Café y literatura:

El sello personal de Hernán Mallama*

Por Tatik Carrión

Febrero, 2018

 

Hernán Mallama es escritor, lector y docente de literatura, también es, cultivador de su propia marca de café, administrador de su café boutique y gestor cultural, en este encuentro, nos contará algunas de sus experiencias en el campo literario y en campo empresarial.

 

Hernán, gracias por compartir este encuentro. Empecemos por contar una parte de tu historia: el amor por libros. ¿De qué manera se dio? ¿qué o quién lo produjo?

 

Fue a los 10 años y gracias a la bibliotecaria de mi colegio. Por un extraño azar, me había concedido el privilegio de entrar a recorrer los estantes de los libros. Me entretuve la primera vez leyendo los títulos en los lomos estrictamente acomodados, entre ellos encontré “Las mil y una noches”. Esa fue mi primera expedición a la imaginación, afortunadamente esa mágica tradición árabe en donde habitan los genios, las princesas y las espadas. Recuerdo que leía con la infantil expectativa de llegar a la ilustración que había cada vez que acababa una historia y empezaba otra. Luego llegaron lecturas de Julio Verne, Robert Louis Stevenson en las que pasé tardes completas “perdido” entre los personajes y las historias. Y digo “perdido” para tratar de definir cómo fueron esas primeras lecturas, porque aclaro, nunca me encuentro más conmigo mismo que cuando leo.

 

 

Ya que hablas de las bibliotecas, me gustaría continuar esta conversación con esa temática. Las bibliotecas son el refugio de lectores y escritores, allí han tenido la fortuna de conocer autores y obras universales. ¿Qué piensas de las bibliotecas escolares, locales, públicas? 

 

Veo con pesar que las bibliotecas escolares y públicas tienen una escasa oferta de libros y, en especial, de autores. También que los programas de promoción a la lectura se quedan cortos, casi que a iniciativa de organizaciones culturales ajenas a las instituciones educativas o a las bibliotecas. Debe haber un trabajo conjunto que reconcilie el sector educativo y el cultural. Un lector se conquista con títulos nuevos, con espacios para la lectura y con bibliotecarios carismáticos capaces de seducir nuevos amantes por los libros.

 

El verdadero reto consiste en lograr integrar la familia, la escuela y las bibliotecas públicas en torno al proceso lector como un valor cultural intrínseco a través del cual podemos rescatar una sociedad cada vez más sumida en la ignorancia, que a la postre es la razón por la cual no avanzamos hacia un futuro más prometedor.  

 

 

Estoy de acuerdo contigo Hernán y quisiera hacer énfasis en los espacios para la lectura. Tú tienes un café cultural que aparte de servir un excelente café y de atender muy bien a la gente, se preocupa por generar espacios físicos y culturales para la lectura. ¿Podrías contarnos cómo nació esta idea, cómo se mantiene este proyecto y cuáles son sus proyecciones a futuro?

 

María Antonia Café nace de una conversación con mi esposa acerca de la escasa oferta de espacios culturales con que contaban los pereiranos. Ese día concluimos que nuestro Café sería un lugar donde las personas pudieran disfrutar de un buen café y a la vez, pudiesen escuchar y conocer a los artistas locales y regionales. Ya contábamos con un producto de café cubierto de chocolate que viene empacado en una caja en la que agregamos un poema de algunos escritores amigos.

 

Justamente con ellos nos dimos a la tarea de soñar un lugar donde se respirara, arte, poesía, literatura. El proyecto continúa gracias a ellos, nuestros grandes amigos Andrés Galeano, Wahider Cardona, Alan González, Juan Carlos Vargas, Mauricio Quintero, Carolina Hidalgo, entre muchos más. A futuro, pensamos en una casa, donde tengamos un gran proyecto cultural que vincule artistas plásticos, músicos, narradores, en fin, queremos continuar soñando.

 

 

Qué interesante esa mezcla de café con marca propia, el espacio físico agradable, arte y literatura, suena perfecto, pero cuéntanos un poco más… ¿Cómo funciona, dónde queda, dónde podemos ver la programación y cuáles son las actividades culturales de “María Antonia”?

 

Cada mes realizamos un evento cultural que puede ser una lectura de poesía, la apertura a una exposición fotográfica o plástica, un autor hablando de su reciente publicación, o un director de cine o cortometraje hablando de su película. De esta manera hemos tenido el honor de contar con escritores como Juan Carlos Garay, el poeta español Joaquín Zapata Pinteño; la poeta Mexicana Cecilia Juarez; a Diego Restrepo, productor ejecutivo de la película "Los asombrosos días de Guillermino", A Omar García, artista plástico y escritor quindiano, a Carlos Framb, escritor antioqueño, y muchos otros artistas locales y regionales como Diego Alexander Vélez, Julián Chica Cardona, Mauricio Quintero…

 

Para conocer nuestra programación sólo debe ser fan de María Antonia Café Boutique en Facebook o seguirnos en Instagram: @mariaantoniacafe o en Twitter: @MariaAntoniaCaf. Allí colocamos la información de los eventos a realizar con las fechas y horarios.

 

 

Mucho trabajo de gestión cultural… ¿cómo combinas el trabajo administrativo con tu escritura de poesía? ¿En qué momento escribes? ¿Queda tiempo?

 

Tengo una gran coequipera y socia: mi esposa, Andrea Murillo B. Ella me facilita las responsabilidades para poder dedicar tiempo a la lectura y a la escritura. Sin ella, no sería posible ser lo que soy, encontrarla en el camino ha sido una de las más hermosas experiencias que podría sucederle a un desafortunado como yo.

 

En cuanto al tiempo para escribir, confieso que encuentro en la noche un bello espacio de silencio y penumbra que me seduce, por lo que escribo a altas horas de la noche desde siempre. Dormir poco ya es un hábito que empiezo a disfrutar. 

 

 

Hernán, ¿podrías, por favor, compartirnos uno de tus poemas para que los lectores conozcan un poco de tu escritura?

 

Por supuesto. Este texto se llama Agonía y hace parte de "No hubo tiempo para la inmortalidad" publicado por la editorial Caza de Libros.

 

 

AGONÍA 

 

Quitar el polvo a los viejos dolores 

abrir otra vez las suturas 

como si fueran maletas de viaje, 

hacer un atado con todos los hastíos 

sacarlos a la fuerza, 

saber que la hora ha llegado 

y que no hay tiempo para otro aterrizaje. 

 

Dejar fluir los ríos subterráneos, 

contener el eco 

a su rumor de piedra, 

reclamar que aún nos queda tiempo 

para una última confesión. 

 

De las palabras hacer raíces, 

contemplar de nuevo el mundo obscuro 

que emigró tras ellas. 

 

Ceder los secretos, 

llenar de aburrimiento la luz en la ventana 

y ocultar los párpados 

tras el libro que no se va a leer. 

 

Entender al final 

que desde siempre 

estuvimos vencidos 

y que la muerte 

es nuestra primera y única victoria.

 

 

Hermoso poema. A propósito, de “el libro que no se va a leer”, ¿qué libro no has leído y tienes esa deuda contigo mismo?

 

Tengo aún muchos libros por leer, algunos me esperan impacientes en una pequeña biblioteca donde los voy acomodando mientras les llega su tiempo. Pero tengo una deuda con “El sueño del Celta” de Mario Vargas Llosa, lo tengo en esa biblioteca, lo he empezado a leer, pero siempre termino regresando al verso. A veces me descubro con un libro de poesía en la mano tratando de hacer memoria del momento exacto del trueque. Sin embargo, pronto regresaré a la dramática espera de Casement por librarse de la sentencia de muerte. 

 

 

Y ahora, ¿qué libro de un autor colombiano y otro extranjero recomendarías a los lectores?

 

Es una pregunta difícil, hay muchos autores colombianos que quisiera recomendar, muchas voces que logran rozarnos el alma con la sutileza de una pluma. No obstante, me atrevo a recomendar a dos. El primero, un gran escritor que me abrió el horizonte de la poesía, hemos tenido largas y exhaustas conversaciones en sus textos: Héctor Rojas Herazo. De él,” Las úlceras de Adán” y “Celia se Pudre”. Y una gran poeta joven que me ha conmovido con su más reciente libro: Bibiana Bernal, con “Pájaro de Piedra”.

 

Un autor que me ha cautivado mucho es Roberto Juarroz. Su particular relación con las palabras, esa permanente transgresión de los significados de la existencia para modestamente ponerlos en un lenguaje cuidado y sencillo y, a la vez, tan cercano a la duda. De él tengo un libro que encontré en un anaquel de la Strand Bookstore en New York, traducido por Mary Crow: Vertical Poetry, Recent Poems y al que retorno con frecuencia para recuperar el silencio que a veces, por exceso de realidad, nos abandona.

 

 

Gracias Hernán por compartirnos un poco de vida en la gestión cultural de Pereira, creando a María Antonia como plataforma de encuentro entre artistas y público en general, también por tus poemas y recomendados. Por favor, ¿podrías darnos los títulos de tus libros y los nombres de las editoriales para que los lectores puedan consultarte?

 

Digamos que he tenido dos periodos de creación: el primero, más escaso literariamente, desbordado por el ímpetu de una juventud abigarrada y ansiosa, una etapa iniciática donde abunda la experimentación y los desaciertos: quedaron los libros “Hoguera en eclipsiris” (1.999) Escrito a coautoría con Luis Enrique Tabares, profesor de la Universidad Tecnológica de Pereira y Juan Carlos Quintero, hoy profesor de literatura en Canadá. A este le siguió “Éxtasis. Poesía al desamor”. (2003). 

 

De un segundo periodo creativo quedan textos narrativos y poéticos algo más cuidados, menos impetuosos y arrebatados. En narrativa solo hay un cuento publicado: “Taró o la primera lluvia”, al lado de grandes escritores como Rigoberto Gil, Luis Jairo Henao, entre otros, en el libro “Sueños Móviles” producido por la Compañía Creativa “Trazasueños” y el Ministerio de Cultura. Llega después “Enfisemas. Poemas para sobrevivir despacio” libro-arte de edición exclusiva para USA con serigrafías originales del artista plástico Alejandro Taborda. Una bella edición de tan solo 200 libros. Y “No hubo tiempo para la inmortalidad” libro presentado en la Feria Internacional del Libro de Bogotá en el 2017 publicado por la editorial “Caza de Libros”.

 

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*Hernán Mallama Roux

Nació en Roldanillo Valle. Licenciado en Español y Comunicación Audiovisual de la Universidad Tecnológica de Pereira. Profesor de Literatura dedicado a la investigación. Ganador del Concurso Departamental de Poesía: Sindicato de Educadores de Risaralda en los años 2000 y 2013. Ha publicado los libros “Hoguera en Eclipsiris” (1999); “Extasis” Poesía al desamor (2003). Y el Libro – Arte: Enfisemas. “Poemas para sobrevivir despacio”. Edición exclusiva para Estados Unidos en 2013. Coautor del libro de cuentos “Sueños Móviles” publicado por el Ministerio de Cultura y La Compañía Creativa “Trazasueños”. Acaba de presentar el libro: “No hubo tiempo para la inmortalidad” en la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2017. Recibió el reconocimiento del Instituto de Cultura de Pereira por sus aportes literarios a la ciudad en 2009 y del Ministerio de Educación Nacional por su proyecto “AULA12. Una escuela feliz para la Paz y la Libertad” en 2015. Actualmente es profesor de literatura en la Institución Educativa Deogracias Cardona. 

 

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