Pedro Ortiz
Premio Verso Dorado a la Poesía Colombiana
Por Redacción editorial
Marzo, 2024
El poeta Pedro Ortiz, oriundo de Sibundoy, Putumayo, ha sido galardonado con el premio Verso Dorado a la Poesía Colombiana, en la categoría de mejores poetas regionales. El Premio Verso Dorado es promovido por el Gremio Poético Colombiano. La ceremonia de premiación se llevó a cabo en la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá.
Pedro Ortiz es abogado egresado de la Universidad de Nariño y magister en Desarrollo Rural de la Universidad Javeriana. Fundador del Festival de Literatura del Putumayo. Actualmente trabaja en la restitución de derechos territoriales como parte del área étnica de la Unidad de Restitución de Tierras en Putumayo.
El autor de estos poemas nos acerca a la riqueza cultural del sur del país. Comparte con nosotros el Samai –aliento– que nos permite conocer y aprender de las maravillosas personas que habitan este territorio. Donde la “palabra” tiene una gran importancia y se considera el hablar bonito (suma rimai), uno de los principios que rigen la cosmovisión del pueblo indígena Inga, junto al pensar bonito (suma rimai) y al vivir bonito (suma kaugsai), coordenadas hacia las que se dirige la obra de este autor del Putumayo. Es autor del libro Samai (2015) y Fluir (2021).
Participaciones
Ha sido invitado al 27 Festival Internacional de Poesía de Medellín, al Recital Internacional de Poesía desde el Sur y al II Encuentro Internacional de Escritores Facatativá 2013. En marzo de 2015 recorrió varias ciudades del país presentado su libro “Samai”.
Reconocimientos:
• El 30 de noviembre de 2016 fue reconocido por la Revista Correo del Sur como el poeta más destacado del Sur-occidente colombiano.
• Medalla al Mérito “José de las Casas”, en el grado de ciudadano distinguido, otorgada por el Honorable Concejo y el Municipio de Sibundoy.
• Beca Colciencias: Ganador de la Convocatoria para Formación de Capital Humano de Alto Nivel para el Departamento del Putumayo. Modalidad Maestría Nacional.
• Premio Verso Dorado a la Poesía Colombiana, en la categoría de mejores poetas regionales, otorgado por el Gremio Poético Colombiano
A continuación compartimos una selección de sus poemas:
La danza del tiempo
La tierra está dispuesta para la siembra,
ha llovido y no hay más luz que la de tu brillo.
Perfecta es la armonía de tu cuerpo,
bailando a favor del viento,
la danza del tiempo
y del silencio.
En los surcos que han abierto tus pies,
caen las semillas que conforman tu vestido.
Cuando quede expuesta tu desnudes,
se iluminarán los caminos
y mi destino.
Preparado estaré entonces,
para el sonido de tu voz.
Para escuchar al kinde,
que habita en tu corazón.
Mis pies seguirán tus huellas,
y estaré contigo,
cuando florezcan los bosques de estrellas.
Mas ahora me basta,
con aferrarme a tu cintura.
Y contar los soles,
que la circundan.
Con mirarte en el centro del mundo,
sonriendo siempre,
bailando a favor del viento,
la danza del tiempo
y del silencio.
Taita
Quién sino él
me regalaría un sombrero,
del cual podía extraer un conejo
un sol, una canción.
Quién sino él
me salvaría con loina,
cuando era un niño perdido
que coleccionaba abismos.
Quién sino él
me presentaría otros cielos,
con tan solo la esencia
de una hoja de selva.
Quién sino él
me llevaría por la tierra,
hasta llegar a la poesía.
Impulsándome a vivir,
dándome motivos para escribir.
Quién sino él
me enseñaría un día a desaparecer,
cubriéndome con un sayo,
amparándome de la tormenta,
conjurando un rayo.
A quién sino a él
le debo el volver
siempre al verso,
a la magia, al juego.
A quién sino a él,
le dedico este recuerdo.
Espíritu guardián
Me amigué con tu espíritu guardián,
le compartí mi tabaco
y le ofrecí una pluma de quetzal.
Le ofrendé mis canciones
y las de mi comunidad.
Encendí palo santo,
y elevé junto a él oraciones andinas.
Pidiendo bienestar y felicidad
para ti y tu familia.
Danzamos alrededor del fuego,
y nos miramos a los ojos con respeto.
De su pecho fluían azules bendiciones,
que iban hasta el cielo
y descendía a tu pueblo.
Cuida la tierra y cuídala a ella, me dijo.
A lo que respondí empeñando mi palabra.
Y, sin más nada, desapareció
mientras sonaba un cascabel
y tú despertabas.
Fluyendo
No había mejor manera de estar juntos que fluyendo.
Me aferraba a tu espalda para volar, para nadar, para estar.
Una noche dormimos en la Tierra,
y al amanecer nos habían florecido las manos.
Tuvimos la oportunidad de quedarnos en el Valle de la Música para siempre,
pero lo nuestro era el camino
y al final de una canción partimos.
Seguimos con el viento, fluyendo; con el río, creciendo;
con las personas, aprendiendo.
Un día descubrimos las palabras adecuadas
para tocar lo que llaman el alma,
un caminante nos dijo que eso era la poesía.
Y nos explicó que esas palabras eran como semillas de un bosque generoso,
capaces de llevar la magia o la vida a quienes las sepan escuchar.
Muy agradecidos, y conjurando con un verso el tiempo, desaparecimos...
Para tu corazón
Una carretera que da al Sur
Una cascada perdida en la selva
Un guacamayo que pinta el cielo
Un abuelo sabio que masca el tiempo
Un buen pensamiento
Y Mucho viento
Una casa en un árbol
Un horizonte sin miedos
La paz firmada en el alma
Un poema para escribir en tu espalda
Canciones no escuchadas
Grillos que despiden el alba
Una chagrita de alimento y medicina
El fuego dispuesto en la cocina
Un cuento dos cuentos tres cuentos
Un misterio resuelto
El perdón de mis ancestros
Una flauta a lo lejos
Mi Sol para tu universo
Mis besos para tu cuerpo
Mis manos para tus sueños
Mis semillas de sustento
Y Samai como amuleto, oración
Y sortilegio.
Gloria Domínguez S. (lunes, 01 abril 2024 16:24)
Qué belleza de poemas, me hicieron sonreír, soñar, volar, viajar. Gracias a la Vida por los poemas, la música, el amor, por seres como Pedro que no dejan morir sus raíces, que no dejan morir las cosas bellas.
Edgar Rodríguez Cruz (domingo, 31 marzo 2024 13:18)
Genial viejo Pedro.!