Galán

Una obra de teatro en el municipio de Guaduas

Realizada por Teatro de Miér#%!les.

Escrita y dirigida por Ricardo Peñuela

Por Leonardo Rodríguez

Junio, 2021

 

 

En días pasados algunas personas que visitábamos el municipio de Guaduas (Cundinamarca), tuvimos la oportunidad de asistir a una función de la obra Galán, en una casa patrimonial llamada El Patio del Moro, en la que disfrutamos del teatro de objetos, al tiempo que aprendíamos de la historia del país. El municipio de Guaduas es recordado, por la mayoría, porque allí nació y creció Policarpa Salavarrieta, quien hizo parte de las guerrillas patriotas durante el proceso de independencia. De la Pola, como le dicen desde aquellas épocas se ha escrito bastante, por ejemplo, existe una obra de teatro escrita por José Domínguez Roche, que se estrenó pocos años después del fusilamiento de ella, en el Coliseo Ramírez (hoy Teatro Colón de Bogotá). Sin embargo, en esta ocasión ella no fue el tema para el grupo de Teatro de Miér#%!les, que desde hace unos meses se radicó en Guaduas, sino que fue la vida de otro prócer de la independencia: José Antonio Galán.

 

Galán nació en el departamento de Santander, a mediados del siglo XVIII; él es recordado por liderar el movimiento de los comuneros, que durante el virreinato de la Nueva Granada se opuso al aumento de impuestos por parte del gobierno (cualquier parecido con el momento actual no es pura coincidencia). La historia de este hombre está fuertemente ligada con Guaduas porque por allí pasó, con más de doscientos insurrectos y fortaleció su rebelión, antes de llegar a Bogotá; sin embargo, lo único que regresó a Guaduas fue su cabeza que se expuso en lo alto de una loma, como símbolo de venganza y de terror contra quienes se oponían al virreinato español. La historia de Galán es la historia del país: mujeres y hombres que son traicionados y asesinados cruelmente por oponerse a quienes siempre han gobernado este territorio.

 

 

 

La obra de Galán ocurre en una especie de teatrino, cámara negra, adecuado en el Patio del Moro. Allí introduce el relato un campesino, un muñeco, quien con su voz roba la atención de todos los desprevenidos espectadores. En el espacio hay mucha oscuridad pero algunas luces van iluminando a los personajes manipulados por el director y escritor de la obra, Ricardo Peñuela; por su compañera de aventuras y proyectos teatrales, An Díaz; y por un grupo de jóvenes guaduences iniciados en el teatro de objetos. Todos los asistentes, desde el primer momento, quedamos cautivados por la magia propia del teatro de muñecos y seguimos la historia mientras nos sorprendemos por los textos, los objetos y los personajes que van apareciendo en el escenario: figuras, máscaras y hasta un grupo de caballos que parece volar por los aires. A partir de esta teatralidad particular, gestada por los muñecos, la obra no es solo un repaso por la vida de un personaje histórico y de un movimiento relevante en la lucha por los derechos de los pueblos, sino que es un diálogo con el presente que vivimos, en un territorio que está inscrito en la historia de Galán y el movimiento de los comuneros.