ENTRE LA HISTORIA Y LAS NIEVES
Por Stephany Maldonado Pérez
mariastephany10@hotmail.com
Julio, 2018
En la carrera séptima con calle veinte, en el barrio las Nieves de la localidad de Santa fe en Bogotá, se encuentra erguida e imponente la iglesia “Nuestra Señora de las Nieves”. Entre los transeúntes, mercaderes y artesanos, la Iglesia termina siendo un anacronismo en medio de modernas construcciones, una ruptura temporal del caos del centro bogotano, un espacio que narra la historia de la ciudad en donde no solo los devotos tienen cabida.
Como nota al margen cabe señalar que la advocación a la Virgen de las Nieves se remonta al siglo IV durante el papado de Liberio (352-366). La leyenda cuenta que un matrimonio acaudalado y sin hijos le rogó a la virgen que les indicara qué debían hacer con sus riquezas, ésta en sueños les indicó que donde cayera nieve deberían construir un templo, misteriosamente esa noche el Papa Liberio tuvo el mismo sueño, días después, el 5 de agosto en pleno verano ocurrió un fenómeno inusual, el monte Esquilo en Roma amaneció cubierto de nieve, el hecho fue interpretado como la señal divina del sueño compartido, por lo que en ese mismo sitio se construyó el templo en honor a la “Virgen de las Nieves”.
El culto a la Virgen se traslada a Colombia a raíz de la llegada en 1568 de una imagen de la Señora de las Nieves, a lo cual Cristóbal Ortiz Bernal, miembro del ejército de Gonzalo Jiménez de Quesada designado como alcalde ordinario de “Santafé” ordenó la construcción de una ermita en su nombre.
Desde su fundación en 1568 la iglesia ha sufrido varias transformaciones y restauraciones, en 1585 el sacerdote franciscano español Fray Luis Zapata de Cárdenas la convirtió en parroquia, nueve años más adelante en 1594 fue restaurada debido a un incendio, en 1643 su párroco, Jacinto Quadrado de Solanilla, ordenó la demolición y construcción de un nuevo templo más amplio y sólido, cerca de tres siglos después, en 1922 a causa del terremoto de 1917, fue otra vez derribada para ser remplazada por la actual iglesia cuyo proyecto principal fue diseñado por el sacerdote y arquitecto francés Juan Bautista y terminada por el arquitecto Arturo Jaramillo en 1937.
Tras este trasegar, la iglesia tiene unas dimensiones de 64 metros de longitud por 27.50 de ancho, el alto de la nave mide 15 metros, la torre norte, que cuenta con una ventana en forma de cruz alberga en el centro un modesto reloj, tiene una altura de 32 metros, y la torre sur más pequeña 23 metros, esta a su vez tiene tres ventanales rectangulares manteniendo la armonía de la fachada principal.
Es tradición de los feligreses bogotanos asistir a oficios religiosos en la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves en época de Semana Santa, en especial el jueves o viernes santo, motivo por el cual es uno de los templos más concurridos durante estas conmemoraciones religiosas.
Es importante señalar que la iglesia también es un atractivo para los amantes de la arquitectura. La fachada de franjas rojas y amarillas con influencia romano-bizantina absorbe al visitante y lo inmiscuye en lo que su estructura propiamente significa, en su interior el altar mayor es resguardado por varias columnas en espiral, el olor a incienso mezclado con los vivos colores de sus vitrales, cuadros coloniales y esculturas orientadas hacia un altar principal en madera finamente tallada, creando todo esto una atmósfera de gran misticismo y contemplación.
La Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, hace parte del patrimonio cultural de la nación, un lugar de peregrinaje o admiración arquitectónica cuya historia es una introspección de Bogotá, del individuo mismo, de una colectividad de seres en busca de experiencias que revelan nuestra identidad.
Sin importar si se es devoto o no, quien se adentra en la iglesia experimenta un deleite sensorial y espiritual, ¿qué esperan para visitarla?
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