MI EXPERIENCIA CON PLANTAS SAGRADAS 

Por Francisco Javier Valencia Olarte*

Las comunidades indígenas desde tiempos inmemoriales han estudiado, conocido y utilizado las plantas sagradas para efectos de sanación física, mental y espiritual

 

Tales conocimientos y prácticas son trasmitidas vía oral de generación en generación por los denominados chamanes, que son los custodios elegidos y entrenados para ello desde muy pequeños. Sólo de esta manera es como puede garantizarse que se den los efectos sanadores de las plantas sagradas en quienes ingieren los brebajes preparados por los chamanes. 

 

No obstante, desafortunadamente, en las ciudades se viene incrementando el uso de estas plantas sagradas, ofrecidas por personas que no tiene la preparación, el conocimiento y la experiencia suficiente para garantizar el resultado, llegando en ocasiones a causar malestares o lesiones graves. 

 

En consecuencia, lo primero que debe tenerse en cuenta a la hora de acudir a las plantas sagradas es cerciorarse de que quienes las ofrecen sean personas de comunidades indígenas idóneas para tal fin y en lo posible hacerlo en el ambiente natural en el que dichas comunidades se asientan, contando con las herramientas físicas y de conocimientos necesarias para interpretar y conjurar situaciones que eventualmente afecten la salud física o emocional de quienes las ingieren. 

 

Adicionalmente, dado que se trata de manifestaciones espirituales de hondo arraigo que funcionan a nivel inconsciente, se hace necesario que el participante siempre se pregunte antes de cualquier ritual qué es lo que verdaderamente busca, cuál es su propósito, que tan preparado se encuentra para escuchar, asimilar y aprovechar los mensajes que los sagrados elementales de las plantas ingeridas le van a trasmitir.  

 

En lo personal, luego de mi primera experiencia con el yagé, que de manera fuerte y decidida me mostró lo pequeño e insignificante que soy frente a su poder, tuve una maravillosa experiencia, inicialmente de introspección y luego de expansión de conciencia de una manera tranquila. Tuve un singular encuentro con la muerte, ya que se me presentó de manera amable, amistosa, tanto que por momentos me advertí coqueteándole. Además, me reveló secretos de personas cercanas y me mostró relaciones que yo no había intuido o visto. Particularmente en el paso hacia otros mundos, ella, la muerte, me abría las puertas y me invitaba a seguir llenándome de confianza. Yo entraba y salía de estos otros mundos sin dolor, sin angustias. Fue verdaderamente creativo e ilustrativo

 

Días después, caí en la cuenta de que algo en mí había sanado, que emanaba otra energía, más limpia, más tranquila y sosegada. Desde ese momento comencé a dar pasos para transformar mi relación con la muerte, en el sentido que una vez evidencié la importancia de visibilizarla y casi que volverme su amigo, me propuse tenerla siempre presente, saber que está ahí todo el tiempo, y que la conciencia de su presencia hace que actúe de tal manera que esté preparado para morir, lo cual se traduce en vivir plenamente el aquí y ahora, haciendo a conciencia lo que hago en cada paso de mi vida, por manera que si ella me sorprende en cualquier momento, yo sienta que puedo pasar ese umbral tranquilo, con la serenidad que me proporciona el haber actuado de manera presente, consciente y responsable en cada instante de mi vida.

 

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* Estudiante de Terapia Gestal / Tarot terapéutico. 

 

 




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