LUZ MARY GIRALDO

Poética que se detiene en lo fundamental de lo cotidiano 

Por Carolina Cárdenas Jiménez

Escritora, poeta, editora y gestora cultural

Marzo, 2023

 

 

La poeta, Luz Mary Giraldo, nos coloca en la mesa una poesía que desde la sutileza reflexiona sobre la pobreza, la violencia y las desigualdades en nuestro país y, va más allá de este territorio para poetizar sobre la médula de la cotidianidad que abarca a la humanidad palpitante en todos como derrota y acierto.

 

Es una poética que se detiene en lo transcendental de los días que aciagos nos hablan entre murmuros y gritos del paso del tiempo, de los recuerdos idos, de la cicatriz que no se sana y de la vida que prevalece por encima del desasosiego.

 

Su poesía merece nuestra atención de lectores en busca de lo profundo que se mueve en el tiempo y más en esta época en que la fugacidad y la frivolidad nos enmarca como especie.

 

Su poesía, quietud y contemplación a la vez, nostalgia y reflexión sobre el tiempo perdido; claridad de que la existencia es naufragio y cosecha de años. Su palabra, confianza en la mesa servida a pesar de que afuera la lluvia no pare. Su poesía, canto de pájaros mientras a lo lejos el mundo arde y es ceniza.

 

 

 

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Luz Mary Giraldo

(Ibagué, Colombia)

Poeta, ensayista, antóloga y profesora universitaria con varios libros publicados en los géneros que cultiva. Entre sus libros de poesía: Caza de sombras (Montevideo, 2019), De artes y de oficios (Bogotá, 2015), Llévame como un verso –Poemas del exilio- (Bogotá, 2011), Sonidos en la luz (Medellín, 2010), Postal de viaje (Bogotá, 2004), Hoja por hoja (Bogotá, 2002), Con la vida (Bogotá, 1997); Camino de los sueños (Ibagué, 1981), El tiempo se volvió poema (Ibagué, 1073). Antologías: Diario vivir (Ibagué, 2012); Canto de pájaros (Rumania, 2015, español, inglés, rumano; http://www.bibliotecadigitalbogota.gov.co/), Il volto nascosto dell’amore (Roma, 2017, italiano-español), Alfabeto de otros días (Bogotá, 2020) y Como un centinela (Bogotá, 2022). Poemas suyos han sido traducidos al inglés, francés, chino, portugués, turco, aimara y croata. Con homenajes y distinciones nacionales e internacionales entre ellos: Huésped Distinguida Ciudad de Salamanca (España 2022), Gran Premio Internacional de Poesía Academia Oriente-Occidente (Rumania, 2013), Premio Casa Silva de Poesía (Bogotá, 2013), Premio Internacional LASA-Monserrat Ordóñez (2012) y Mención de Honor Premio Internacional Ensayo Pensamiento Latinoamericano (2000), Beca Nacional de Investigación Ministerio de Cultura (1999). Homenajes del Festival Internacional de Poesía de Bogotá, de Tuluá, del Socorro y Chía-Gimnasio Moderno.

 

 

 

ANTES

 

Antes de la poesía

la rosa.

Antes de la rosa

la rama y sus espinas

el cogollo fresco.

Antes de la raíz

la semilla

la tierra abonada

la felicidad y las heridas

preparándose.

Antes

el deseo de árboles y luz

el relente nocturno

el viento que sopla

y tu rostro en la ventana.

Antes de todo

tiempo y espacio amasados.

Y mucho antes el deseo de vivir

y una percha para colgar sueños o desvelos.

Al final

la soledad en un armario

o en las gavetas de la compañía.

 

 

 

PARA CALMAR LA SED

 

Silencio:

el olvido muerde el alfabeto.

Apoyo mi cabeza sobre tu hombro

como si todo acabara.

Apoyo la soledad y escribo en el vacío.

Se ahoga el peso de una letra aún sin pronunciar

sonido hueco

fatiga en la sombra.

 

Busco en el remoto abecedario

una palabra para colgar mi voz

solo una

que caiga sobre el pecho

o en el hueco de las manos vacías.

 

En la más larga de las noches

pido una palabra 

para calmar la sed.

 

 

 

 

ESTADO DE ALARMA

 

Reconozco el aire de la infancia en la cornisa

donde se posaban los pájaros que alimentó la abuela.

Ahora son tierra de miseria.

Una costra sombría en las paredes deja ver grietas y formas torturadas. 

No son las huellas de Ulises 

ni la sombra de Helena.

Son las nuestras.

 

Las puertas se cierran una detrás de otra como bóvedas

y nadie puede abrirlas con sus manos.

 

Tan solo yo las abro con mis letras.

 

 

 

OLVIDO 

 

Vaya usted a saber si cuando el tiempo pase 

alguien recordará las noches llenas de estrellas 

sin pedir un deseo.

Tal vez despierte la vida arrumada en la memoria 

con la foto que naufragó en el rio 

y evoque la música de quien cantaba como si fuera dios. 

 

Vaya uno a saber si el tiempo perdió su paraíso 

cuando descolgó el vacío de la nada 

y trajo el miedo enredado en cada una de las letras. 

La memoria llama al silencio ahogado por la lluvia 

y escucha el aullido de los lobos o el esqueleto de pájaros que chillan. 

 

Vaya usted a saber si después de tanto grito en cada una de las guerras 

y tanto peregrino con sus zapatos rotos y sus trajes raídos

aprendió a limpiar sus lágrimas y las de sus hijos 

y desdibujó la mueca de sus labios para volver a sonreír.

 

Vaya usted a saber cómo se dice olvido 

con la boca llena de tierra.

 

 

 

EN CADA PLATO

 

Mi sueño en cada plato 

como tus ojos cuando tienes hambre

y en la cocina apenas hay mercado

tal vez un poco de cilantro

un pedazo de pan

agua para un caldo simple

aceite en la despensa

y cubiertos a la espera. 

 

Huelo el plato ajeno en la memoria 

la leche caliente para el frío

miel y limón cuando duele la garganta

y la taza vacía 

sobre la mesa.

 

Mi sueño es no escribir sobre lo mismo 

sino encontrar tu plato lleno.

 

 

 

COMO UN CENTINELA

 

La vida por siempre dando vueltas

y como un centinela 

la muerte llama con todo y sus gerundios:

gato lamiéndose despacio 

perro ladrando en la mitad del sueño

pájaro cantando al comenzar el día

mientras tejen su tela las arañas.

 

Golpea el viento

apaga un sonido en la ventana

se escucha la zozobra

parpadea la luz

y el silencio recoge algarabías.

 

Suenan distintas formas de alegría:

pequeñas cosas que pasan en la casa.

 

 

 

LA VENDIMIA

 

 

Llegará el día de recoger la cosecha y seleccionar frutos. 

Nos miraremos de frente y sabremos cuán dulce 

o cuán amargo fue el sabor de la vida entre las páginas. 

Llegará la hora de pedirnos cuentas 

o saborear el vino de la tarde. 

Veremos que llegó el otoño 

y la historia subió paso a paso la escalera

o bajó uno por uno los peldaños. 

Sabremos que el viento vino a sacudir las hojas 

o a quebrar el tronco o nuestras ramas. 

Entenderemos que medimos flaquezas 

y estuvimos vivos.

Tal vez nos abracemos sin decirnos nada 

y pensemos que valió la pena 

que no nos sorprendió el invierno

que estuvimos juntos en primavera y en verano 

que todo estuvo a la altura de los cuerpos 

o en la debilidad de los corazones. 

 

Los dioses dirán que no pasamos de largo 

por ninguna estación. 

Tal vez nos miremos a los ojos y con las manos en el pecho 

aceptemos que la vida tejió hondas cicatrices 

el bucle de las nubes en algún cielo perdido 

borrones y certezas 

y la pasajera felicidad.

Tal vez cerraremos el libro donde instalamos las palabras 

y sabremos que en el fin del mundo siempre hay un abrazo nuevo.

Tal vez no existan peldaños o ascensores

pero levantaremos la mirada y brindaremos 

por lo vivido 

y lo que no.

 

 

 

SENTADOS A LA MESA 

 

El olor de una comida cocinándose

                                                       Daisy Zamora

 

Sentados a la mesa en busca de miga de pan 

al empezar el día

los obreros afanan a la cocinera 

que picotea la sinfonía del sartén.

La música se desparrama con algarabía 

y no deja oír el parloteo sobre la mesa

donde se condimenta y sazona la memoria

que escribe el recuerdo de los que ya no están 

con la música del poema 

y el canto de los pájaros. 

 

 

 


 

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