Vida y milagros de los apóstoles del Rock
por María Magdalena*
HERNANDO BECERRA TIRADO
"Tras los pasos del maestro"
En una noche fresca y con luna de Agosto 2007, mientras muchos regresan a sus casas luego de una tediosa jornada laboral, un grupo de cinco “buscadores” se desplaza en silencio por el campus de la universidad nacional, intentando prolongar el momento de la conexión fugaz con el infinito, congelarlo, detenerlo, para no tener que regresar a la trivial realidad de lo conocido. Los cinco habíamos sido invitados a tocar en el auditorio de la universidad nacional con Swami Sarveshwarananda Giri, discípulo de Paramahansa Hariharananda, director del Kriya Yoga International, fundación encargada de difundir el mensaje del Kriya Yoga en el mundo.
El swami, armado de un armonio de fuelle manual, marcaba la melodía, a seguir. Douglas Ceballos (Doug Baby) en la dulzaina, Keshava Liévano en el “dolak” (tambor de dos parches) Hernando Becerra en la guitarra, Miguel Durier orquestando como director y yo en los bongós, intentábamos cabalgar sobre la tonada celestial y cantar kirtans o mantras devocionales. Recreábamos una vez más, un instante de comunión, en la senda devocional, que marcó el hippismo de los años 60, donde la mayoría de adeptos al naciente movimiento, se zambulleron en una búsqueda espiritual de la mano de los grandes Gurús de la India.
Me atrevería a decir que el sonido melodioso y suave, limpio en su esencia, que se aparta de lo rebuscado y excesivamente técnico (mal llamado virtuosismo) buscando con cada punteo trascender, tan característico del Maestro Hernando Becerra, se forjó en esos años de Psicodelia, Yoga, y Rock and Roll y con el paso del tiempo se fue perfeccionando hasta convertirse en una de las mejores guitarras del Rock nacional.
Unas horas después, bareto en mano y presos de la inspiración divina, nacería “La Leyenda”, una de las bandas de roqueros del Jurásico que con sus más de 200 años de experiencia reunidas, le devolvió al rock colombiano la nostalgia y grandeza del pasado perdido.
LO QUE SE HEREDA NO SE HURTA
Hernando Becerra Tirado, a veces llamado Ernie o Ernie Beat, recuerda su nacimiento el 7 de Julio 1953 en la ciudad de Nueva York, cuando su madre Carmen Ramona Tirado-cantante, bailarina y actriz-descendiente de inmigrantes dominicanos y haitianos por el lado materno, y españoles y portugueses por el lado paterno, dio a luz un saludable bebé, en la bañera de su casa de Kelly Street, siendo asistida por una partera.
Pero la historia musical de la familia que marcaría a Becerra desde su entrada al mundo, no comienza ahí….se remonta muchos años atrás.
Su abuelo Teófilo Becerra, boyacense de pura cepa, maneja su prole de 10 hijos (Mercedes, Laura, Cecilia, Marina, Susana, Inés, Luis, Antonio, Hernando, Israel) con mano firme y rigor musical. Siendo él mismo trompetista, y contrabajista, (fabricaba sus propios contrabajos) y Director de la Orquesta Departamental de Boyacá, inculca en sus hijos el gusto por la música, y la lectura. En la casa del abuelo era obligatorio tocar piano y las mujeres en lugar de tejer, practican las escalas y el canto. Las tías Laura, Marina y Mercedes, formarían el Trío Marina, (un grupo de bambucos y pasillos muy cotizado en Colombia), mientras que los hombres terminarían como miembros ilustres de la Sinfónica Nacional.
La educación un tanto estricta del abuelo Teófilo termina por cansar a Hernando Becerra senior y a su hermano Antonio, quienes a sus 17 años optan por vivir sus aventuras adolescentes y escapar subidos en los vagones de los Ferrocarriles hacia la frontera santandereana-más exactamente a San Cristóbal-donde logran colarse en los bares de mala muerte y hacer sus presentaciones antes de la llegada de la policía que usualmente los saca a rastras por ser menores de edad.
Las frecuentes escapadas llevan a que el abuelo los envíe a la Armada donde terminan pelando papas y cargando bultos, con tan buena suerte que la Orquesta Naval-necesitada de un pianista y un trompetista-termina contratándolos. A través de la Armada, Hernando padre, encuentra la forma de viajar a Chicago donde estudia composición, piano y arreglo orquestal en la Universidad de North Western, al mismo tiempo que toca blues, y jazz en los clubes y hoteles de moda. Un tiempo después entra a la famosa orquesta afrocubana los Lecuona Cuban Boys, donde conoce a su esposa, (la madre de Ernie), quien había sido contratada por la misma orquesta como cantante y bailarina. Luego de viajar juntos por Latinoamérica, presentándose en Uruguay, y Rio de Janeiro, la pareja se casa en Méjico.
NEW YORK, NEW YORK
Los nuevos padres se instalan en Nueva York, y abandonan Los Lecuona Cuban Boys para prestarle atención al recién nacido, dando así inicio a un nuevo estilo de vida. Se presentan como un dueto en los bares de jazz, los clubes exclusivos y hoteles elegantes de la época. Los recuerdos de Ernie de este periodo con su padre al piano y su madre cantando, lo acompañaran toda su vida porque como dice en sus propias palabras, “mi mundo copiaba el de Hollywood”. Su madre-enfundada en vistosos trajes de lentejuelas, pieles, y guantes largos de satín y su padre con smoking y corbatín-hacen parte de la realeza musical neoyorkina; el talento y belleza de su madre, incluso la llevaría a realizar una audición para una versión mejicana de la comedia I love Lucy.
Esta grandeza continuaría poco tiempo después en Florida, cuando el triunfo de la revolución cubana obliga a los grandes casinos, lujosos hoteles y clubes a dejar la isla.
Uno de estos será el Club Tropicana, casa de los Lecuona Cuban Boys, quienes ahora alistarán maletas para viajar al Hotel Fountain Blue en Miami, no sin antes contactar de nuevo a la familia Becerra Tirado, que abandona Nueva York para instalarse con su pequeño, en la ciudad del sol. Y será allí, rodeado por el lujo y las grandes personalidades, que transcurrirán los primeros años de la vida de Ernie, su madre y su padre, quienes ahora se codean y trabajan “tête à tête” con artistas de la talla de Robert Wagner (trompetista), Frank Sinatra, Dean Martin y Jerry Lewis.
En este punto solo se puede afirmar que Hernando Becerra no podía tener un destino diferente al de ser un gran músico, así la vida o las circunstancias lo empujaran por otros caminos.
BOGOTÁ, LA CIUDAD DE LA LLUVIA
Cuando tenía 10 años sus padres se divorcian y Ernie aterriza en Bogotá para vivir con sus tíos Mercedes y Cupertino, (Cuper) quien está empecinado en convertir a su sobrino en campesino. De acompañar a sus padres en el lujoso lobby del Hotel Fountain Blue, Ernie pasa a enlazar terneros, echarle sal a las vacas, inyectar, ordeñar, lavar ubres, y sembrar maíz en las diferentes fincas que posee su tío, tareas todas encaminadas a entrenar al neoyorquino en los quehaceres del campo. De montar en limosina, pasa a montar en trolley y Transfusa y de comer hamburguers, beber milk shake y root beer a devorar hibias, cubios, chuguas, nabos y tomar guarapo. Para Ernie y su despierta imaginación, esto era tan solo otra escena más de una película de cowboys, en el lejano y salvaje Oeste, donde él era Hopalong Cassidy o Roy Rogers y su fiel caballo “boyaco”, un brioso Mustang amaestrado.
Paralelo a su educación campesina, Ernie aprovecha las increíbles bibliotecas de sus tíos, donde puede sumergirse en los libros de arte y viajar a través de ellos por los países europeos y sus grandes obras de arquitectura: la Capilla Sixtina, el Louvre, Versailles y demás. Poco a poco comienza a desarrollar su gran afición y curiosidad por los libros lo que más adelante desembocará en un viaje esotérico y espiritual. Cuenta que se leyó la Biblia cuatro veces. En sus ratos de descanso, toma el tiple y la bandola de sus tías, y compra los promeseritos, un pequeño libro fotocopiado, donde se dan instrucciones para coser a máquina y otros menesteres hogareños y donde además vienen algunas canciones con sus notas. Serán los primeros pasos del futuro guitarrista, que aprendió con estos folletos de tan solo 10 páginas, como tocar un acorde y afinar una guitarra.
Ernie pasa por tres colegios antes de entrar al centro educativo que sus tíos Carlos Medellín Forero y Susana Becerra fundan en 1966: el Claustro Moderno, uno de los colegios más importantes del país. Allí hace sus primeros pinos como cantante, interpretando canciones de los Four Tops y los Beatles junto con sus primos Guillen Becerra y Gustavo Rey. Durante esa misma época, hace parte del famoso “Coro de los primos Cantores”, un coro navideño muy reconocido de 40 mozalbetes, dirigido por Joaquín Hernández. Si bien es cierto que su mundo gira en torno a su familia y participa con entusiasmo de todas las actividades que se desprenden de ella, Ernie Becerra siente el estigma de ser hijo de padres separados, añora su corto pasado en los Estados Unidos, y por encima de todo, siente el peso de vivir en una ciudad conservadora, gris, fría y lúgubre, donde el cielo está casi siempre nublado, la gente se viste de paño oscuro, y se confunde con las aceras mojadas, porque Bogotá, quiérase o no… Bogotá, es la ciudad de la lluvia.
UN BEATLE EN EL BARRIO TEUSAQUILLO
Las tardes después del Claustro Moderno, son siempre las mismas. Debe estudiar una hora de piano antes de cenar y practicar los ejercicios de los Métodos Lemoine, Czerny, y los del Pequeño Libro de Anna Magdalena Bach. Pronto, esta férrea disciplina lo cansa y decide entonces que el piano no es lo suyo y que desea tocar batería. Su tía Mercedes lo lleva a la Casa Musical Humberto Conti, donde estaba en venta una batería Premier, la misma marca de la batería de Keith Moon, el baterista de los Who. Con un precio por las nubes, Ernie debe despedirse de su sueño y contentarse con una guitarra de muy poco valor, que odia y desprecia por asociarla con los "serenateros". Entonces igual que su abuelo Teófilo Becerra muchos años atrás, decide construir su propia guitarra.
La banda bogotana Los Flippers había sacado el disco Psicodelicias, y en la carátula había una guitarra estampada. Ernie saca el croquis de la guitarra y con un dingrafo, lo amplía sobre un papel, intentando copiar la guitarra que tenía George Harrison en el disco 4. Entonces compra un triplex y con el cuerpo completo se dirige a Guitarras Bogotá para hacerle el brazo, que pega como puede. Después, le añade unos micrófonos japoneses que su padre había comprado en Curazao y sorprendentemente, el experimento funciona, aunque la guitarra nunca pudo afinarse ya que los trastes no estaban a la distancia que debían estar. El proyecto de guitarra casera igual que un fallido experimento de ciencias, termina en la caneca.
Poco tiempo después, y al ver sus esfuerzos frustrados, Ernie Beat, recibe de manos de su padre su primera guitarra eléctrica profesional, una Fender Mustang, y un amplificador Vox Buchingmhan. Esto convertiría su casa de Teusaquillo, en lugar de romería. La gente del barrio haría cola para mirar la guitarra y el amplificador, algo nunca visto por ese entonces. Su tía siempre apoyando al sobrino mimado, hace el papel de anfitriona, y el vecindario atraído por las coladas, las almojábanas, el chocolate caliente y el rumor de un “nuevo Beatle” en el barrio, desfilaba entre curioso y fisgón frente a tan extraños aparatos.
LA CALLE 60: EL OMBLIGO DEL HIPPISMO BOGOTANO
La calle 60 o la Calle de los Hippies como cariñosamente le decíamos a ese trayecto que comprendía unas pocas cuadras desde la calle 60 con carrera 7ma hasta la carrera 13, era el ombligo del hippismo en Bogotá-¿y por qué no decirlo?-de Colombia entera. Eran años de un despertar espiritual, de rebelión contra el sistema y el establecimiento, contra todo lo conocido que ahorcaba y asfixiaba e impedía crecer mental, social y psicológicamente.
En la legendaria calle 60 confluían todos los afluentes del "Gran Despertar Energético", las nuevas ideas, las nuevas manifestaciones artísticas, la nueva religión, era un lugar donde diferentes clases sociales, razas, oficios e ideologías, se mezclaban, y los entusiastas de la nueva utopía podían gritar, “libertad, igualdad y fraternidad”.
En el Pasaje de la 60 se abrieron almacenes de afiches, de discos, de cueros para enrollar varillos, tiendas de ropa, donde conseguías o mandabas hacer el pantalón bota campana y las camisas floreadas.
En los almacenes como Thanatos o las Madres del Revolver, podías ver a tus amigos, comprar afiches de Jim Morrison, Frank Zappa o Jimmy Hendrix, y sentarte a conversar. En el Parque de los hippies se planeaba el próximo concierto, el siguiente viaje lisérgico, se intercambiaban sueños y se planeaban revoluciones.
El parque sería lugar de reunión obligado de los expulsados, escapados, metafísicos, rosacruces, magos, pintores, soñadores, iniciados, poetas y renegados, y por encima de todo, de los músicos de rock, aquellos que marcarían el camino y serían los voceros dela rebelión que arrastraba el movimiento del Flower Power. La calle de los hippies marcaría un antes y un después en la juventud bogotana de los años 60.
El Claustro Moderno estaba ubicado en la misma calle 60 pero con carrera 15, y Ernie con tan solo 16 años, y en 6to bachillerato, no escaparía a este cambio generacional. Solo tenía que subir unas pocas calles todos los días para entrar al fabuloso mundo de los hippies, aunque casi siempre hacía una escala forzada. Enfundado en su uniforme, saco blanco de cuello de tortuga, pantalón gris, blazer azul, y el pelo a propósito despeinado, llegaba todos los días al almacén de ropa A.Pamp, en la carrera 13 con la calle 60, y se detenía frente a la enorme vitrina donde los dueños del almacén a manera de propaganda, exhibían el equipo de los Flippers, que luego tocaban allí mismo, en aquellos famosos matinés. Ernie queda impactado con la presentación de la banda, y por encima de todo, con la actuación de Memo Acevedo en la batería y de Miguel Durier como cantante, y fue así como empezó a soñar con poder hacer lo mismo. A partir de ese momento, Hernando Becerra no tuvo duda alguna, de que su destino era ser un músico, no de bambuco, ni de pasillos, tampoco de música tropical, ni de salsa, sino músico de rock con todas las de la ley, costara lo que costara. Los Flippers: Arturo Astudillo, Carlos Martínez, Memo Acevedo y Miguel Durier, serían los músicos colombianos que inspiraron a Hernando Becerra a convertirse en el genial músico de rock que conocemos hoy.
LUCY IN THE SKY WITH DIAMONDS
Famoso por su amplificador, su corte de pelo estilo escarabajo y armado de un estuche que había forrado con la bandera de Inglaterra, donde llevaba todos los discos de sus amados Beatles, Becerra explora el “Pasaje de los hippies” y sus almacenes. En “Thanatos, un conocido almacén de afiches, conoce a Humberto Monroy (Humo) por ese entonces integrante de los Speakers, quien le alquila el amplificador para una presentación en Icodes y le paga con un disco de Johnny Winter y otro de Jimmy Hendrix (Smash Hits). Según palabras de Ernie: “Jimmy Hendrix me voló la cabeza”. Su técnica, para él recién estrenado músico era “todo un misterio” y lo sacaría del inofensivo círculo del pop/rock de los Beatles para lanzarlo al endiablado y psicodélico mundo del rock donde no solo era lícito sino también obligatorio experimentar con alucinógenos y plantas ancestrales para abrir el “tercer ojo”, subir de plano y propiciar un encuentro genuino con Dios o alcanzar la Consciencia Crística, algo que sonaba bonito, muy “soyado”, aunque nadie sabía a ciencia cierta que era.
Con el tiempo Ernie, completa su equipo de amplificadores, añadiendo un Dual Showman de 100 vatios y junto con la Fender Mustang, comienza a rodar por los ensayaderos y las casas de las nacientes bandas del hippismo colombiano, probando los gruesos quenques (cigarrillos de marihuana) que carburaban la inspiración musical de esos días. Es así como conoce a los integrantes de Glass Onion (Miguel Durier, Guillermo Guzmán, Roberto Caicedo, Manuel Galindo, y Ernesto“ el Gordo Matiz”) a Los Yogis, a los Speakers y al promotor y organizador de los conciertos del TPB, y Lijacá, Alvaro Díaz quien lo alienta a ser parte de un trío, al estilo Cream, o Grand Funk Railroad. En el segundo piso del “Pasaje de los Hippies”, Ernie se reúne con el baterista de los Yoguis, Eduardo Acevedo (el Sardino) y con el talentoso y muy psicodélico bajista de Glass Onions, Guillermo Guzmán, apodado el Marciano quien llega al encuentro con pantalón campana rojo y negro, camisa de flores, pelo largo, y gafas rojas, como la de los Birds. Los tres formarán “La Banda del Marciano” una de las agrupaciones de rock más importante de comienzos de los años 70. La banda da conciertos en el TPB, el teatro La Mamá, el teatro Comedia, el teatro Colombia, el festival de Lijacá, Festival de Ancón, el festival de Jumbo. Como ocurría con otras bandas no solo en Colombia sino en el mundo, existe una gran rotación entre sus miembros. Por ella pasarían, Miguel Durier, Miguel Muñoz, Eric Acosta, Cesar Almonacid, Alvaro Galvis, José Gallegos, Mario Restrepo, Randy Dowling, Carlos Alvarez e incluso el padre de Ernie, Hernando Becerra senior. El trío en su versión extendida tendría en ocasiones 7 miembros.(La banda se acabaría en el 1976 cuando Guillermo Guzmán viaja a los Estados Unidos).
Ernie, para quien la música no era solo un hobby fue un estudioso, un obsesionado por la guitarra, sacrificando muchas noches de rumba para quedarse practicado, estudiando nota, leyendo partituras, perfeccionando su estilo y escuchando a sus maestros. George Harrison, no solo fue su gurú de la melodía, sino también su gurú espiritual; de Eric Clapton aprendió a ejecutar los fraseos del blues, y a tocar lento (slow hand). Jimmy Hendrix, le mostró el secreto de su sonido (afinar en mi bemol para que se escuche un tono más abajo, más pesado) Johnny Winter, el albino enamorado del blues, le regalaría sus riffs, y Pete Townshend, sus acordes abiertos. En palabras de sus amigos, Ernie era casi un degenerado, porque pasaba las noches, “haciéndole el amor a su guitarra”.
Su compañero de banda, Guillermo Guzmán, el Marciano, era músico de sesión, actividad que daba más dinero que tocar en conciertos. En una ocasión llevó a Ernie al estudio de Ingesón donde Génesis grababa su primer disco Gene-Sis Á-Dios, Átomo 1972. El grupo invita a Ernie a tocar el punteo de la canción de los Animals, “The House of the Rising Sun”. Aunque la canción original no tiene ningún punteo, Ernie se lanza al ruedo y recordando sus noches en vela, inventa un punteo a lo Jeff Beck que sorprende a los ingenieros. De aquí en adelante sería una cara muy conocida en Ingesón. Esta, su primera grabación profesional, le abriría un mundo paralelo al de tocar: el de la grabar en los estudios. Actividad que con el paso del tiempo lo llevaría a que montara su propio estudio y trabajara importantes personalidades de la música como Andrew Oldham, y Mingo Lewis. En sus propias palabras “estar en un estudio en medio de todos esos equipos era como estar en casa”.
Poco tiempo después, los integrantes de la Banda del Marciano respondiendo a una llamada del pianista Armando Velázquez, se convertirían en músicos de sesión para Codiscos, Medellín, sirviendo como banda de apoyo para muchos de los artistas de esa época como la Negra Grande de Colombia, Claudia de Colombia, Vicky, Claudia Ozuna, Billy Pontoni, Ana y Jaime, y Christopher. Ser músico de sesión le dio a Ernie su independencia y la posibilidad de tener su propio apartamento sin depender de su familia. En 1970, conoce a Dora Dederlé, 9 años mayor que él, novia del flautista de Water Pipe, que interpreta los temas de Jesus Christ Superstart. El flautista decide regresar a los Estados Unidos sin ella, Ernie la rescata y Dora pasa a ser la madre de su hija mayor, Natalia.
En un receso de la Banda del Marciano, Becerra pasa por varios grupos entre ellos Terrón de Sueños, intenta tocar jazz en los bares de Bogotá como Doña Bárbara, pero nunca logra ser parte importante de ese circuito. Finalmente decide cambiar de aire y viaja a Nueva York en 1971 para reencontrarse con su madre.
MAGIC MISTERY TOUR
A diferencia de sus amigos roqueros colombianos, que luchaban por conseguir una Visa para quedarse en la tierra de Elvis Presley, Ernie no tiene ese problema. Su llegada al mundo en la calle Kelly del Bronx, de Nueva York, cerca al paradero del subway elevado Inveraray, lo hace estadounidense de nacimiento. Va y viene a su gusto. Bogotá y Nueva York son su hogar.
En uno de esos viajes, saca un apartamento en Queens, donde vive con su madre y su hermana menor. Su idea es formar una banda y para ello compra un equipo de guitarras, bajos, amplificadores. Luego se da a la tarea de visitar los ensayaderos en Manhattan para enlistar músicos sin mucho éxito. Pero su recorrido lo lleva a conocer famosos estudios como el Record Plant y Electric Ladyland, donde entra en contacto con Eddy Kramer el ingeniero de Led Zeppeling, Kiss, Jimmy Hendrix y con John Storyk, famoso arquitecto y acústico de emblemáticos estudios como el de Jimmy Hendrix, Alicia Keys, Jay Z, MTV Buenos Aires, el Estadio de Maracaná en Brasil y Fonovisión en Bogotá.
Muchas fueron las personas a las que Ernie conoció y con las que compartió sus aventuras en la Gran Manzana pero quizá el encuentro más importante fue George V, un misterioso personaje neoyorkino, amigo de su padre, discípulo de Hariharananda, que vestía de blanco inmaculado, y a quien Ernie recibió en su apartamento en Bogotá años atrás, cuando recién se había iniciado en el Kriya Yoga. George V. (también versado en la ciencia del yoga, y figura importante en la organización Kriya Yoga International), nunca olvidaría la amabilidad con que lo recibió el joven Becerra en su apartamento en el centro de Bogotá, el cual convirtió en un santuario de verduras, frutas, salsas exóticas, incienso y Kirtans para atender a su ilustre huésped.
George V, era uno de los hombres más ricos de Nueva York y devolvería el favor con creces. En uno de sus viajes a su ciudad natal, Ernie se aloja en el lujoso apartamento de su antiguo huésped, ubicado en la Quinta Avenida que servia también como centro de meditación de la organización Kriya Yoga International a la que Ernie pertenecía. A través de George V. Ernie conoce a Miles Davis, a Truman Capote, y otras famosas figuras del mundo de las letras y la música. Pero el encuentro más importante se daría un día mientras iban caminando y George V se detiene súbitamente en la portería del Edificio Dakota y le dice al portero, “avísele a John Lennon que George viene a visitarlo".
Ernie queda mudo. El doorman los anuncia de inmediato y a los pocos minutos después de tomar el ascensor, George V y un colombiano perplejo, esperan frente a una puerta blanca y John Lennon, el de ”Mind Games”, “Give Peace a Chance”, “Lucy in the Sky with Diamonds”, el que cambió la historia del rock con otros tres locos; el que sería más famoso que Jesucristo, y moriría asesinado un 8 de Diciembre a manos de un “don nadie” que deseaba ser alguien… John Lennon -el Beatle en persona- la abre. Un Ernie en shock, le dice su nombre y entran. Mientras George V y Lennon intercambian algunas palabras, el colombiano se para a un costado del piano blanco donde se compuso “Imagine”. Si, el “Imagine all the people”, respirando profundamente, intentando calmarse. Entonces Lennon entra a la cocina y sale con un licorice tea que ofrece al asustado fan. Luego llegan las preguntas de rigor, “¿de dónde eres?” “¿qué haces?” Hasta que Ernie sin contenerse y completamente emocionado le confiesa que “es su héroe”, que si “los Beatles no hubieran existido, no estaría tocando”, que “le debe todo lo que es”. Lennon en lugar de molestarse, comprende la emotividad del momento y le entrega una tarjeta con su teléfono privado, diciéndole “para que no tengas que pasar por mi secretaria”. Dicha tarjeta tristemente desaparece en Bogotá. Pero ni esa pérdida, ni el paso de los años o del tiempo que todo lo va desdibujando, hizo que Becerra olvidara la intensidad de aquel increíble encuentro. Su sueño de adolescente: “vivir para conocer a Lennon”, se había hecho realidad.
MY SWEET LORD
El hippismo fue muchas cosas. Si alguna palabra puede definirlo sería “cambio”. Una transformación que echaría por tierra los viejos conceptos, comportamientos y maneras de pensar. El espíritu preso durante siglos de ideas retrógradas e impuestas, estaba ansioso por liberarse y sentir “este plano” con otra sensibilidad. Las prisiones y muros que encerraban el espíritu humano se fueron tumbando y el modo de abordar la vida sería diferente.
La transformación se da en todos los campos: social, mental, educativo, filosófico, religioso, artístico, cultural, económico, y político pero por encima de todo en el campo espiritual.
Cansados de las religiones que predicaban el amor a Dios y al prójimo pero de otro lado daban palo y rejo, los jóvenes de los años 60, se volcaron en la búsqueda de una espiritualidad más acorde con la naturaleza, el amor y la paz. Un camino que los ayudara a "trascender su condición de simples mortales" sin los miedos y terrores impuestos por sacerdotes y pastores que nada tenían de divinos y en nada se acercaban al Cristo de sus enseñanzas.
Muchos optaron por el abrazo mágico de las plantas alucinógenas arraigadas en las practicas milenarias de las tribus indígenas, tales como el peyote, el yagé, el mescal, y los hongos alucinógenos; otros recurrieron a sustancias químicas que abrían las puertas del inconsciente y del cielo, como el LSD, la mescalina; y otros más, quedaron atrapados en el mundo oscuro de los opioides, la heroína y la morfina.
Pero existía un tercer camino, menos peligroso, más limpio, que involucraba menos riesgos, y prometía servir de carruaje a todos los aspirantes que deseaban acercarse a Dios: la milenaria ciencia del yoga.
Los Beatles conocieron a Maharishi Mahesh Yogi el fundador del Movimiento Meditación Trascendental, el 24 de agosto de 1967, y a partir de ese momento se volvieron sus discípulos. En Bangor, Whales, recibieron sus respectivos mantras y expresaron públicamente que el LSD no tenía las respuestas que esperaban, y que habían dejado las drogas. Si los Beatles lo decían, entonces había que seguirlos. Y fue así como la generación del hippismo se volcó sobre los grandes maestros de la India, en la búsqueda del Conocimiento.
Ernie no fue la excepción. Y como siempre su padre jugaría un papel crucial. Hernando Becerra senior era un buscador espiritual. Naturista, vegetariano, y practicante del Hatha Yoga. En Chicago se une a un grupo de seguidores del “Doctor West”, un mago que predica la filosofía de George Gurdjieff y Piotr Ouspenski. Enseñanzas orientadas a encontrar el Cuarto Camino cuyo objetivo es el de producir la evolución consciente en el hombre. El padre de Ernie estudia los libros de Lobsang Rampa, Madame Blavatsky sobre religión y ocultismo, magia y quiromancia, libros a los que Ernie tiene acceso y devora con fervor.
Durante ese tiempo conoce en la Terraza Pasteur de Bogotá (calle 24 con carrera séptima) un piloto que lo aborda y le dice: “¿A usted le gusta todos esos temas, si? Mi hermana está casada con un hindú de esos.” Ese hindú se hacía llamar Krishananda y tenía un centro de yoga (calle 71 con carrera 11) donde se practicaban algunas asanas, prana-yamas y técnicas de meditación de Kriya Yoga de manera “light” como un aperitivo antes de la gran cena, para no asustar a los neófitos. Ernie entra en contacto con el hindú y recibe su primera clase de introducción al yoga. Unos días después convence a su padre de ir a la academia. Hernando Becerra senior se vuelve un adepto. Y al año, cuando el movimiento toma fuerza, y se hace imperativo recibir una iniciación yóguica de parte de un maestro iniciado para infundirle seriedad al asunto, será Hernando Becerra padre quien financia el viaje a la India. Él y Krishananda se desplazan al “país espiritual por excelencia” para visitar el Karar Ashram, el Centro de Enseñanza de Kriya Yoga y Meditación en la ciudad de Puri, fundado por uno de los más importantes maestros del Yoga “Swami Yukteswar Giri”.
Aquí es importante retroceder un momento para entender la importancia de la sucesión o linaje de los monjes que le darán a sus discípulos un conocimiento ancestral y unas técnicas tan poderosas, que o bien pueden llevarte a elevar tu conciencia o mandarte al manicomio. El yoga es asunto serio y aquellos que tienen la fortuna de dar con grandes maestros logran al menos tener una pequeñísima prueba de lo que puede ser el Infinito. Contrario al LSD y otros caminos con drogas, el efecto perdura para siempre. La unión es eterna.
La línea que sigue Ernie es la línea Giri, que en sanscrito significa “Montaña”. Siendo el primer gran maestro Mahavatar Babaji, una reencarnación de Dios, o Yogui Supremo, considerado inmortal, que vivió en los picos nevados del Himalaya. Babaji revivió la antigua ciencia del yoga y le dio el nombre de Kriya Yoga. Su discípulo directo fue Lahiri Mahashaya (1821-1895), a quien le dio la misión de diseminar el Kriya Yoga por el mundo. Sería reconocido como el “Padre del Kriya Yoga”. El siguiente en la línea es Swami Shriyukteswar Giri (1855-1936) llamado “la Encarnación del Conocimiento” versado en astronomía, astrología y matemáticas. Fundó el Karar Ashram en Puri (a donde viajaría el padre de Ernie y el yogui bogotano), inició y guió a miles de discípulos y fue el Maestro directo de uno de los monjes espiritualmente más avanzados de la línea “Swami Satyananda Giri” (a su muerte asumiría la dirección del Karar Ashram). Shri Yukteswar también sería el maestro del renombrado gurú Paramahansa Yogananda, el pionero del Kriya Yoga en Occidente, y autor de “Autobiografía de un yogui”, una de las obras clásicas espirituales más reconocida del mundo, la cual Ernie leyó y releyó sin poder parar y que sería definitiva en su búsqueda espiritual.
Luego tenemos a Paramahansa Hariharananda, “La Encarnación de la compasión” (1907-2002) discípulo directo de Yogananda, obtuvo el estado yóguico mas alto “sin pulso y sin aliento”, no obstante, su planteamiento para enseñar el Kriya Yoga era uno científico. Hariharananda, sucesor directo y Presidente del Ashram se convierte en el Maestro y Gurú de Ernie Becerra quien tuvo la fortuna de conocerlo en persona y recibir de sus manos la iniciación del fuego, ceremonia que tiene 5000 años, donde el discípulo entrega su karma al gurú para que este sea limpiado. El Gurú a su vez, le da su mantra, sus kriyas (técnicas de ver, sentir y oír), purifica sus chakras para que la energía divina pueda subir por la columna y lo ayuda con su poder a experimentar por unos instantes lo que llaman Samadhi o Iluminación. A partir de ahí, todo depende de la disciplina, la entrega y la seriedad del iniciado. La iniciación para Ernie, de 18 años, fue un momento crucial en su camino espiritual, “ayer mi vida era una cosa, hoy con mi maestro, es otra”, diría. Ernie se mantendría en contacto con su maestro Harirananada quien al cabo de un tiempo abandona India para establecerse en Homestead, hasta el día en que realiza su propio Mahasamadi (muerte voluntaria) en 2002.
La vida de un músico de Rock, con sus ups and downs, triunfos, fracasos, tentaciones, adicciones, depresiones, egos exaltados, es una montaña rusa difícil de manejar. Becerra no es la excepción. En muchos momentos de su vida y su carrera ha dejado de lado la práctica del Kriya Yoga para reemplazarlo por otros menesteres mundanos, cayendo en desgracia o falling from grace, por así decirlo. Del Paraíso al Infierno una y otra vez. Cuando has estado cerca de la Iluminación de la Mano del Maestro, la caída es dolorosa. Pero Becerra sabe cómo levantarse. Es un iniciado en los caminos de la Iluminación. Un practicante serio que dedica varias horas al día a la meditación. De su Maestro recibió el secreto para estar conectado con la “Fuente de todo Conocimiento” y el timón para enderezar su barco en los mares tormentosos del Maya (ilusión). Conoce la manera de regresar a lo único realmente importante: Dios. Como dije, el Yoga no es un viaje “que termina”, ni “del que bajas cuando pasa el efecto”. Es una forma de vida que no te abandona ni siquiera después de la Muerte.
ROSARIO CELESTIAL DE BANDAS
Enumerar todas las bandas en las cuales Hernando Becerra ha participado sería muy difícil ya que como el mismo dice, “en ocasiones tocaba en seis bandas al mismo tiempo”. Cabe decir que algunas de ellas tuvieron mucha importancia dando forma al paisaje del Rock Nacional.
Desde su primera banda Flower Power (1965) en el Claustro Moderno hasta Alerta Kamarada (hasta el presente) Ernie ha dejado su huella en más de 30 bandas- tanto en Colombia como en Estados Unidos- donde además de estudiar dos años con Eddy Simon, Paul Simon y Art Garfunkel en el Guitar Study Center, acompaña a los miembros de Mandril y Mountain en algunas presentaciones y toca con varias bandas de regaae como Bagga Tricks, y en las orquestas de las iglesias como la Parroquia de Santa Rita de Wellington y la Iglesia Adventista de Jamaica (2002).
En 1975, estando en Colombia participa junto Jorge Barco, Guillermo Guzman, Carlos Vela y Randy Dawling, en un proyecto musical de rock progresivo que evoca bandas como Yes y Emerson Lake and Palmer. El grupo da un único concierto en el teatro Almirante y graban un disco que infortunadamente no sale al mercado.
Junto con otros sobrevivientes del rock nacional que se negaron a morir y le apostaron al género, entra a engrosar las filas de Crash fundada por Augusto Martelo y Jorge Barco en 1977 (la banda tendría muchas formaciones desde su inicio). Luego salta a Krash (con K) (1979-1981) una sucursal de la anterior con sede en Cali. La banda es bien aceptada y tocan en Palmira, Buga, Buga la Grande Florida. En 1983, Ernie entra a ser parte de “Compre la Orquestra” el programa de Coestrellas dirigido por Fernando González Pacheco.
Paralelo a su trabajo en Compre la Orquesta, el líder y fundador de Tribu Tres, Mario García, lo llama para que haga parte de la nueva formación de la banda que para entonces había perdido a Mingo Lewis su percusionista. La nueva formación incluiría a Hernando Becerra en la guitarra, Carlos Alvarez en la percusión, Alex Martínez en el piano, y Mario García en el bajo. Tribu Tres, logró fusionar el rock, la salsa y el jazz, pero no tuvo el reconocimiento debido por parte de las disqueras, aunque sí tendría gran aceptación entre el público. Se presentaron en el Campin, en el teatro la Comedía, el Parque Nacional, Corferias, Teatro Jorge Eliecer Gaitán, la Media Torta, el bar Keops, el show de Jimmy. La nueva formación graba 4 temas con Discos Fuentes de los que solo quedan dos “Caribeñito” y “Eres tú”.
Mango una banda de reggae, calypso y soca, fundada en 1984 por Felipe Zuluaga (The Real Zulu) y Eduardo Acevedo, sería la banda donde más tiempo actuaría Becerra, tanto así que llegó a llamarla “la oficina”. Sus presentaciones se extendieron a Curazao, Aruba, Bonaire, Jamaica, Trinidad y Tobago. Con Mango encontraría la estabilidad.
En 1987 Ernie se enamora de Alejandra Espinoza y de esa unión nace Nicolás, su único hijo varón el 31 de Diciembre de 1988. Pero la relación no duraría mucho tiempo y al músico no le queda otra opción que criar a su hijo, con la ayuda de su padre, y su abuela, en la misma casa de Teusaquillo, donde vivió y creció 25 años atrás. La casa donde construyó su primera guitarra copiando la de los Flippers y donde soñó ser un músico de rock, el Beatle del barrio, el John Lennon y el George Harrison de la cuadra; la casa de la esquina, que tiene ventanas y torres como un castillo medieval, donde devoró los libros de arte, esoterismo, magia y yoga…la casa que todos conocemos hoy como la Cava del Castillo.
LA CAVA DEL CASTILLO
La Cava del Castillo, es la Casa del Rock Colombiano. Tras sus puertas han nacido tres bandas: La Banda de Chucho Merchán, (Andrés Delgado, Hernando Becerra, Chucho Merchan, Paola Rojas, y Blue Martinez), Blooze Gurus (Douglas Ceballos, Hernando Becerra, Gerardo Sánchez, Rodrigo Iragorri Obregón) y La Leyenda (Hernando Becerra, Miguel Durier, Fabio Gomez, Augusto Martelo, Fernando Latorre). Las tres tomaron forma y desarrollaron su estilo en el gran espacio adecuado en la parte baja de la casa, la sala, (una tradición muy común de la vieja guardia). Los Blooze Gurus una banda de Blues, liderada por el neoyorkino Douglas Ceballos, estaba en el circuito de los bares como “Acido Bar”, “Latino Power”, en el Festival de Blues de la Libélula y otros escenarios de Bogotá. La banda anda de Chucho se presentó en el “Downtown Majestic”, “Rock al Parque”, le abrió a los Doors y a Brian Adams, y estuvo en el fallido concierto de Roger Waters; La Leyenda, conocidos como los dinosaurios del rock, llevó el rock clásico a todos los bares y escenarios de Bogotá, como Gótica, Crab´s Bar, Hard Rock Café, Palacio de los Deportes, le abrió a los Doors en su segunda visita a Bogotá, y también a Aerosmith. Fabio Gómez reemplazaría a Miguel Durier luego de su muerte y la banda continuó hasta el 2010.
La Cava es también un centro cultural donde se presentan obras de teatro, se dan recitales de poesía, se fraguan sueños. En su patio decorado con los increíbles dibujos de Alberto Assi-One Pekerman, se confunden los rostros de los asistentes con el de Bob Marley, Jimmy Hendrix, Jim Morrison y alguno que otro invitado famoso. Los dibujos cambian cada tanto, según el humor del artista, la lluvia o la ocasión. No solo las personas hacen música allí. El loro, que también cambia de nombre según el clima y el evento, a veces es Paco, otras Pepe, parece estampado en el mural, canta regaee, blues y rock, y se despeluca como un punk cuando alguien se acerca demasiado a la dama de la casa: Bibiana Becerra, la compañera de Ernie, alma y gestora de todo lo que sucede allí, quien pone orden y ejecuta las ideas de su reino musical.
Ernie de 65 años, sigue igual de activo que en sus épocas de hippie. Milita en la famosa banda de regaee “Alerta Kamarada” comandada por Pablo Araoz y Javier Fonseca desde 1996, quienes a su vez se sienten respaldados por un músico de su experiencia que comulga con el mensaje de cambio y paz que la agrupación quiere expresar. La música de “Alerta Kamarada” tiene definitivamente un contexto social y de inclusión.
Con ellos ha viajado por todos los festivales importantes del mundo: Reggae in The River en el Norte de California, (2014), el Rototom Sunsplash de España (el festival más importante de regaee del mundo). Alemania ha tenido la fortuna de recibir a la banda que toca en Berlín y en Saarbrucken, la frontera entre Alemania y Francia donde dan un concierto para los inmigrantes. Alerta Kamarada y su mensaje de paz se ha escuchado en las cárceles, en los eventos pro indígenas y en contra del maltrato a las mujeres en todo Europa. Pero quizá la parada más importante para Ernie fue Hamburgo, la ciudad donde Los Beatles perfeccionaron la música que cambió al mundo. Estando allí sintió que había cerrado el círculo.
Son 53 años en la música, 53 años de hacerle el amor a la guitarra. Como guitarrista melódico, su estilo se aleja del shredding, y el speed ticking. Si queremos encasillarlo en algún nicho musical, podríamos decir que es un guitarrista clásico con tendencia al blues. Su manera de tocar es un reflejo de su personalidad forjada en el fuego sagrado del yoga, pausada, humilde, armónica, lo que le permite fluir con la melodía de la canción. Nunca quiso el protagonismo del front man, prefirió ser un side man, e integrarse y entregarse a la banda. Quizás esa sea la razón por la cual sigue vigente en el panorama tan limitado e ingrato del rock nacional. Calidad, profesionalismo, destreza, técnica y feeling, son los adjetivos que podrían definir a Hernando Becerra Tirado. Para mí, por encima de todo, es la guitarra del sonido melodioso que sirve de escalera al cielo.
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* Sobre la autora
ROCIO OBREGON RUBIANO, cursa sus estudios en el colegio Refous de Bogotá. Viaja a San Francisco, California, donde estudia literatura especializándose en los autores franceses, fotografía, teatro y sicología mientras mantienen un estrecho contacto con el mundo del rock and roll de California. A su regreso trabaja en cine, televisión y publicidad como Productora para producciones nacionales e internacionales. Actualmente trabaja como traductora para películas de televisión en varias empresas de Doblaje. Ha escrito tres libros de poesía “Largo viaje en la noche”, “Navegando tormentas” “De frente a la oscuridad”. guiones para cine y un libro para niños. Publica en diferentes revistas, periódicos y otros medios. En su tiempo libre promueve su proyecto Poesía y Rock.
Contacto:
obregonrocio30@yahoo.com
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Fotos: Archivo personal Hernando Becerra Tirado, Tania Moreno Ceballos, Gunter Schumacher, Alerta Kamarada y Rocio Obregón Rubiano
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Jerry Ramone (sábado, 12 marzo 2022 00:11)
Que buenas fotos e historia.
Hernando”Ernie”Becerra (domingo, 25 abril 2021 12:08)
Un documento biográfico muy acertado por parte de mi querida amiga Rocio Obregon , gracias por realizar esta historia con sabor a literatura poética que te caracteriza siempre! Amor para todos ! Que el show continúe!
Rick Franco “Cace” (miércoles, 30 diciembre 2020 11:17)
Gracias por mantener la historia viva. Conocí a Hernando cuando tocaba su acordeón en primaria en el colegio, uno de los pioneros y mejores guitarristas del rock en Colombia. Cuando formaron “La Banda del Marciano” podías escuchar guitarra puntera, rítmica y hasta tres guitarras al tiempo, solo fue una... Ernie y su guitarra.
Hernan Moreno (jueves, 21 mayo 2020 13:22)
Ahora en mi edad adulta, estas letras e imágenes me llevan a un viaje de recuerdos y trato de auscultar si allí donde disfrute mi juventud aun estoy vigente recorriendo es bellos recintos de ese pequeño mundo del "Hipismo colombiano" y sus estruendosos sonidos para los oídos nuestros viejos, pero melodioso para los nuestros como soñadores de una época maravillosa. Gracias Rocio, por permitirme ver mi vida en retrospectiva.
Miryam toro adelsohn (miércoles, 10 julio 2019 01:27)
Es lindo recordar aquellas épocas donde la paz y la armonía reinaba ,somo me queda decir bellos recuerdos hermosa época que quedar a grabada por siempre en nuestros corazones ,QUE VIVA EL ROCK Y LA MUSICA YYYYYY QIE VIVA LA VIDA.
ABRAZOS DESDE BERLIN.
Ernest Minga (martes, 09 julio 2019 19:03)
Que chevere esta historia Ernie; quizá la historia de muchos de nosotros, los que comenzamos esta edad de oro del hippie colombiano. Realmente Hernado es un gran músico de trayectoria felicitaciones a el y a sus bandas que nos dieron conciertos memorables durante nuestra vida
Diego Plazas (martes, 16 abril 2019 20:59)
Muy chévere el artículo! Me encantan las historias de los padres del Rock en Colombia. Tremendo personaje Ernie. La anécdota con Lennon es genial. Escribe una crónica sobre la Calle 60 de los Hippies.
Ricardo Rojas Castro (jueves, 21 marzo 2019 00:19)
Excelente articulo biografico de gran guitarrista Hernando Becerra...yo vivi esa epoca de hippie,y lo conoci tocando en varios grupos, es admirable su vida y su Obra...gracias por tan agradable reseña historica...Grandiosa Rocio Obregon.
Marco (martes, 12 marzo 2019 06:06)
Excelente articulo, Un respetuoso enfoque de nuestros queridos apostoles del rock en Colombia! Gracias por tanto Rock !
Mi admiración y gratitud al maestro Ernie y a todod los que formaron parte de esta gran historia.
Ernest Minga (domingo, 10 marzo 2019 12:58)
Que historia tan interesante es un omenaje a una vida, a un trabajo de años y lucha, para uno de los mejores guitarristas de Colombia el señor Ernie Becerra
Oscar Josue Zuluaga " el cangrejo " (jueves, 07 marzo 2019 19:38)
Excelente homenaje a un rockstar que admiro y respeto
A propósito de recuerdos y anécdotas para el homenaje a la muerte de John Lennon a comienzos de los años 80 ,por parte de los rockeros bogotanos se realizo un concierto organizado por la emisora Radio Fantasía en la cual yo trabajaba para esta ocasión contacte a la banda Crash para tocar música de The Beatles en un escenario frente a mas de 5.000 personas que aceptaron la invitación de marchar desde la calle 72 por la séptima hasta la sede de la radio en la calle 60 fue apoteósico pero el momento mas especial fue cuando sonó la canción "Imagine" que saco las lagrimas de los seguidores inundando a Bogotá con nostalgia.
Alexei Restrepo (jueves, 07 marzo 2019 16:09)
Magnífica reseña paralela a la vida de quien ciertamente es un pilar del Rock en Colombia.
Julio León (jueves, 07 marzo 2019 07:24)
Un artículo muy interesante. Todo un viaje retrospectivo a los que vivimos esa bella época en Bogotá que indudablemente marcó el camino de muchos de nosotros.
Gracias!
roberto fiorilli (jueves, 07 marzo 2019 06:44)
Muy interesante y explicito relato y recorrido del protagonista, Ernie, gran guitarrista,Gracias a Rocio, por su extroardinario escrito !!!!
Fernando La Rotta (miércoles, 06 marzo 2019 19:08)
Felicitaciones es admirable tu conocimiento coherencia y claridad de nuestra época,sencillamente brillante.
Patrick Mildenberg (miércoles, 06 marzo 2019 16:22)
Excelente entrevista y articulo con el grand master blaster de los guitarristas colombianos ernie y yo llevamos mas de 50 años de amistad y realmente los felicito por este merecido homenaje a uno de los mas importantes musicos de la historia de Colombia