MIGUEL GUARDIA

El retorno y otros poemas

Por Wilson Díaz*

Abril, 2021

El retorno y otros poemas (Malpaís, 2014. Colección Archivo Negro de la Poesía Mexicana), de Miguel Guardia Ríos (México 1924-1982), como un preámbulo nostalgico Alí Chumacero afirmaba que Miguel Guardia, consideraba el poema como denuncia, ira y rebeldía desde la conciencia de que “todo estaba perdido de antemano”; y sin descartar como una jerga a tiliches: ropa vieja, zapatos rotos, muebles desgastados en donde los tiquetes de la espera, la despedida, la incertidumbre, la pobreza, el desamor entre otros sentimientos y acontecimientos de la vida cotidiana se van quedando con nosotros.

En El retorno y otros poemas de Miguel Guardia predomina el hastío, la desolación atragantada entre la amargura del yo lírico, pero también se manifiesta la vida, digna de ser vivida y digna de ser expresada en cualquier efímero detalle como lo expresa Raúl Leyva en una nota escrita.

El retorno y otros poemas de Miguel Guardia conforman una estructura poética en tres partes. Hay un acercamiento con poemas como El retorno, No hay engaño, Duda, Acaso los deseos, ¿Cómo decirlo? entre otros que van hilando un decir, un expresar que se moldea a las angustias poéticas en un tono conversacional, donde Guardia de manera explosiva pero a su vez sencilla entra en el coloquio cotidiano que circunda entre la poesía y la vida. 

/ Yovine aquí porque quería decir algo amable, / algo lleno de luz, o por lo menos, de esperanza, / algo fuerte y sonoro. /

/ Pensaba hablar de los campos en primavera, / de los ojos indecifrables de los niños, / o de heroés cayendo entre caballos y clarínes. / 

/ Me hubiera gustado, ciertamente, hablar de [todo eso, / pero la tristeza ha llegado a las palabras: / hay demasiados muertos. / 

Después aparece Intermedio Canciones. Quizás sean quince partituras donde Guardia habla musicalmente de la nostalgia, de las lámparas extrañas, los muebles rotos, el tiempo, la sal, el gusto amargo, el silencio desnudo o el secreto de algo que no avisa y recuerda. En esta composición de la palabra cuidadosa, hay acústicas de canciones que se juntan dentro del poema y causan la tonalidad o el llamado del verso que se nombra y recuerda.

/ A veces recordamos: / un gesto basta, una palabra, el roce / de un olor olvidado; / el encuentro de un rostro conocido / pero borroso ya; la inesperada / tonalidad del sol en las paredes; / un color, / /una calle, / una vieja canción que nos asalta / o el timbre de una voz… / Y de improviso / algo muy gris, / muy solo, / muy lejano, / fantasma de fantasmas, / Nos quiebra el corazón. / Y recordamos. /  

Este encrucijamiento de rebeldía también acaricia el olor desgajado de la palabra, que aparece acompañada por los fantasmas que asaltan inesperadamente la repetición de los hechos naturales de la cotidianidad.

 Todo es revelado y a su vez alimentado por la memoria, la palabra poética que nunca termina de alumbrar esos días azarosos que se mezclan con la voz gris de las calles. 

Y para finalizar el triptico poético de El retorno y otros poemas de Miguel Guardia, irrumpe en Poemas una sonata compuesta en tres partes en donde los objetos, las palabras, las gentes y los lugares se desvanecen como la analogía  del color de la tela que ha estado mucho tiempo bajo los rayos fulgurantes del sol. Pero algo que aparece imnombrable estalla no lejano hacia la sonata.

/ Pero un día, de pronto, algo nos golpea / como una piedra en la mitad del pecho / y en el cerebro y en la boca del estómago, / de tal manera que sólo acertamos a mirar / -un instante que luego habrá de parecer [eterno-, / estúpidamente un punto en el espacio: / así nos toman las palabras por sorpresa. 

Todo ello implica volver al retorno por el tránsito de la palabra poética, abrazado así todo se vaya encontrando acabado como un desquite violentado por el olvido, haciendo de la angustia y de la amargura eternos enemigos feroces.

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