Sin impunidad, sin estigma y sin exclusión social

Por María del Pilar Lugo

Agosto, 2020

Colombia durante los últimos años ha llevado la hostilidad a un nivel máximo de amplitud y gravedad. La inequidad e inconformidad son el pan de cada día de muchos colombianos. No obstante, la violencia tiende a ser cada día más normalizada y las consecuencias se tornan mucho más degradantes y dolorosas. Sumado a esto, un grave problema de salud pública ha venido en aumento dejando secuelas irreparables, donde la niñez sigue siendo objeto de múltiples abusos, entre ellos el sexual. Un claro ejemplo, fueron los recientes casos a indígenas menores de edad, una de ellas embera, la otra, nukak.

Esta noticia, que levantó todo tipo de comentarios, así como indignación y rechazo, también exteriorizó una tendencia que crece en cada ser humano: la denigración hacia la víctima, bien sea por su posible conducta ética, estigma y exclusión social o simplemente su entorno inmediato.

Según el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Colombia, entre enero y mayo de 2020 se han practicado 7.544 exámenes médicos legales por presunto delito sexual que representan el 43,49 por ciento de las lesiones no fatales en el país. De estos, 6.479 fueron realizados a menores de edad que se desagregan de la siguiente forma: las mujeres siguen siendo las víctimas más recurrentes del abuso sexual sin distinguir edad. Al revisar más a fondo, la población indígena y negra de la nación suma un porcentaje importante en los registros, luego de los casos denunciados donde no hay distinción étnica: 151 indígenas (136 mujeres y 15 hombres), así como 183 negros (166 mujeres y 17 hombres).

La falta de voluntad y participación política, sumado a la indiferencia, han hecho que numerosos casos de violencia sexual, se vuelvan cifras o campañas efímeras que no reparan a sus víctimas. Según la directora del ICBF, Lina María Arbeláez, el 98 por ciento de los casos de violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes están en impunidad.

Pareciera que vivimos en una sociedad que justifica, tolera y olvida.

Frente a esta problemática, nuestra agenda cultural Quira Medios, quiere hacer la invitación a no permitir más la invisibilización y olvido frente a este tipo de actos, desde casa, calle, desde cada ser.

No podemos permitir ningún tipo de violencia contra la niñez sea cual sea su género, Debemos permanecer guardianes entre nosotros mismos, ser y estar atentos. No permitirnos el señalamiento, no sentenciar por la manera de vestir, no señalar por no “haber tomado precauciones”, no hagamos de la impasibilidad un hilo conductor hacia la violencia y la muerte.