78 años desde el primer reporte oficial ovni
Por Carlos Alberto Ríos C.
Julio, 2025
Corría el año de 1947. La Humanidad apenas se estaba reponiendo de la cruel y despiadada II Guerra Mundial, estábamos iniciando otro camino no menos tortuoso donde la desconfianza entre los dos bloques que habían sido aliados en la reciente guerra, ahora sembraba de incertidumbre a la sociedad humana manteniendo en vilo su existencia, en especial por el desarrollo del armamento atómico; definitivamente entrabamos en nueva era.
Y en medio de tales circunstancias, no se sabe si por los caprichos del destino, el temor, la manipulación de las potencias emergentes o la esperanza profunda de una Humanidad que soñaba con una época de paz y progreso; apareció en escena el misterio de los “No Identificados”. Objetos o luces extrañas que surcaban los cielos, asombrando a los testigos tanto civiles como militares, al no entender plenamente de que se trataba este fenómeno. Precisamente en 1947, más exactamente a finales del mes de junio y principios del mes de julio se difundía por la prensa de la época en EEUU y el mundo dos relatos asombrosos que se consideran hoy como los hitos que dieron origen a la rama de investigación que estudia los OVNIs más conocida como Ufología. Nos referimos al avistamiento de Kenneth Arnold el 24 de junio y al incidente de Roswell el 2 de julio de dicho año.
En el primer caso Kenneth Arnold, un piloto aficionado comenta que observó 9 objetos volando de forma peculiar y a una muy alta velocidad sobre el Monte Rainier en el estado de Washington, tenían un aspecto similar a un boomerang y se movían en formación. Y justo cuando apenas entre la opinión pública se difundía esta noticia, un nuevo artículo de prensa el día 8 de Julio en la prensa de EEUU pone de relieve un incidente ocurrido realmente el 2 de Julio en un rancho en Roswell Nuevo México, con la aparente caída de un objeto cuya forma era similar a un platillo, dejando escombros en una amplia zona y según algunos testigos, al parecer cuerpos de humanoides en el lugar.; avivando la sospecha de que fuera un artefacto extraterrestre.
Lo que más contribuyó a crear un ambiente de intriga y conspiración, fue el comportamiento del gobierno y los entes militares encargados de acordonar el lugar, prohibir el ingreso de civiles, desmentir a los testigos, incluso hacer cambiar las versiones de algunos de sus hombres que habían dado declaraciones a la prensa (como el Mayor Jesse Marcel), con tal de esconder y evadir las respuestas sobre lo que había caído en aquella apacible zona. A partir de ese momento nacieron infinidad de historias conexas, teorías de conspiración, bases secretas donde se hacía ingeniería inversa a las naves extraterrestres, interrogatorios a supuestos alienígenas capturados o autopsias a los cuerpos de estos seres foráneos; hasta supuestos pactos secretos entre agentes del gobierno y estas razas del espacio.
Evidentemente hoy en día son más las preguntas alrededor de este asunto y de todo lo que involucra, que las respuestas obtenidas. Estamos tal vez más lejos de la verdad que al principio aunque han habido avances en líneas serias de investigación dentro de la Ufología ya que incluso miembros destacados de la sociedad científica, políticos, militares, académicos y líderes espirituales, no solo promueven las investigaciones sino que además consideran muy probable que el fenómeno sea más real de lo que pensamos además de que efectivamente podría tener una explicación relacionada con la visita de seres del espacio.
Han sido décadas de arduo trabajo para los investigadores de los OVNIs (ahora llamados UAP o FANI por el Pentágono: Fenómenos Anómalos No Identificados), ya que este tema que nos conecta con el Universo, involucra las preguntas más trascendentales que nos hacemos como seres humanos, nuestra razón de existencia, la vida misma en este punto azul pálido como diría Carl Sagan refiriéndose a nuestro planeta.
Actualmente la Ufología se ha subdividido en líneas diversas de investigación fruto de la gran cantidad de datos e información, conectando los variados misterios que alberga nuestro planeta. Por ejemplo, tenemos la Ufología Clásica, encargada de analizar fotografías, videos, testimonios, realizar mediciones de campo y en general lo concerniente a los avistamientos de naves y posibles encuentros con los tripulantes. Por otra parte, se abre paso la Ufología Ancestral, donde se combinan diversas áreas del conocimiento como la historia, antropología, arqueología, arqueoastronomía, cosmología, paleontología, genética, entre otras; indagando el pasado de la humanidad, buscando pistas de la presencia de posibles seres extraterrestres en la antigüedad y su influencia en el desarrollo de las civilizaciones humanas.
Justamente hablando del encuentro con seres extraterrestres, surge el campo dentro de la ufología conocido como contactismo, tal vez el más complejo y difícil de comprobar por la mayor carga de subjetividad; ya que diversas personas afirman tener una comunicación más o menos fluida con entidades alienígenas, quienes les dan mensajes diversos. Los primeros contactados surgieron en las décadas del 50 y 60 del siglo XX; algunos muy reconocidos como George Adamsky y Daniel Fry. Ya en los años 70 surgen figuras tan importantes como el suizo Billy Meyer quién afirma tener contacto con seres de las pléyades o el ingeniero Enrique Castillo en Colombia, cuyos contactos con diversos seres de razas muy avanzadas nos transmitieron mensajes acerca del cuidado del planeta, el desarrollo en paz de la humanidad y la referencia a la llamada quinta columna es decir seres extraterrestres que viven entre nosotros observándonos de cerca y según dicen apoyando nuestra evolución como civilización. Posteriormente los contactos de Sixto Paz Wells en Perú y Dante Franch en Argentina, entre otros reconocidos contactados; han mantenido el hilo de un capítulo dentro del tema Ufológico, por demás extraño, intrigante y esperanzador, puesto que prácticamente todos los mensajes apuntan a un cambio planetario, a la necesidad de elevar nuestra consciencia y a cuidar la Madre Tierra, a comportarnos realmente a la altura de una civilización de carácter galáctico, como se supone son aquellas que nos visitan.
Pero por supuesto, no todo dentro del tema es diáfano o tranquilo, hay muchos reportes de testigos que sufrieron efectos adversos después de alguna experiencia con este fenómeno, por ejemplo, el caso de Arcesio bermúdez en 1969 acá en Colombia, quién a los pocos días de tener un avistamiento muy cercano con una esfera luminosa de color ámbar, enfermó gravemente y murió. A la fecha no se sabe si fue debido a alguna radiación desconocida. Otros casos detallan problemas nerviosos o shock extremo en los testigos de estos encuentros. Y por supuesto también el efecto colateral que la cultura popular ha sumado al tema OVNI con producciones de cine que apuntan generalmente a mostrar a los extraterrestres como seres malignos, invasores y dañinos, que buscan esclavizarnos o exterminarnos; creando un miedo colectivo ante estos fenómenos.
Como ven, el tema extraterrestre es un campo muy amplio que afecta a la Humanidad en todos los aspectos: científico, militar, económico, espiritual, social, psicológico, etc; de ahí que nos cause tanta atracción y por ende implique para la humanidad las respuestas a las grandes preguntas que nos hacemos: quienes somos, de dónde venimos, hacia donde vamos, y cuál es el sentido de nuestra existencia.
Tal vez esté más cerca el día en que la humanidad tenga un contacto abierto y masivo con estas razas estelares, pero antes debemos lograr una real convivencia pacífica entre nosotros y con el planeta; obtener los quilates suficientes para relacionarnos con las civilizaciones galácticas, que posiblemente nos llevan una delantera significativa tanto tecnológica, social y espiritualmente; de otra forma no habrían perdurado. Esto último nos da esperanza y demuestra que es posible también para la Humanidad pasar esta etapa de convulsiones, dudas y conflictos; que si ellos lo lograron seguramente nosotros también. Quizá en la profundidad del corazón y la intuición humanos, subyace esta fuerza que nos motiva a mirar el cielo y las estrellas, a preguntarnos constantemente si hay alguien allí, para algún día convertir esta esfera en lo que realmente es: un mundo de Luz y Vida.
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*Carlos Alberto Ríos Caviedes
Investigador independiente en ufología, espiritualidad, meditación y percepción extrasensorial; entre otras áreas. Actualmente desarrolla conferencias y talleres vivenciales en estos campos, enfocados al crecimiento integral del ser.
Forma parte activa desde el año 2019 del grupo de instructores de la Academia de Parapsicología Urantia en Bogotá, al frente del área de Ufología (Estudio de los Objetos Voladores no Identificados).
De igual manera ha participado como Gestor y Organizador del Tercer Encuentro de Unidad Mundial realizado en Colombia en el mes de agosto de 2021, entre otras colaboraciones.
Desde los años 80 se interesa por temas relacionados con el universo, los ovnis, la vida extraterrestre y la espiritualidad. Esto lo lleva a iniciar lo que él llama un viaje personal de autodescubrimiento, investigando variadas fuentes y siguiendo el trabajo de autores como J.J. Benítez, Sixto Paz, Erich Von Daniken, Carl Sagan, El Libro de Urantia, Omraam M. Aivanhov, Torkom Sarai Darian, Richard Bach, entre otros referentes.
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