Open Studio

Ilvar Josué Carantón*

Abril, 2021

 

Los estudios abiertos se originaron en los salones del París del siglo XVII, como el Hotel de Rambouillet, a su vez,  las reuniones de intelectuales y artistas organizadas por Madame de Scudéry.

 

Durante las décadas de 1950, 1960 y 1970, el concepto de estudio abierto tomó la forma de intercambios públicos de poesía (más notablemente los de poetas Beat, eventos que fueron los precursores de los golpes de poesía modernos) con los 'acontecimientos' de The Factory de Andy Warhol y los jamborees experimentales del grupo literario francés Ou LiPo.

 

Las alternativas plásticas en estos tiempos de aislamiento forzado, requieren acciones, que por un lado, ayuden a recordar que se puede y, por el otro, refuercen el beneficio de estar juntos. 

 

La comunidad no siempre debe considerarse valiosa sobre la base de números puros, no obstante, el poder está en cómo estos, aumentan las posibilidades de cooperación.

 

Y eso fue lo que sucedió con un grupo de artistas plásticos, egresados de la Universidad de Antioquia, quienes, con un lenguaje común, pero con miradas divergentes en torno al paisaje, se reunieron en una bodega del sector de San Félix en Bello. 

 

La soledad característica de los pintores y cultores de las artes, se transgrede en un colectivo que pretende reactivar en espacios no convencionales el contacto con el público, y aquellos protagonistas de lo que conocemos como el sistema de circulación de la plástica.  

 

Los académicos, coleccionistas, galerías, estudiantes y cultores de otras artes se dieron cita durante dos fines de semana en la bodega y quienes no pudieron hacerlo de forma presencial, participaron a través de las charlas en vivo en Facebook e Instagram. En el primer fin de semana a través de cinco preguntas comunes sobre la exposición anunciada, Óscar Jairo González Hernández, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Medellín, desarrolló un diálogo que se adentró en intimidades de los artistas y su quehacer artístico, junto al paisaje. 

 

En el segundo, Camilo Castaño, curador del Museo de Antioquia, condujo el conversatorio en torno a los espacios para mostrar el arte, la circulación del mismo, las nuevas dinámicas propuestas por las instituciones. En especial, su intervención fue por los artistas y hacedores de arte en tiempos de pandemia.

 

Para John J. Bedoya, el paisaje es ya una estetización, también es la emergencia de otros paisajes que enfocan la mirada, como lo son el paisaje social, cultural, político y la siquis humana, donde lo bello no es necesariamente el enfoque. En este sentido, el paisaje se posee de manera obsesiva, pues es el “lugar” al que una mirada atenta nos lleva a encontrar belleza donde no la hay o simplemente evidenciar el paisaje que somos.

Paulo Cesar David el concepto de paisaje lo comenzó a indagar cuando estudiaba en la universidad Artes Plásticas; le interesó la idea de la tridimensión y el juego ilusorio que diferentes artistas han desarrollado a lo largo de la historia del arte para dar la idea de espacio. Ve el paisaje como un pretexto para aplicar conceptos plásticos (color, forma, armonía, etc.), es una plataforma para dar su versión de espacio ilusorio, pero alejado de la copia fiel.

 

German Benjumea vive el territorio, lo siente y lo interpreta en función de las personas, a pesar de ser consciente de otras existencias como la flora y la fauna. Lo atrapa la gente, el viento, el olor, el sabor y los acontecimientos encima, debajo y dentro del territorio representado. 

 

La geografía humana, el paisaje cultural, la apropiación del territorio, el canto de la montaña, el color del camino que araña el suelo, las improntas de historias sobre la corteza de la ladera, del valle y de las piedras, son su característica.

 

En John Jairo Muriel, cada imagen es la materialidad de un momento eternizado que viene de la naturaleza, pasando por el proceso de construcción del artista. Su resultado, un trabajo plástico revelador y sugestivo que se concreta en su paisaje, también, una voluntad pictórica paradójicamente racional e instintiva que da a luz problematizaciones plásticas tales como: la representación de analogías visuales de tiempo y espacio, la materialización de estados de conciencia, paisajes imaginarios, mapas mentales, la transformación simbólica de la materia o de la realidad, y la presentación de nuevas realidades que trascienden la mímesis.

 

Para Josué Carantón el paisaje es el entrecruzamiento de distintas formas, tensiones y composiciones, las cuales se deben dominar para lograr una armonía y un equilibrio que funcione a nivel cromático dentro de un espacio. Los entramados constituyen un reto, las formas para seguir experimentando en los vericuetos de las técnicas, y las tensiones que hacen que la composición, el ritmo y la armonía, adquieran en las formas de aplicar el color, nuevos lenguajes.

 

La idea de conectividad e innovación artística, se reúne en los artistas de Open Studio para crear un proyecto distinto a nivel local. Dicho espacio, estará destinado a fomentar la creatividad y apoyar la experimentación en un ambiente de intercambio cultural, conversación, estímulo y libertad de expresión, esperando incluir los medios impresos e interconectados. 

 

Como un rompecabezas, Open Studio mostrará un todo más grande, una reunión de partes que simboliza la comunidad y el intercambio de conocimientos de las artes plásticas, a nivel local, regional, nacional e internacional.

 

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* Docente-investigador, artista, gestor cultural, historiador de arte y doctorando en Educación, Universidad de Salamanca.

 


 

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