El Síndrome de la minoridad y el negacionismo del Interés Superior
Por Marisol Palacio Cepeda/1/
Enero, 2025
El síndrome de la minoridad persiste y el interés superior se predica pero, no aplica, existe en la teoría aún no en la práctica. Indignación, impotencia, indescriptible es mi frustración y, seguramente, la de muchas personas amantes, respetuosas de las niñas, los niños y los adolescentes, porque transitar por la protección irregular o especial hacia la protección integral como nuevo paradigma o modelo/2/ para la protección de sus derechos no fue un camino fácil hasta cambiar la caduca legislación hasta ese entonces existente en nuestro país por la Ley 1098 de 2006, actual Código de la Infancia y la Adolescencia, pero seguimos expidiendo leyes y aun así continuamos tratándolos como menores no solo en edad, sino en todo absolutamente todo los aspectos de su proyecto vital, bajo el errado convencimiento, de que que nada son, o poco representan en la vida de quienes se consideran mayores.
No disfracemos o maticemos las hostilidades propias de asistencialismos y de los peligros mismos de las y los adultos, quienes, día a día movidos por un verdadero síndrome de minoridad no dan cabida al valor de ser por sí mismos.
Tanto vale la sonrisa que brota espontáneamente ante una caricia; la paz profunda que emerge de la piel y el goce de unos labios por el amamamiento y el sollozo desprevenido en demanda simplemente de un acto de amor y de protección de un niño y una niña; Como el lloriqueo, o el grito de dolor físico y de su alma por la incapacidad de indefensión momentos antes de recibir el último somatón de una golpiza, la última bofetada del estupro, nunca, a mi juicio, consentido, ni con autorización; el último sorbo de agua antes de dejarlo morir por inanición, el último acto de mutilación o desmembramiento de sus órganos prístinos a manos de un vil charcutero/a, para no dejar evidencia, ni el más mínimo rastro de su existencia, candor y albura, en lugares despoblados o solitarios, en ríos caudalosos o secos o en la espesura de selvas o de un bosque.
Todo vale desde siempre, porque todos y todas para ser, primero fuimos y, de algún modo, seguimos siendo niños o niñas... Hace veinte (20) años atrás, como veinte (20) años después, en pleno siglo XXI, a cinco (5) años de certificar el incumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS)/3/ para el desarrollo de la humanidad que inicia, en todos los hemisferios del mismo planeta que habitamos, en algún lugar que no escogimos, con las experiencias de amor o destrucción de nuestro ser vividas, desde la infancia.
¿O acaso han conocido a un niño, una niña, o adolescente pervertido, corrupto o depravado por naturaleza? Si esto es aun así,/4/ me pregunto dónde habita, la protección o interés superior/5/ que nos ufanamos a viva voz les reconocemos para precisamente garantizarles una vida plena, desde que comienza, mientras naturalmente dan sus primeros pasos, balbucean y pronuncian sus primeras palabras, y toman distancia, por decisión propia, en la medida de las humanas posibilidades, de todo aquello, que las y los violenta.
El interés superior termina siendo una vil mentira, dos palabras que se predican pero no aplican, letra muerta en las páginas de autoridades sin autoridad, ni legitimidad, en conflictos de familia, ni penales, y me atrevería a decir, extensible a sus conflictos personales insolutos, con más que relativa recurrencia, porque deciden basados en sus propios prejuicios y pre conceptos, y de ese modo, sus decisiones no priorizan ni la felicidad, ni el bienestar, ni la alegría, de las y los más indefensos, pero, huelga decir, nunca “inferiores” “pequeños” o “defectuosos” sino que, se adoptan decisiones que se concentran y focalizan la atención en los parientes y cuidadores y cuidadoras, de niños, niñas y adolescentes, quienes regularmente están inmersos en relaciones tortuosas y dañinas, coloquialmente llamadas tóxicas, que se mueven en los extremos de las decepciones, el desencanto, el catastrofismo, la desilusión y la desesperanza, contexto en el cual no es extraño que la presencia de un o una infante constituya un lastre y una carga, y esto, paradójica e inevitablemente, constituya a su vez el título de falsa justificación de lo injustificable, como es la violencia en su contra; es decir, el título de la interna desazón o tristeza, para eludir responsabilidades en los estrados judiciales; título al cual se apegan, vergonzosamente apelando a un mal llamado “litigio estratégico” algunos abogados y abogadas, para configurarlo o estructurarlo como problemas de salud mental inexistentes.
Aquí el negacionismo de los principios jurídicos impera, empezando por el principal especializado, en este ámbito, el principio del Interés Superior de niñas, niños y adolescentes, proscrito o mancerado dentro de una estrategia de defensa de mayores frustrados.
Es así como, proliferan ineficaces acuerdos o conciliaciones inspirados no en la protección prevalente de los derechos de niñas, niños y adolescentes, sino en un ausculto y falso respeto mutuo entre quienes regularmente, fungieron como parejas en una relación afectiva; motivados por la terminación del proceso o litigio , acuerdos que en el proyecto vital de las y los intervinientes en un conflicto familiar que compromete en forma prioritaria, los principios y valores de la infancia, integra el acto históricamente precedente en sus vidas, a los feminicidios, suicidios y homicidios posteriores que dolorosamente hoy catapultan e inflan las estadísticas, porque simple y llanamente, en esos mal llamados acuerdos o conciliaciones, la vida de hijos e hijas son tomados como trofeos y símbolo de su éxito o fracaso, incluyendo al éxito y fracaso de las autoridades, sin autoridad. ¿Si tan mal estamos en la comprensión del Interés Superior referido, debería ser una causal expresa de anulación de toda mediación, acuerdo o similar pacto?. Hipotéticamente, la respuesta a este interrogante surge como afirmativa.
¿Hasta cuando, vamos a reconocer abiertamente que no hemos implementado unos criterios o coordenadas o componentes para asegurar la aplicación preferente del respeto por los derechos de nuestros niños, niñas y adolescentes, que es viable en la teoría jurídica con la ejecución del Interés Superior aludido? Desde la observación y la revisión conceptual de su aceptación de incorporación a nuestro Sistema Jurídico, proscribiendo no obstante la práctica jurídica del mismo, hasta cuando?
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/1/ PhD en Derecho Universidad Nacional de Mar del Plata; Experta en Políticas Públicas CLACSO; Maestría en Sistema Penal Universidad de Barcelona; Ex Procuradora Judicial de Familia y Procuradora Delegada de Infancia y Familia encargada; Ex Directora de Política contra las Drogas Ilícitas; Ex Magistrada Auxiliar Sala Penal Corte Suprema de Justicia; Ex Jefe Unidad Derechos Humanos y DIH Fiscalía; Directora Fundación ALIWEN y Centro Pensamiento Crítico FIBESJ y Tratadista.
/2/ Los Paradigmas imponen perspectivas de pensamiento válidas para sí mismos. En el Paradigma de la Protección Especial las niñas, niños y adolescentes eran considerados como objetos de protección, no sujetos de derecho como lo propone el Paradigma de la Protección Integral.
/3/ Son diecisiete (17) Objetivos. El mayor desafío es la erradicación de la pobreza para garantizar un desarrollo sostenible, adoptados por la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) como un Plan de Acción para alcanzar en el 2030.
/4/ Esta es una afirmación que amerita una reflexión o análisis pausado, que es viable encontrar cuando se aborda la matriz jurídica de la responsabilidad penal, temática abordada en mi investigación doctoral en la Universidad pública, la Universidad Nacional de Mar del Plata en Argentina, en 2018, sobre el los principios jurídicos revisados a través de una herramienta filosófica denominada Teorema.
/5/ Se reitera el Interés Superior entendido y asumido como un Principio, o sea, un mandato de optimización para la protección de los derechos.
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Ana Belén Londoño (viernes, 31 enero 2025 20:36)
De acuerdo con texto aún seguimos en situaciones de vulneraciones que requieren de mayor movilizaciones que fortalezca y permitan eliminar barreras frente a lo que implica el asumir el interés superior de los niños, niñas y adolescentes
Germán Oswaldo Estévez. (viernes, 31 enero 2025 09:58)
Muy bun trabajo, interesante objetivo y que da mucha claridad sobre los obstáculos y dificultades en la protección de los de niños, niñas y adolecentes debido a como son percibidos por una gran parte de la sociedad.