Del pecado

Por María Negro

Diciembre, 2021

 

Lo primero que escuché fue el grito de la Yoli, te juro. Antes, nada. No sé si porque estaba medio dormido, qué se yo, pero a la Yoli sí, a la Yoli la escuché clarito, desgarrada, y salí porque algo malo tenía que ser. Salí así, hasta el comedor, y mi mamá me gritó más fuerte que la Yoli, por eso me quedé quieto, callado, mientras me venían esas ganas de hacer pis y las manos se me cerraban hasta dolerme, y quieto, muy quieto, sabiendo que el pecado había ocurrido.

 

El Beto venía a veces. Le gustaban las camisetas de clubes y se las iba paseando por el barrio cada vez que conseguía una nueva. Carajito lo miraba, movía la cabeza, se reía pero no con risa. Hacía una cosa con la cara, y le servía cerveza al Beto que venía con la de Central o la de Ñuls, y el Carajito decía no se cambia así la camiseta y se reía pero sin risa, y servía la cerveza con el vaso de costado.

 

Yo les iba corriendo las botellas de la mesa, para que jugaran tranquilos con las cartas y para que no se armara lío con la cuenta. El Beto, sí venía, venía contento. Todo flaco con sus camisetas y el Carajito servía cerveza hasta que el Beto se iba poniendo serio y algo tenía que preocuparlos mucho porque todos se dejaban de reír, y el Carajito repartía las cartas, y el Beto no decía más nada.

 

Nunca venía mucha gente. El Omar, el Charly, a veces llamaban a la Marisa, pero cuando la llamaban después me sacaban y me tenía que ir, pero la Marisa se quedaba.

 

En eso se me hace que empezó el quilombo, te juro, ahora que lo pienso. Porque las minas tienen esa cosa con el diablo, yo lo escuché al Padre, él lo explicó. Pueden hablar con el diablo, y ahí es donde pasa el pecado, que es la peor cosa del mundo.

 

Yo sabía, sabía que si la Marisa andaba por ahí, el pecado iba a empezar, es así, le juro, yo le dije al Carajito, Che Carajito, fijate que el Padre dice que la cosa esa es el pecado y si empieza el pecado yo me voy que con eso no se jode, y el Carajito se rió, con risa. El olor asqueroso de la boca salió de golpe. Me dijo que no fuera pelotudo, y que le llevase otra cerveza, que a ver con qué camiseta caía hoy el pichón de traidor, y yo no sabía bien qué era traidor, y el Carajito dijo Judas, y yo le dije un hijo de puta, y el Carajito dijo sí.

 

Se vino con la de Estudiantes de La Plata. Las rayas blancas y rojas, largas, lo hacían más flaco todavía. Puso un bolso grandote en el piso, y agarró un vaso vacío.

 

Yo llegaba con la cerveza cuando me vio. Sonrió, siempre parecía tan contento, me hizo esa cosa en el pelo, como a los chicos, que me despeina todo y le dije qué haces gil, y el Beto miró a Carajito y dijo míralo al pendejo y el Carajito no dijo nada.

 

Andate nomás, se oyó la voz de alguien, cómo de lejos. Me fui, porque todos sabemos que el diablo es el único que puede hablar en el viento, y a veces avisa que está llegando, y si se viene entonces empieza el pecado, y a mí me da mucho miedo ese lugar donde hay que ir después de morirse, y el diablo sabe que me asusta, y avisa cómo puede, para no pasarse la eternidad entre el fuego y el olor a podrido de la boca de Carajito que se quedó moviéndose cuando me iba, y lo miraba lo más que pude, y la boca se movía, pero tiene que haber sido mucho después que salieron a la calle, sí yo ya estaba acostado cuando escuché el grito de la Yoli, cuando aguanté el pis y el miedo de mamá y fui hasta la ventana, cuando papá corrió para levantar despacio la cabecita del Beto que ensuciaba la camiseta con una cosa roja, pesada, y papá gritaba, y el Carajito, y el bolso, y la Marisa, ya se habían ido.

 

 

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María Negro (Buenos Aires, Argentina, 1977) Publicó Y sin embargo se mueve (2012) y Manifiesto de las Conchudas (2013), ambos por Editorial Textos Intrusos, con una reedición del Manifiesto por Editorial Prosa (2015) e IndieLibros (2018), El secreto de los insectos (2020), por Azul Francia Editorial y La sed de Doña Hilda (2021), por Editorial Omashu. Integrante del Colectivo Estrella del Oriente (Argentina), colaboradora de la revista literaria Estrella del Oriente (Argentina) y parte del equipo editorial de la revista Mal de Ojo (Chile). Integrante de la Editorial Conhueno. Colaboradora del programa de radio Cubo Mágico (Radio Universidad de La Plata). Coordina talleres literarios para adolescentes y adultos desde 2015.

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