra en las calles, en el mismo círculo literario al cual pertenece, se encuentra en el Festival Internacional de Poesía de Bogotá, se encuentra en cada librería en donde se consiguen los títulos que produce Ulrika editores, pero sobre todo, se encuentra en una cerveza fría y en una conversación abierta y tranquila.

 

En El Establo de Pegaso —lugar neurálgico para la difusión de la revista y de la poesía en sí misma—, aún con la cerveza fría, Rafael, con la misma amabilidad que transmitió su primera respuesta, me dio un ejemplar del número setenta de la revista Ulrika y me dijo con una sonrisa tímida: «ten. Estamos de celebración». Quizá él no lo sabía, pero para mí, la poesía siempre está de fiesta. Mi cerveza se acabó y tuve que marcharme. La conversación quedó pospuesta para otro día. Al salir, el sol dibujaba con un rayo un camino que no quería seguir, pero que tampoco podía eludir. Detrás de mí, los pasos ya dados parecían escribir un verso negro al peso de un recuerdo de esa conversación que no pude terminar…y que no terminé jamás. 

 

 

Comentarios: 3
  • #3

    Gérstreet (viernes, 08 septiembre 2023 01:56)

    .

  • #2

    Andrés Jaimes (miércoles, 16 agosto 2023 20:39)

    Merecido homenaje a la revista Ulrika

  • #1

    Jairo Ferrer (jueves, 10 agosto 2023 14:54)

    Me pareció una reseña limpia y precisa dedicada a quienes sin fatiga llevan la vida dedicada a los versos.

 

 

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