Por Gustavo Arias Quiñones
La investigación se ha realizado en la ciudad de Bogotá capital de Colombia, donde he vivido experiencias en las cuales he sentido la discriminación racial por mi color de piel, mis costumbres, mi religión y mi lógica de mundo que no es eurocéntrica; lo cual me ha llevado a realizar esta reflexión para la transformación de la cultura, en búsqueda del respeto y la valoración de la diferencia. Por lo anterior, se da una mirada contextual para ubicar la investigación y tener herramientas de análisis de la realidad compleja del país y la ciudad en donde se desarrolla este trabajo.
Los referentes cifras y datos se toman de fuentes oficiales como el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas de Colombia (DANE) y algunas entidades locales distritales las cuales aportan datos que evidencian la existencia de desigualdades entre las condiciones socioeconómicas de los afrocolombianos y las del resto de habitantes de la ciudad, mostrando la imperiosa necesidad de llevar a cabo esta investigación y sobre todo un instrumento audiovisual que logre llegar a la mayor población posible de manera que sea conocida por personas afro y no afro, como material de reflexión y discusión en torno al racismo y la discriminación.
Históricamente la población afrodescendiente ha sido sometida a diversas formas de segregación, exclusión, racismo y discriminación. Hoy en día, a pesar de los diferentes programas implementados y orientados al desarrollo integral de los afrodescendientes para mejorar sus condiciones de vida, los resultados no son los esperados y en gran parte debido al fenómeno del desplazamiento forzado consecuencia de la guerra que se ha presentado en los últimos años, que conlleva la pobreza y la búsqueda de nuevas oportunidades. Aunque inicialmente en la época colonial los afrodescendientes fueron ubicados en las costas pacífica y atlántica del país mayoritariamente; sin embargo, también fueron llevados a los centros urbanos andinos como mano de obra esclavizada y servidumbre, lo cual nos indica entonces, que en ciudades como Bogotá, por ejemplo, siempre estuvieron desde la fundación de la cuidad conocida como Santa fe. Y así sucesivamente en todas las grandes ciudades.
De todas maneras, la población negra en Colombia desde su llegada en condición de esclavización, ha vivido las peores formas de racismo y discriminación que puede vivir un ser humano, pasando por la cosificación, exterminio, la negación hasta la asimilación y la integración; todo esto enmarcado bajo las formas de descubrimiento y conquista teniendo como modelo económico y político la colonización, lo que produjo la pérdida progresiva de las culturas no solo indígenas, sino también con las que los africanos habían llegado al continente.
Aunque el colonialismo fue más antiguo, el Estado continuó implementando una política de colonialidad que sirvió como sistema de poder capitalista, el cual se fundamentó en la imposición y clasificación racial étnica de la población afro e indígena. Piedra angular, como lo plantea Quijano, de dicho patrón de poder el cual funcionó en todos los planos de la vida de los hombres y mujeres en condición de esclavización donde el control y la autoridad tanto política, cultural social y económica la tuvo siempre el hombre blanco. A pesar de toda la resistencia, lucha de emancipación de los africanos y sus descendientes se implementaron políticas que apuntaban solamente a negar el ser afro en todas sus dimensiones.
Este trabajo busca mirar como esta situación vivida desde hace más de 518 años no ha cambiado y el racismo en pleno siglo XXI en Colombia continua operando como mecanismo de poder, dominación y clasificación social, en donde en la pirámide de esta clasificación los afrocolombianos están en la última línea de la misma, lo que conlleva que aún se viva la segregación, el empobrecimiento, la falta de oportunidades y los peores niveles de vida de la población afro; razón por la cual se hace necesario hacer un análisis y sobre todo colocar sobre la discusión actual el tema del racismo que viven diariamente niños, niñas jóvenes en nuestro país que trae como consecuencia una serie de problemáticas psicosociales, económicas y culturales.
Es importante acotar que en Colombia, a raíz de las reclamaciones de las organizaciones afrocolombianas y negras lideradas por una serie de activistas sociales, se da inicio a la preocupación por estos temas que son la principal motivación de gran parte de las reivindicaciones del movimiento afro. Las reclamaciones han sido de todo tipo, entre estas la insistente exigencia a los intelectuales y académicos a escribir sobre la temática del racismo por lo que en Colombia surge recientemente la afrocolombianidad como campo de investigación, que aunque es un paso mínimo, es necesario continuar.
Además ha resurgido un auge desde la investigación, no solo de manera escrita sino también desde el plano del arte, en específico de los audiovisuales. Aunque el tema no se enfrenta abiertamente desde los audiovisuales, si se ha dado inicio a la discusión que de alguna manera han logrado presentar personas que ven el racismo desde afuera, es decir que no lo ha vivido en carne propia pero que si lo identifica como algo que existe en el país.
Es por esto que se necesita hacer una reflexión directa sobre el racismo, la discriminación y la segregación desde las mismas personas que lo siente en carne propia es por eso que la investigación busca abrir un dialogo que abra la discusión en relación a las diferentes problemáticas que genera el racismo en las personas negras en Colombia y como este fenómeno deteriora la vida de los sujetos que son víctima de este flagelo.