Rap bogotano: herramienta de transformación social

Fotografía de Liza María Cobos
Fotografía de Liza María Cobos

por Redacción Quira medios

Fotografías de Liza María Cobos

Febrero, 2020

 

El rap bogotano y colombiano ha hecho eco trascontinental desde hace décadas. Fabian "Psique Rap" está invitado al Festival de las artes, organizado por Quira medios, la revista vitalogía y Babilonia. Esta entrevista es una invitación a conocer este género músical este sábado 7 en El Bukowski. Una rumba rapera desde las 8 de la noche a 10 mil lukitas.

Antes de hablar de la música y del proyecto musical, un poco de su vida: ¿dónde nació?, ¿cuántos años tiene?, ¿qué otras actividades adelanta aparte de la música? Entre otras cosas.

Mi nombre completo es Jeison Fabián Roa Sánchez, tengo 21 años y soy bogotano, aunque no cien por ciento rolo porque mis padres son de otras partes del país: mi papá es de Boyacá y mi mamá del Tolima. Estudié psicología –finalicé materias en 2019– y actualmente estoy terminando mi trabajo de grado. He trabajado como gestor cultural en la localidad de Suba desde hace unos seis años, y lo sigo haciendo, y también he adelantado ese tipo de gestión para algunas ONG. Y, por supuesto, llevo un largo proceso en torno a la música.

Sus padres vienen de Boyacá y el Tolima. Cuéntenos cómo eso ha influido en su vida, en su profesión como psicólogo, como gestor y, desde luego, como músico.

Me ha servido mucho lo que he heredado de ellos en términos de cultura. Las dos culturas, la boyacense y la tolimense, son muy distintas. Mis padres me hicieron comprender que a pesar de que a veces diferimos, existe la posibilidad de compartir con el otro y de poder conocer esas otras experiencias, esas otras formas de ver el mundo.

Conocer, por ejemplo, la cultura tolimense, es muy bacano: la delicia de la lechona, las fiestas, el San Pedro, todas esas cosas y experiencias enriquecen el discurso propio y también la praxis. También lo boyacense; desde ese lado se me inculcó el amor por el campo –mi abuela todavía cultiva papa y a veces vamos y le colaboramos con los cultivos–, y la música: la carranga, algo que nos llena y es muy autóctono.

 

¿Cómo ha sido el trabajo de Psique Rap, no sólo desde lo musical, sino también a partir de la gestión cultural y de lo social?

 

Ambas cosan surgieron simultáneamente. Más o menos a los doce años inicié con la música y casi al mismo tiempo empecé a adquirir cierta conciencia de los problemas sociales, de lo que sucede en el entorno. Luego, finalizando el colegio, conocí a un grupo de chicos que se congregaban en el barrio para hacer rap, y empezamos a vernos los viernes con cierta frecuencia. Uno de los asistentes tomó entonces la vocería y propuso que hiciéramos el encuentro más grande, que empezáramos a convocar más personas, más artistas, y de ahí surgió el primer proceso: un colectivo llamado Beat Voces. El colectivo se reunió todos los viernes durante tres, cuatro años, en un parque del barrio, en la localidad de Suba. La idea era apropiarnos del espacio, ya que este tenía varios problemas: sustancias psicoactivas, peleas entre los chicos de los colegios… El espacio creció rápidamente y llegamos a compartir con ciertas personas de la escena hip hop distrital, como Selene, Siefert, Yoki Barrios y Barragán, entre otros artistas destacados. En resumen, las dos actividades se enlazaron y se retroalimentaron en la búsqueda de una transformación social por medio del arte.

¿Y por qué Psique Rap? Uno supone varias cosas, pero nos gustaría oírlo de su parte.

Psique Rap fue un nombre que adopté hace unos tres años. Antes tenía el nombre Big Bang, pero decidí cambiarlo porque es el nombre que usa una banda asiática. A raíz de estar estudiando psicología, de conocer el mito de Psique y Eros, de que Psique tiene cierta inclinación por el conocimiento, y de que mis letras también tratan de involucrar un poco lo que es la psicología, entonces adopté el nombre.

El equipo de Quira llega a un público diverso. Algunos de los integrantes de Quira son psicólogos, administradores, poetas, periodistas… Cada uno, a su manera, comprometido con su localidad. ¿Cómo ha sido el trabajo de llevar la música y la cultura que se hace desde Suba hacia la ciudad, y viceversa?

El proceso surgió en el barrio, y como un proyecto musical personal. A la par de ir trabajando con el colectivo, empezamos a tener contacto con otros colectivos —actualmente estoy apoyando el proceso de una escuela popular llamada Mano Abierta, también desde el rap—. Si bien tenemos nuestra escena hip hop, el arte que se produce en Suba, se ha ido buscando la conexión y articulación con otras escenas de la ciudad. Para ello ha servido mucho un medio publicitario llamado Suba Joven, que está moviendo todo el tema del hip hop en la localidad. Gracias a ellos se han establecido redes con grupos que adelantan actividades en otros barrios, en otras localidades, y eso nos ha llevado, por ejemplo, al 20 de Julio, a San Cristóbal, buscando siempre compartir el arte.

Pero en la actualidad, lo que hago musicalmente es muy personal y trato de no vincularlo con los procesos sociales del barrio. Trato de llevar mi proceso musical muy aparte de lo que hago a nivel de gestión cultural. Por ello he tratado de darme a conocer en otras ciudades, con distintas personas, en otros barrios, buscando que aprecien mi música. Y el proceso ha sido muy interesante porque al moverme en otros círculos, donde no necesariamente se oye rap, sino otros géneros, como el rock, al acercarse a mi música, al rap, pueden hacerlo con interés y valorarlo.

Tupac Shakur decía que llegó al rap por la poesía. El rap era su manera de llegarle a la gente. ¿Qué piensa de esa línea de raperos norteamericanos que oscilan entre la poesía de corte social, por un lado, y lo comercial, por el otro?

Recordemos que Tupac venía de una corriente sumamente subversiva —su mamá pertenecía al combo de las Panteras Negras—, por lo que su línea es muy contestataria. Uno, para reconocerse, debe acudir a sus propias raíces. Por eso decía antes que las culturas tolimense y boyacense me han influenciado, pero eso también lo he enlazado con raíces de la cultura del hip hop, que surge en un entorno fuerte, contestatario.

Muchos de los antiguos artistas norteamericanos del hip hop han influido bastante, pero de los actuales son pocos los que le están apostando por la transformación social. Siento que ahora la cuna del rap que transforma, en la actualidad, está en Latinoamérica. En Latinoamérica se está generando algo más poderoso a nivel de letras y contenido. Creo que les estamos dando la pela en ese sentido.

Grupos como Tres Coronas han llegado a Nueva York y a otras latitudes. En Latinoamérica hay distintas corrientes, por ejemplo, el movimiento en Las Cruces, el rap hecho por indígenas, algunas propuestas desde el Ecuador… ¿Qué opinión tiene al respecto?

Es tremendo. A nivel de Latinoamérica se están dado muchos procesos desde el hip hop. Por ejemplo, desde Chile está la fuerte propuesta de Portavoz y desde Perú la voz contestataria de Pedro Mo. En Colombia, también, Linaje Originarios... Es interesante cómo el hip hop ha llegado a permear las culturas latinoamericanas, integrándose con ellas. Eso da un impulso para crecer y no abandonar nuestras raíces… para decir «somos esto»: «somos Latinoamérica».

En vista de la situación política y social que vivimos en Colombia, cuando las instituciones, el gobierno y la clase empresarial se descaran, y no hay solución judicial a ese desorden en el horizonte, ¿qué mensaje le dejaría a los lectores de Quira al respecto?

Creo que en lo político debemos empezar a participar. Nosotros, quienes conocemos los problemas y las posibles soluciones, debemos involucrarnos en los espacios políticos. Recurrir a las juntas de acción comunal, a los espacios en los que se pueda incidir en las políticas públicas. Hay muchas cosas neurálgicas: la seguridad, el desempleo… Se me ocurren dos soluciones: una, organizar-nos como población para allegar a los espacios políticos nuestras opiniones, y, en segundo lugar, trabajar desde los territorios a nivel social. Cambiar uno mismo para cambiar el entorno.



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