Poemas de Natalia Quijano

Por Amarú Vanegas (Poeta, gestora y dramaturga venezolana)

diciembre, 2021

Una de las noticias que vale la pena destacar del 2021 es el despertar de voces poéticas a lo largo del año. Natalia Quijano presenta su libro 9 poemas, realizado con el Dueto Ashimma, contiene una presentación de la destacada poeta venezolana Amarú Vanegas e ilustraciones realizadas por el dueto. Acá el texto de Amarú que precede los poemas y que nos brinda pistas de lectura sobre la obra de Natalia Quijano, también una muestra de la unidad del libro junto a algunas de sus ilustraciones y los textos poéticos de esta escritora que emerge y que seguirá siendo noticia en el 2022. Su poemario se encontrará en Amazon y por esta vía tendremos más noticias sobre su despliegue internacional.

(Redacción)

Poemas de Natalia Quijano

A manera de Prólogo a "9 Poemas"

por Amarú Vanegas

9 poemas, nos sitúa al centro de una imagen expansiva, in crescendo, como el universo o “el misterio de la noche”. En este lugar para la contemplación, Natalia Quijano, nos invita a respirar el éter de la poesía hacía las profundidades. Allí, lector y palabra se funden en el asombro.

En estos poemas el alma dice y, con la palabra vibrando en la fibra íntima, atraviesa los umbrales de la materialidad para conectarse con la memoria, el linaje y la identidad, reconociendo su ascendencia en un tributo sensitivo: “Mi sangre / el poder de mis ancestros recibido como galardón y digno castillo de fe”. La sangre heredada, su energía, se convierte en la forma de llegar a la luz y vincularse con el todo.

También nos remite a un sustrato místico, piedra angular de las revelaciones y de la mantikè, donde canta el ave de la premonición. Allí la poeta construye el mito desde la piel: “Me he visto desnuda en el trance de tu sabor”, como en la posesión platónica, acto de comunión con la fuente universal. Surge, entonces, el puente desde el presagio cuando el poema vislumbra el futuro con cierta confidencia e incita a la introspección, al acto inaugural de la creación; en un viaje que tanto se ha buscado afuera y que las imágenes de la creación sitúan en la acción del himno, donde el ser desnudado de pretensiones consigue la identidad primordial.

Tal intención hace de la poesía el canal para la autoafirmación: “Sigamos siendo intérpretes del amor y del YO SOY” dice Natalia. Allí, en la conjunción de todos los elementos Flama, Aire, Tierra y Agua; la poeta nos canta en todos los matices que van desde el silencio hasta el sonido: escalas acústicas y visuales de inaprensible belleza. Se instaura un orden del ser en armonía con su propio reflejo, como aguas que recuperan del verbo la emotividad de su quintaesencia.

Natalia Quijano nos presenta este cosmos vital y nos asegura que hurgando se llega al “yo”, al renacer de la conciencia, o como diría Jung “Quien mira hacia afuera, sueña. Quien mira hacia adentro despierta”.

Amarú Vanegas, 2021

"Agua", Dueto Ashimma
"Agua", Dueto Ashimma

Algunos poemas de Natalia Quijano:

 

L i n a j e

 

Mi sangre,

el poder de mis ancestros recibido como galardón

y digno castillo de fe,

la armonía que yace escondida en el interior de mis

relieves.

La incógnita se abre para acompañarme a danzar en el

silencio que habito.

Encrucijadas que, sin prisa,

remueven las bases inacabadas,

depuran las telarañas que dejaron mis antepasados.

Medicina,

expansión,

se amplian mis radares.

Me detuve y en cuestión de segundos,

todo,

empezó a brillar;

desde el amor del infinito,

soy partícula finita,

átomo,

vibración,

frecuencia,

sonido...

Todo y nada,

soy creación,

soy mi madre,

soy mi padre,

soy semilla en tierra fértil,

cosmos,

galaxia y estrellas que titilan,

iluminando mi propia oscuridad.

Me he visto desnuda en el trance de tu sabor,

inocua,

fértil y ambigua,

invisible,

vulnerable.

Escucho mis gemidos de dolor y placer:

la consciencia que me da tu fuerza sanadora,

me enseñas a aceptarme,

a amarme sin condiciones,

sin límites visibles,

sin apegos a nada ni nadie fuera de mí.

Me has devuelto el regalo del presente;

navegamos el pasado, ese tiempo sin horas,

vemos el sueño que soy.

 

¿Dónde quedaron los anhelos del futuro?

La creación constante de nuevos laberintos

distraen.

Me respondes con el arrullo del aire,

el movimiento del agua fluyendo,

el calor del fuego encendido,

la llama azul del amor que en las raíces de la tierra

se entreteje,

con la convicción firme de ser cómplices en el despertar

de la nueva humanidad.

"Linaje", Dueto Ashimma
"Linaje", Dueto Ashimma

 

F l a m a

 

Búsquedas incesantes

de ríos con el alma viva,

expandida,

profunda,

reluciente,

inefable.

Construyes,

destruyes y renaces,

floreces, navegas al interior,

socavando todo más allá de la consciencia.

Contemplas la lejanía del recóndito y armonioso

misterio de la noche,

conspiras y entretejes larvas que por poco me atrapan

fuera de mí,

reflejos en movimiento.

Si fuera palabra

¿sería una metáfora?

¿una hipérbole?

¿un cuento?

¿una novela?

¿un diario?

Quizá la escafandra me lleva a sentir la composición

del tiempo,

del lamento,

de la voz,

del canto que nace,

en la sonoridad universal.

Nada es eterno,

solo tu amor

calcinando la piel;

soy de la poesía misma,

solo a ella le pertenezco.

Los estadios de tus fases,

esos laberintos,

reflejan cada una de mis sombras;

renace entre ellas la sutileza, la luz,

la contemplación.

Si la vida no es huesos y hiel

solo sonido o silencio

¿qué es lo que queda?

la música,

la poesía,

el amor...

Queda el mismo silencio,

un suspiro y su belleza trascendente.

Emerge en mí la flama,

todo es melodrama,

absurdo.

Frenético escondite hecho de selva:

Amazonia y cordilleras.

"Flama", Dueto Ashimma
"Flama", Dueto Ashimma

 

U t e r o s

 

Abuela,

madre,

hermana,

hija,

mujer.

Tantos roles asumidos,

tantas posibilidades de ser,

la red se extiende en tus adentros:

el útero encantado.

Hogar,

el mismo que abandonas cuando te encuentras perdida.

Todas las maneras indefinibles de envolverte entre

sombras,

me gustan

los acordes que nacen contigo,

me gustan.

Danzan junto a tí en el matiz de la nueva mañana,

todo llega a recordarte la misión del ser.

Aunque resulte inevitable para tu lucidez y gracia

expresar el agobio de lo cotidiano,

prefieres disfrutar del cambio y la cosecha de las huellas,

que tus manos van dejando detrás de cada nueva caricia.

Te deleitas en el placer del secreto,

de todo lo que han dicho durante siglos

que no puedes ser,

aun siendo el sentido vivo del despertar de la tierra,

se clama la compasión y maternidad emanada de tus

poros.

Permite tus heridas sanen,

reconócelas,

acéptalas y,

si sonríes después del llanto,

rompe el molde impuesto;

atrévete a sentir, a expresar.

Nace envuelto en flamas de intuición despierta,

con la impresión perceptible y única del silencio como

tu guía,

de la palabra como talismán de sabiduría y de amor

expandido,

de todo el amor,

del que estas hecho.

"Úteros", Dueto Ashimma
"Úteros", Dueto Ashimma

Natalia Quijano nació en Bogotá y ha vivido en esta ciudad, en México y Estados Unidos. Ha dedicado los últimos años a la escritura, la música y la atención terapéutica para la recuperación emocional y espiritual de las personas.

En estos procesos sanadores ha trabajado con el Cacao. Hace parte del dueto Ashimma y trabaja en su segundo poemario.