Brighton entre colores y la primavera

Por Norman Paba Zarate

Mayo, 2021

 

 

Brighton es una ciudad costera, ubicada al sur de Inglaterra perteneciente al condado de East Sussex. Lo que comenzó como una aldea de pescadores en el siglo XI, pasando por un popular centro turístico y de salud de la realeza en el siglo XVIII devino en una moderna y fascinante ciudad que se caracteriza por la calidez de su gente y esa inclinación artística que se puede percibir en todas partes. 

 

Vivo con mi prometida en un apartamento frente al mar hace aproximadamente nueve meses. Antes vivíamos en Londres, pero esta ciudad nos parece más íntima, menos masiva y frenética. Con ella hice un recorrido de algunas horas rastreando los grafitis ubicados alrededor de ciertos puntos del centro de la ciudad.

 

Como la primavera está comenzando intercalamos días de un sol intenso y hermoso con días lluviosos, fríos, grises. Los mensajeros de la primavera son los narcisos florecientes que en su amarillo frenético colorean las aceras y los parques. El día del recorrido fuimos regalados con un sol espléndido y un cielo azul que nos hacia la promesa de unas buenas sidras al final de la caminata. 

 

Llevé algunas botellas vacías y otros elementos de papel y cartón a las canecas de vidrio y reciclaje, luego esperé a Rose en nuestra calle Brunswick place. Esto de reciclar es algo que hacemos con regularidad. De allí caminamos hasta el centro y llegamos a London Road donde nos topamos con el Hobgoblin pub que está cubierto con inmensos murales. 

 

En la cultura británica hay una reverencia total a los pubs, herencia de la conquista romana y las posadas creadas por ellos, donde se albergaba y daba comida a los viajantes. En el año 935 el rey Edgar reguló el negocio, actualmente puede haber 60.000 pubs, existiendo al menos uno en casi todas las localidades; en ellos se venden casi 6 millones de litros de cerveza al año.

 

Entrar a un lugar como este, no es solo entrar a algo parecido al típico bar a embriagarse, cosa que naturalmente sucede. Todo lo contrario, es una experiencia de intercambio de conversaciones y vida acompañado claro, por la gran variedad de cervezas (puede haber a disposición de los visitantes hasta 30 diferentes tipos) que ofrece el experimentado gusto inglés. 

 

De allí pasamos a St Peter’s Street, Providence Place y Elder Place. Es interesante pensar como esta ciudad que antes había sido solo el lugar de descanso de la nobleza y la clase adinerada se ha vuelto un importante enclave del arte urbano inglés. El grafiti convive con diferentes expresiones como conciertos improvisados, performances, lecturas de poesía, lanzamientos de libros, escultura, teatro, cine independiente, intervenciones artísticas, que nos envuelven en esa sensación de que algo se está cocinando en colectivo y creando futuro.

 

Debido a los estragos de la pandemia, la ciudad no está tan abarrotada como usualmente lo estaría, y todas estas manifestaciones artísticas de las cuales he hablado se han visto cercenadas de la vida diaria. El gobierno ha prohibido por ahora, entre otras medidas, las reuniones de más de 3 personas y la apertura de sitios públicos de esparcimiento para intentar frenar la propagación del virus. Aunque Inglaterra es un país próspero ya los estragos del cierre y las restricciones se comienzan a ver tanto a nivel mental (ansiedad, estrés, índices disparados de suicidios, entre otros factores), como a nivel de las economías individuales. Los grafitis se yerguen frente a esta ausencia de vida totalmente elocuente como manifestaciones del arte urbano y las posibilidades de habitar la ciudad y sus espacios desde otras perspectivas.

 

Seguimos entonces hasta Trafalgar Lane cuyas paredes se han convertido en un lienzo para diversos artistas. Al entrar por el pequeño callejón de acceso norte sur siempre da la sensación de ser incendiado por todos los flancos de colores que solo se intuyen en sueños desmesurados. Aquí estilizados grafitis, comparten espacio con populares personajes de Marvel, la maleza circundante y un local de comercio de implementos de construcción.

 

En North road se encuentra uno de los murales que más me gustó de todo el recorrido, es una escena surreal de dos ballenas sitiadas por una horda de graciosos cazadores primitivos pintado por John Ives o Jivesart. 

 

En la 48 Trafalgar St está ubicado el Prince Albert Pub con un impresionante mural de rostros de músicos muertos. En la esquina inferior de la pared se encuentra un famoso grafiti de Banksy protegido por un plástico grueso para evitar vandalizaciones. En este grafiti dos policías se besan apasionadamente. 

 

Cabe anotar que la ciudad de Brighton es sinónimo de compromiso con la tolerancia y la diversidad considerándose la capital Lgtbq del Reino Unido. En agosto suele hacerse el festival Brighton Pride donde confluyen miles de personas que vienen de todas partes con el sencillo mensaje: Somos familia. Hay desde un impresionante desfile hasta conciertos con grupos bastante conocidos.

 

Volver a casa es relativamente sencillo, sin embargo, este recorrido me tomó algunas horas, ya que cuando tengo tiempo prefiero caminar directamente hacia la playa y luego enfilar mis pasos hacia Brunswick Place; de vuelta paso por el supermercado más cercano a comprar las cosas de la cena, el ambiente está fresco y ya se empiezan a ver los primeros borrachos en las calles inundadas por el olor agradable del mar. Será una tarde de refrescante y merecida sidra, cerveza, y música.