Tinta Rosa en la ciudad

Por Andrés Borrero

Abril, 2021

 

Un colectivo artístico que nació en las entrañas de la universidad pública y se ha dedicado, desde la acción artística y pedagógica, a trabajar con distintas poblaciones, a revitalizar y resignificar distintos espacios, codo a codo, con niños, jóvenes y adultos.

 

¿Cómo se conforma el colectivo?

Tinta rosa fue creado hace 4 años aproximadamente. Se conformó por iniciativa de un grupo de estudiantes de la Nacho en el taller de gráfica de la U, que tenía una preocupación por los medios tradicionales del arte, en particular por la gráfica, grabado, esténcil, pintura, papelones y le interesaba hacer intervenciones en el espacio público, de allí nació y se ha transformado conforme han pasado los años. 

 

¿Cuáles son los temas favoritos al momento de trabajar?

No hay una temática, hay un proceder. Cada uno de los artistas que iniciamos el colectivo, desarrolla su práctica en diferentes ámbitos, algunos son pintores, todos somos educadores; la mayoría en primera infancia. Algunos trabajan con migrantes, otros trabajan con población infantil en condición de trabajo. No hay un tema sino una práctica común y es que todos vinculamos el arte con la pedagogía y el trabajo en comunidad con el trabajo en contexto.

 

¿Cómo colectivo cuál es su enfoque artístico?

 

El del trabajo en comunidad y los procesos de creación colectiva. Es decir, los temas se desarrollan conforme a cada situación. La comunidad decide los temas. Pueden ser sobre la historia del barrio, la memoria histórica, las problemáticas de la juventud, el mundo creativo de los niños, sus sueños… Es decir: dependiendo del contexto, ellos escogen el tema y nosotros como artistas formados servimos de mediadores para manifestar esos intereses, las historias, esa verdad de la comunidad de forma simbólica a través de una imagen, de un mural que termina construyendo el espacio social o público y se vuelve icónica para el contexto porque nace de ellos. Este trabajo cuenta la historia común: ellos mismos la hacen. Eso es importante en este proceso y es la gente que pinta, nosotros servimos de mediadores. Somos más pedagogos que artistas. 

 

 

 

Trabajan mucho con niños ¿en qué y por qué?

Hemos trabajado con todo tipo de población, pero la niñez nos ha cautivado porque están construyendo apenas su historia y nos parece interesante la capacidad que tienen los niños de ver la realidad sin tantos tabúes. Los niños dicen abiertamente lo que viven y eso nos da herramientas. Primero, para leer el contexto en donde estamos; dos, para entender la vida de estos chicos, el lugar donde se desarrollan, si es violento, si no es violento y qué tipo de situaciones se ejercen ahí. Qué necesitan los niños, y cómo es su historia cultural. Ellos son generosos en el dibujo, en lo artístico, en las historias que nos cuentan, entonces es un material muy rico para trabajar. Son muy abiertos para experimentar. Esto nos ha fascinado porque es una población con una creatividad exacerbada.

 

Han trabajado de forma independiente y apoyados por la Alcaldía ¿Cuáles son las ventajas y desventajas?

Hemos trabajado de una y otra forma todos juntos. Uno en un proyecto, otro en otro… Cada uno en algo diferente. Hemos hecho actividades y proyectos sacando dinero de nuestro sueldo; haciendo ferias, preparando sándwiches al inicio… La comunidad a veces gestiona los recursos, los espacios, el dinero también, digamos que la financiación ha sido diversa.

 

Lo bueno de hacerlo de forma independiente es que uno hace lo que quiere, con el tiempo que quiere, sin presiones, respondiendo a los tiempos de la comunidad que a veces son rápidos, son lentos, pero la dificultad es que no hay pago formal, hay que trabajar más de la cuenta y meterle mucha energía porque no hay una remuneración económica.

 

Con relación a los presupuestos de la Alcaldía, lo bueno, hay un recurso, eso implica profesionalizar las acciones artísticas y el trabajo comunitario, es decir, pagarle a los artistas el sueldo que se merecen por lo que saben, pagarle a personas de la comunidad que intervienen en algunas acciones, poder retribuir económicamente a la comunidad en las microeconomías, fortalecer esos lazos de solidaridad entre la comunidad. La desventaja, que hay unos tiempos establecidos, a veces hay que correr, los tiempos no son los más óptimos porque no responden a las condiciones de la comunidad sino más bien de la burocracia, papeleo excesivo, mucho dinero desperdiciado en seguros y en papeleos.

 

¿Algunos trabajos que en conjunto recuerden con gran afecto?

A mi parecer, como Andrés, recuerdo dos proyectos: uno en Kennedy la María, realizamos un muro como de 100 mts2 con el apoyo del IDEPAC, con materiales de la comunidad, de dos juntas de acción comunal, con el apoyo de un colegio, mejor dicho, en ese proyecto metió mano todo el barrio; hubo niños de cinco años, adultos de sesenta años, jóvenes, digamos que fue un proyecto interesante en la medida en que fue intergeneracional. Llegaron instituciones, llegó gente organizada, gente que no está organizada, se hizo una olla comunitaria y todos intervinieron este mural después de un proceso de formación, de construcción de la imagen que respondía a una dinámica del barrio; se habían apropiado del parque haciendo huertas, haciendo jardines y con esto se habían apropiado de un espacio baldío y a partir de esto se creó un mural de unos niños plantando una huerta y todos los vecinos metieron mano.