El museo la realidad

Por Angie Díaz Martínez

Junio, 2021

 

 

Es inevitable escribir este artículo sin ser trastocada por la coyuntura actual de mi terruño, del espacio que habito, que reflexiono y construyo diariamente con mis acciones, y también mis silencios. Hay tanto por reflexionar en estos días en que la esfera política en Colombia se ha tornado llamativa, pues después del 28 de abril del presente año se ha manifestado un malestar social que viene ya gestándose desde la conformación misma de la república. Un malestar que nace de la desigualdad social, la precariedad laboral, el mal uso de las tierras y/o recursos naturales, la falta de infraestructura social, el incumplimiento de derechos básicos como la vida, la salud, la educación, el goce de las artes etc… 

Lo político no se reduce en el presente escrito a la pertenencia de partidos o a gestiones en relación a las elecciones de cargos públicos. No, quiero incitar a que como seres racionales que somos, problematicemos este término y nos deleitemos con su esencia, que nos alejemos de la Doxa(que en términos del Sociólogo Pierre Bourdieu es un conjunto de opiniones comunes, creencias establecidas o ideas establecidas que se aceptan sin discusión) y así, nos percatemos de que todo lo que hacemos o dejamos de hacer tiene una consecuencia en los otros ¡Eso ya es mucho! Ser político es algo que nos atraviesa a todos y todas en nuestras vidas cotidianas. 

Muchos estamos realizando acciones en relación a este movimiento social por el cual estamos pasando y no podemos ser totalmente objetivos, no hay verdades absolutas ni metodologías únicas; solo sabemos que hay un malestar social, vemos que ese malestar se está exteriorizando de múltiples formas y así mismo sufrimos las consecuencias de ello. Por ahora solo podemos tomar posición, escuchar, debatir, proponer y hacer desde el campo de acción propio. El ideal sería que después de unos años el relato de estos hechos sea construido por todos y que no nos cuenten la historia de manera selectiva y acomodada. Para ello hay que comenzar desde ahora a registrar, sistematizar y analizar los hechos. 

Con un propósito afín surge el Museo La Realidad un proyecto que tiene como objetivo circular en diversos municipios y ciudades el rostro de quienes han sido asesinados desde el 28 de abril en el marco del Paro Nacional en Colombia y así mismo rendirles un homenaje. El proyecto además de proporcionar un retrato de las víctimas, genera espacios de encuentro en donde se puede hablar de lo que está ocurriendo en el país, se tocan diversas cuestiones como: el acceso a la información; uno de los principales hechos a analizar teniendo en cuenta la censura y la excesiva cantidad de información que circula en medios de comunicación masiva y redes sociales. Como se puede inferir este es un espacio de cohesión social, en extremo necesario para expresar sentires y escuchar el malestar que llevamos dentro.

Quienes lideran este museo son artistas plásticos como Andrés Roballo y Ramón Lineros, quienes conforman Pa’ Adentro Espacio un colectivo de difusión y creación de prácticas artísticas contemporáneas. Estos artistas han diseñado una metodología de creación para, desde y con la comunidad ya que los retratos se elaboran en conjunto. En otras palabras, se realizan exposiciones y creaciones en cada ocasión. 

El primer encuentro tuvo lugar en el Parque San Roque de Aguachica/Cesar el 12 de mayo del presente año, a este lugar llegaron los artistas con 5 liencillos de 1,50 m x 1m en los cuales estaban plasmados a lápiz los rostros de 5 de los 39jóvenes asesinados hasta la fecha; llevaron también impresas las ilustraciones que hicieron previamente con el estilo propio del museo (contraste de colores planos), pinturas y pinceles. Luego solo bastaba una pregunta a las personas que transitaban cerca ¿Quiere pintar? De este primer encuentro participaron 40 personas de todas las edades. 

El segundo encuentro que sucedió el 15 de mayo ya permite ver la exposición como tal. El museo asiste al primer festival Popular por la vida y la Dignidad en el municipio de Gamarra y allí logra convocar a 30 personas, nuevamente, de todas las edades. Aquí ya se podían apreciar los 5 retratos realizados en el encuentro anterior, todos con su ficha técnica respectiva, la cual más allá de la técnica nos informa o nos recuerda quién estaba tras ese rostro, como y cuando sucedieron los hechos. La información allí plasmada se obtiene principalmente de la página web de Temblores ONG. Ya con estos 10 retratos realizados se espera seguir la exposición- creación en municipios aledaños como Rio de Oro y por qué no en el país entero pues es importante visibilizar, difundir, dialogar y comenzar a tejer la memoria desde ya. 

Por todo lo anterior quiero dar a conocer esta acción que se da desde la pura voluntad, pues no hay más financiación que la del aporte voluntario. Desde el estado de excepción permanente en el que nos encontramos, nos pronunciamos como artistas y promotores del arte y la cultura. Esta generación de jóvenes seguirá haciéndose sentir, lejos del vandalismo estamos y poco tenemos que perder en esta realidad social en la que pocas oportunidades de vivir bien tenemos.